EMI, como se sabe una de las grandes compañías fonográficas, con unos fondos de grabaciones apabullantes en cantidad y calidad, se ha animado por fin a editar Super Audio CDs (tardó en su día muchísimo en subirse a los CDs, y aún no se ha asomado a los Blu-Rays).
Al enterarme de ello me he alegrado mucho. Pero... ¡pero! ¡Vaya repertorio que han seleccionado! En lugar de editar en este sistema grabaciones recientes, que podrían haber ganado en calidad de sonido sustancialmente, han optado por registros de hace 40, 50 y más años. Es seguro que, aunque hayan mejorado algo, la ganancia ha de ser por fuerza bastante limitada, pues “de lo que no hay, poco se puede sacar”.
Además de la edad de algunas tomas (que llegan hasta el piano de Debussy por Walter Gieseking, de ¡¡1936!!), es que, desde el punto de vista artístico, la selección deja mucho que desear. Hay interpretaciones magistrales, sí (el Concierto para cello y Sea Pictures de Elgar por Du Pré, Janet Baker y Barbirolli, las Sinfonías Escocesa e Italiana de Mendelssohn por Klemperer o Lieder de Schubert por Fischer-Dieskau y Moore, etc.), pero hay otras que realmente no merecen mucho la pena, digan lo que digan la Guía Penguin y muchos críticos británicos... a los que muchos aficionados dicen siempre amén, sin sentido crítico alguno.
Para colmo, buena parte de los discos están muy mal aprovechados: el álbum cuádruple de Schubert/Dieskau cabría de sobra en 3 SACDs de una media inferior a la hora, pues duran 39’ + 46’ + 47’ + 41’. ¡Vaya tomadura de pelo! Una ocasión perdida. Espero que en el segundo lanzamiento (si lo hay), hagan las cosas algo mejor.
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