Cuando oí decir que en su grabación de las 9 Sinfonías de Beethoven Chailly restituía los verdaderos tempi pedidos por el compositor, me eché a temblar. No es la primera vez que alguien descubre esa verdad revelada y que, siguiéndola, mete la pata hasta el fondo. Creo que Riccardo Chailly ha cometido un error tremebundo, pues hay elementos para pensar que su ciclo beethoveniano podría haber sido apreciable (no creo, en absoluto, que hubiese llegado a ser grande). Pero no lo es.
Lo adelanto ya: me parece malo, a ratos casi deleznable. Y sobre todo por culpa de los tempi, unos tempi imposibles. Se carga todos y cada uno de los movimientos lentos. Y no sólo ellos; las velocidades son casi siempre insensatamente rápidas. Así es imposible estar a la altura de estas obras. Desconfío de que Beethoven desease esos tempi. Pero, de ser así, ¿por qué diantres hay que seguirlos hoy al pie de la letra, echando por tierra toda la gloriosa tradición de los últimas décadas, sobre todo desde Furtwängler hasta hoy? La sensibilidad actual ¿qué tendrá que ver con la de entonces?
He aquí otro destrozo más provocado por la manía fundamentalista del movimiento historicista de los instrumentos originales. Lo siento, no puedo dejar de verlo así (admito los avances que este movimiento ha traído, pero también ha traído unas ideas arrogantes con las que me es imposible comulgar).
Sin irse tan lejos, ¿por qué hay que imitar hoy la forma en que cantaba Mattia Battistini, en que tocaba Ignaz Paderewski, en que dirigía Richard Strauss, admiradísimos en su tiempo? Sin irnos hasta la época de Beethoven: a Rachmaninov, que era un pianista colosal (y algunas de cuyas interpretaciones de Chopin mantienen una vigencia sorprendente), le dura su grabación (1940) de su Tercer Concierto (con la Orquesta de Filadelfia y Ormandy) 13’54”+8’39”+11’25”. Un cuarto de siglo después, al mismo director con la misma orquesta, tocando Vladmir Ashkenazy (versión sensacional), les dura 18’36”+12’03”+15’39”, casi 13 minutos más. Nadie en los últimos 20 o 30 años se acerca a lo que hizo el propio compositor. ¿Por qué habríamos de acercarnos nosotros, hoy, a lo que supuestamente se hacía en la época de Beethoven? ¡Que alguien me lo explique! (Ya he hecho esta pregunta retórica más de una vez. Nadie me ha contestado. ¿Por qué será…?)
Otro ejemplo: en 1941 Strauss grabó su Vida de héroe: 39’30”. En el último cuarto de siglo, a ningún director sensato le dura menos de 45’ (47’ a Karajan, Barenboim, Thielemann y Haitink...)
Volviendo a Chailly, un director que me gustaba mucho pero que desde su desembarco en Leipzig me ha gustado muy poco en sus principales proyectos –Mendelssohn y Schumann–, confiesa cuáles son para su ciclo beethoveniano sus tres inspiraciones –el indigerible cóctel Toscanini/Karajan/Gardiner–, tres directores que no me parecen grandes en Beethoven (bueno, Karajan a veces) y entre los que sin duda faltan los verdaderamente grandísimos.
Comparemos algunas de sus duraciones con las de versiones de referencia: así (y no son los únicos) algunos movimientos lentos: 3ª: 12’11” (Klemperer 16’54”; Barenboim 18’04”); 4ª: 7’42” (Furtwängler 11’49”; Barenboim 10’51”); 5ª: 8’25” (Furtwängler EMI 11’21”; Solti 1988: 11’35”); 6ª: 10’46” (Böhm y Giulini 13’52”); 7ª: 7’50” (Furtwängler 10’17”; Klemperer 70: 10’41”; Sanderling 10’03”); 9ª: 12’51” (Barenboim 84: 18’50”; Solti 87: 19’59”). Creo que es suficiente.
En resumen, que hay que tener en cuenta a Furtwängler pero no a Beethoven
ResponderEliminar¿De verdad cree usted que Beethoven y Furtwängler son incompatibles?
ResponderEliminar¿Son incompatibles dos grabaciones DIFERENTES hechas por el mismo compositor en dos ocasiones distintas de una misma obra suya?
¿Sólo son auténticas, verídicas, las grabaciones que siguen sin variar un segundo el tempo (supuestamente) marcado por Beethoven?
¿Para cuándo, Ángel, una discografía del Beethoven de Furtwängler? Le pegaría mucho hacerla, ¿no? ¿Podría decirme cuál es exactamente esa versión de la Quinta tan enloquecida?
EliminarY aparte de esas velocidades extremas que minuciosamente se nos exponen, ¿cómo es este "casi deleznable" nuevo ciclo con una orquesta, como todo el mundo sabe, notoria por el uso de "instrumentos originales"? ¿Y por qué opina el autor del blog que no cree, en absoluto, que hubiese jamás llegado a ser "grande" este ciclo?
ResponderEliminarLa crítica más minuciosa la dejaré para más adelante.
ResponderEliminarNo creo que Chailly hubiese podido hacer un ciclo Beethoven "grande" por sus antecedentes: ¿dónde están sus grandes Haydn, Mozart, Beethoven (los 5 Conciertos con Larrocha, la Misa en Do mayor), Schubert, Brahms, etc.? Chailly me parece grande en otros terrenos, pero no en Beethoven o aledaños.
Saludos, Ángel, y enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarTe he “conocido” hará un par de meses, a través de los consejos de Vargas-Machuca y tengo que decir que tanto las opiniones de Fernando como las tuyas son bastante parecidas a las mías, aunque yo sólo soy un aficionado sin preparación que difícilmente puede justificarlas.
Dos cuestiones, que tú mismo has dejado en el aire:
La primera, quedo a la espera de esa crítica un poco más detallada del ciclo Beethoven-Chailly. De tu comentario lo único que saco es que no estás de acuerdo en sus planteamientos, en el enfoque, pero eso no debiera implicar que la realización no resulte correcta.
Me considero un ignorante con respecto a Chailly. ¿Podrías indicar cuáles son los territorios en los que se le puede considerar “grande”? ¿Y algunas grabaciones que se puedan considerar de “Referencia”?
Muchas gracias de antemano.
Juan Zaragoza.
Gracias, Juan. Creo que más adelante tal vez me vea con fuerzas para comentar, aunque sea sin entrar en muchos detalles, este ciclo. Chailly me parece grande en ópera italiana -Rossini, Verdi, Puccini...-, en Mahler y en casi toda la música del siglo XX que le he escuchado. Pero en mi opinión es muy flojo en Mendelssohn, Schumann, Brahms y Wagner; no así en Bruckner, en el que tiene espléndidos logros.
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ResponderEliminarYo no estoy pidiendo obligación de seguir determinados tempi, yo lo que expreso es MI OPINIÓN de que, con esos tempi de Chailly -que por cierto casi nadie sigue- no se puede interpretar debidamente la mayor parte de los 37 movimientos de las 9 Sinfonías de Beethoven. Y creo, además, que es una mera operación de marketing decir que esos son los tempi VERDADEROS.
ResponderEliminarY, por cierto, no me gustan los "Brandemburgo" de mi inmensamente admirado Otto Klemperer. Sólo algún movimiento aislado, y con reservas.
Yo no he escuchado los Brandenburgo de Klemperer, pero sí compré los de Goebel y me deshice de ellos por que al parecer el hombre tenía prisa. Le agradezco mucho que me muestre cómo se interpretaban en tiempo de Bach, pero no me gustan a esos tempi.
ResponderEliminarTengo los de Leppard, los de Horenstein y los de Pinnock. Y los tres me gustan.
Alberto Ayas Linde
¿No era grande Toscanini en Beethoven?
ResponderEliminarTantos años escuchándolo con admiración y leyendo a la crítica inernacional más autorizada y primera noticia.
Saludos.
Para mí no lo era. Será una cuestión de gustos. Toscanini puede que "pusiera orden" frente a ciertas arbitrariedades interpretativas de comienzos del XX, pero su Beethoven me parece siempre seco, metronómico y superficial. Ésa es mi opinión.
ResponderEliminarPerdona, Gino, ¿no eras tú el que en el foro "Una noche en la ópera", cuando se hablaba que Thielemann iba a sacar un ciclo Beethoven, escribiste algo así como que Carrascosa iba a lanzar a sus lebreles? Obviamente me doy por aludido, entre otros colegas, aunque desde luego Ángel diste mucho de ser mi amo, mi guía o mi director espiritual, y él eso lo sabe demasiado bien.
ResponderEliminarAñadiré algo más. Gino, admiro muchísimo tu escritura, tus conocimientos y tu sensibilidad. Aprendo mucho de ti, independientemente de que discrepe seriamente en algunas cosas (sobre todo en lo que al concepto del canto se refiere). Pero sinceramente creo que te pierden tu prepotencia, la manera en la que ninguneas a los que no piensan como tú y tu tono generalmente despreciativo. Ganarías muchísimo con un cambio de tono, pero es evidente, por tu trayectoria, que no estás dispuesto a ello. Una pena.
Un saludo a los dos.
Verá, D. Fernando; a mí me sobra prepotencia, pero también educación y por eso no voy a usar un blog ajeno para ventilar una discusión que no tiene nada que ver con el asunto que aquí se trata. Que le aproveche la "espontánea" demostración de "adhesión inquebrantable", hombre.
ResponderEliminarSaludos.
Me han regalado (regalo inducido, todo hay que decirlo) estas navidades la integral de Chailly. No la he escuchado aun entera, pero la verdad, me gusta. Lo que no quiere decir que excluya otras versiones, son miradas diferentes a la misma obra. Por cierto, tengo una versión de Gardiner con la Orq. Revolucionaria y Romantica y es aun más rápida (al menos en lo que a la 9ª se refiere). ¿No nos estaremos pasando de puristas? El gusto en la época de Beethoven no es el mismo que el de ahora. Pero tampoco el que había en la época de Furtwangleer, que ya han pasado casi 70 años...
ResponderEliminarA mí me sigue pareciendo que Chailly, con su obsesión por unos tempi a todas luces forzados, "se olvida" del contenido, del trasfondo de la música. Sí, las hay más rápidas aún que las de Chailly: pequeño consuelo.
ResponderEliminarEn mi opinión, las mayores interpretaciones de Furtwängler no han pasado de moda en absoluto; sin embargo, hay otros artistas de entonces, y posteriores, que no han resistido bien el paso del tiempo.
Espero que tenga usted alguno de los grandes ciclos beethovenianos, porque para mí ni el de Chailly ni el de Gardiner están entre ellos. Ni mucho menos.
Aunque concuerdo con el hecho de que la rapidez con que el maestro revoluciona a Bethoven, estoy en desacuerdo con usted en cuanto a que se fuerza un tempo, pues él mismo explica que se esta apegando estrictamente a la edición Peters, intentando rescatar el Beethoven y no las interpretaciones posteriores, en definitiva, encontrar la sonoridad y arquitectura original. Aún así, creo que hermosa hazaña, poco futuro real tiene, sin embargo filosóficamente es interesante.
Eliminar¡Qué debate tan interesante!
ResponderEliminarLlego algo tarde a él.
Acerca de Beethoven: ¿Por qué no experimentar con la verdad? Algo sí sonó, aunque ahora bien, con otros instrumentos y en otras circunstancias. A mí me apasiona el Beethoven rápido, rejuvenece que da gusto. Algo similar pasa con Bruckner... aunque creo que mentar aquí a Norrington desataría la caja de los truenos, ¿me equivoco?
Acerca de Heldenleben: ¿qué pasa con la mejor versión, aunque pirata, la de Carlos Kleiber?
Los tempos de Kleiber en general serían otra cuestión de interesante reflexión...
La música con tempos rápidos suena distinta a cómo estamos acostumbrados... creo que es efectivamente cuestión de gustos.
Sí, será cuestión de gustos y de sensibilidades. No veo muy claro que el Beethoven rápido rejuvenezca.
EliminarY Vida de héroe por Carlos no me parece entre las mejores. Me la hicieron escuchar desconociendo los intérpretes y me gustó bastante poco. Lo siento.
¡Gracias por la respuesta!
EliminarDescubrí por casualidad su blog, le seguiré a partir de ahora.
Me gusta debatir acerca de tempos, sobre todo porque creo que se podría dividir el mundo de los melómanos más que históricamente por épocas, por duraciones de obras...
Un saludo!
Veamos:
EliminarDiscutir sobre gustos interpretativos puede ser una estupidez. Hacerlo sobre cuestiones técnicas de la interpretación queda para los entendidos en esas materias, entre los que no me encuentro. Interpreto que los problemas del señor Carrascosa con el Beethoven/Chailly no van por ahí, parece únicamente una cuestión de concepto.
De este Beethoven despotriqué en algún foro y recientemente he cambiado de opinión. Es comprensible: Es un Beethoven sorprendente, te sacude, te sobresalta; más incluso de lo que hicieron Norrington, Gardiner o Harnoncourt en su momento. No obstante cuando lo escuchas sin prejuicios (tal vez pueda estar ahí el problema de algunos), en mi opinión, los tempos rápidos de Chailly tienen tanto sentido como lo tuvieron los radicalmente distintos de Furtwangler en su momento.
Creo que es un Beethoven moderno, que aporta (lo que parecía imposible a estas alturas) savia nueva a estas interpretaciones. Para mi el problema no es saber si estos eran o no los tempos de Beethoven, como tampoco serían auténticos los de Furtwangler. El asunto es saber si aquí se está transmitiendo algo o no. Para un servidor definitivamente si. El Beethoven de Chailly, con tempos no muy lejanos a los de Gardiner, es mucho más moderno e innovador que el del británico. Con una agresividad sonora equivalente, Chailly no crispa ni me ocasiona dolor de muelas como Gardiner,y aquí radica una de sus virtudes.
Saludos
Hola Angel, aquí Kullervo desde Argentina.
ResponderEliminarQuería darte una respuesta a tu pregunta de "¿Por qué habríamos de acercarnos nosotros, hoy, a lo que supuestamente se hacía en la época de Beethoven?", ya que, según comentás, nadie ha sabido contestarte.
Y esta respuesta sería: ¿por qué no?
Creo que desde aquí, desde la posibilidad de intentar diversos enfoques, es que podemos hacer el valioso juego de las comparaciones y decidir qué es lo que más nos gusta y qué no, como hacés vos en tu buen artículo.
Al fin que creo que mientras haya uno, y mirá que digo nada más que uno, que la pase bien con las versiones de Chailly, creo que ya están justificadas.
Por lo demás, creo que a muchos nos ha volado la cabeza y nos la hemos pasado fantástico con su interpretación.
Te mando un abrazo desde el lejano sur.
Por ahora solo he escuchado la novena y algunos fragmentos de la tercera, pero reconozco que no he podido evitar el recuerdo de Furtwängler y Klemperer. La impresión que queda es de cierta vulgaridad por parte de Chailly. Puestos a elegir una versión ligera de Beethoven me parece preferible el olvidado Brüggen.
ResponderEliminarLos tempi dependen del tipo de instrumentos, del tamaño de la orquesta, de la sala donde se toca y su acústica... y también depende de convenciones. Está claro que Chailly propone un Beethoven no convencional, no tardorromántico. Tiene pleno sentido artístico y comercial. Qué podría haber aportado con una orquesta romántica grande y tempos lentos, a estas alturas.
ResponderEliminarTampoco es el de Chailly un planteamiento totalmente novedoso. Ir a tempi más rápidos y buscar una forma distinta de revisitar lo que, de otra forma, y al menos discográficamente, estaría muerto, tiene su sentido. O se recupera un poco de aventura en esto de tocar música de hace dos siglos o mal vamos. Creo que hay que acercarse a estas propuestas con curiosidad y mente abierta, aunque al final uno acabe prefiriendo a Klemperer. Tampoco es incompatible que te entusiasmen Klemperer y Kleiber (Carlos), Brüggen y Böhm, el sonido de la Filarmónica de Viena y las cuerdas de tripa de una orquesta de instrumentos originales. Todo ello porque hay muchas ideas musicales en esas obras, y con unos enfoques y medios se iluminan unas partes y con otros enfoques y medios otras. Y menos mal.
La música clásica tal y como la conocemos está muerta y enterrada. Si no fuera por las masivas subvenciones habría desaparecido hace mucho. Y es doloroso ver instituciones carísimas que sólo sirven para repetir mecánicamente lo mismo de siempre, con los ritos y las convenciones de siempre. Sería imposible sostener hoy la vida de 100 profesionales con lustros de formación que se dedican a sostener una vez por semana, por enésima vez, una sinfonía de Beethoven tal y como se viene haciendo desde hace unos 150 años. De grabar mejor ni hablamos. Al menos el concierto tiene un sentido en sí mismo. Este es el contexto en el que valorar otro ciclo de Beethoven. Otro.
Y hablamos de discos. Un milagro que aún se graben y se publiquen. Lo interesante aquí sería si Chailly, con su enfoque de partida, consigue aportar algo nuevo, coherente y en definitiva estimulante -intelectualmente- a lo que ya se conocía o no.
Sigue siendo una pregunta sin respuesta. Habrá que arremangarse y meter el oído en este producto discográfico y sacar uno sus propias conclusiones. Agradecería a Carrascosa, en su prometido comentario pormenorizado, una mayor separación de planos, por así decir, y un distanciamiento que de perspectiva al asunto.
No estoy de acuerdo con que la mayor parte de los ciclos grabados de las Sinfonías de Beethoven sigan pautas tardorrománticas.
Eliminar¿Qué podría haber aportado Chailly a estas Sinfonías? Muy sencillo: el silencio. No haberlas grabado.
Porque está bien aportar algo diferente. Pero ¿quién ha dicho que valga todo lo que sea diferente? ¿Vale todo? ¡Ni hablar!
Un lector anónimo cuya interpelación, por algún extraño motivo, no logro publicar, me pide que haga una comparativa de las grabaciones de Beethoven por Furtwängler. Pero, sinceramente, no me veo con ánimos para ello. Aparte de que me faltan multitud de esas grabaciones. En cuanto a la Quinta "enloquecida" por la que me pregunta, es de 1943 en Berlín, con la Filarmónica (el CD de Grammofono 2000 no especifica fecha). Es una arrolladora interpretación influida, con toda seguridad, por la Guerra.
ResponderEliminarYo sí que llego tarde a este debate. Pero voy a decir un par de cosas. O tres. En primer lugar, Furtwängler. En algún sitio -no recuerdo donde- escribí que si el Beethoven de don Wilhelm se hubiese grabado en stéreo, aunque solo hubiese sido con la calidad de, por ejemplo, la integral de los 60 de Karajan, sobrarían todas las grabaciones posteriores. Nada hay que se le pueda igualar.
ResponderEliminarEl intento de Barenboim de emular a Furtwängler es patético. Y cito a Barenboim por el reconocimiento general de su ciclo con la Staaskapelle Berlin, porque el ciclo con la West-Eastern Divan es muy decepcionante. Y cito a Barenboim porque, cualquiera de sus dos integrales, tanto Ángel Carrascosa como Vargas Machuca las colocan en un podio. Creo que los juicios hay que matizarlos: subrayar lo de "en mi opinión" de forma contundente, nunca está de más. Por lo tanto, me aplico el cuento y tanto lo que he dicho antes como lo que diré a continuación está sustentado en MI GUSTO PERSONAL. Lo mismo que el de Carrascosa o Vargas, quienes tienden a pontificar. Personalmente le agradezco a ambos sus opiniones, pero, salvo en Furtwängler, no coincido con sus gustos.
Respecto a la integral de Riccardo Chailly, he de decir que mi primera impresión fue de desagrado total, coincidente con la apreciación de A.Carrascosa. Lo he vuelto a intentar años más tarde, y a lo largo de los últimos 10 o 12 meses he hecho una selección de las que, en mi opinión, son las mejores interpretaciones de las sinfonías beethovenianas (tras reexaminar más de 30 integrales y grabaciones sueltas: todas las que se esgrimen como dignas de ser tenidas en cuenta, desde Klemperer hasta Rattle y Jansons), y he de decir que he cambiado mi opinión respecto al ciclo de Chailly. Aunque me desagradan la 3ª y la 6ª, me parece insustancial la 7ª y pongo reparos al último movimiento de la 5ª, la energía y musicalidad de la 1ª, 2ª, 4ª y 8ª me parecen muy apreciables y completamente distintas de los macilentos y "desaboríos" historicistas y de cuantas grabaciones se han hecho en las últimas décadas sin aportar nada nuevo. Chailly sí aporta algo nuevo que no he oído ni en Norrington, ni en Gardiner, ni en Thielemann, ni en Vanska, por citar algunos elogiados ciclos que solo se sostienen a base de marketing. En mi opinión.