Sabía que antes o después llegaría una contestación de esta persona, anónima por supuesto. Mire usted, don Anónimo, como bien sabe porque lo dejaba bien claro, yo no he reclamado que Radio Clásica no emita obras raras o infrecuentes, sino que no lo sean la mayor parte de ellas, en detrimento de las obras maestras indiscutibles. Las que de verdad pueden crear afición.
Y, claro, me gustaría que se emitieran más interpretaciones de Barenboim y de otros grandes intérpretes, entre los cuales, mal que le pese a usted, está el de Buenos Aires (al que prácticamente yo descubrí en España como el genio musical que es, anticipándome en años a otros críticos mucho más sabios que yo; algunos, por cierto, todavía no se han enterado...). Pero, claro, para seleccionar buenas interpretaciones (a veces de músicos poco conocidos) hace falta saber algo de ese asunto, lo que me temo que no se da entre varios de los autores de los programas.
También le recuerdo que yo no he mentado a Barenboim en mi crítica, hecha con ánimo constructivo. Y, por cierto, no habría pedido que se seleccionase su grabación de la Sinfonía de Franck, que no me parece gran cosa (en cualquier caso, superior a la versión a la que aludía, que es la de Pierre Bartholomée con la Filarmónica de Lieja). Creo que hay varias superiores a aquélla, y muchas a esta última.
Y no, no se haga ilusiones, mientras la salud me lo permita no pienso jubilarme. Como tengo la impresión de que le joroban los éxitos de sus enemigos (entre los que sin duda me cuento), le diré que seguiré mientras pueda escribiendo y dando charlas y cursos de iniciación a la música. Acabo de empezar uno que durará hasta junio de 2011 y, al terminar el primer día, se me acercaron varios asistentes para felicitarme y manifestarme su “entusiasmo” (esa palabra emplearon). En el que di en 2009-10, también de octubre a junio, los inscritos, en una encuesta anónima, me puntuaron con la nota más alta. Todos, to-dos los inscritos. Así que joróbese.
Atentamente.
Animo. Sobrán comentarios.
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