No había visionado ni escuchado hasta ahora el DVD de Tosca por Catherine Malfitano, Richard Margison y Bryn Terfel, dirigiendo Riccardo Chailly y Nikolaus Lehnhoff (Decca, 2001). Filmada en el Het Muziektheater de Amsterdam en 1998, se trata de una propuesta escénica un tanto extravagante, con un enorme ventilador (que semeja la hélice de un buque) en los Actos II y III. Lehnhoff tiene hallazgos, pero me parece que mayor número de incoherencias o de detalles gratuitos. Lo peor es quizá el vestuario. Scarpia y todos sus siervos son malos de película (mala), están pasados de rosca. El todopoderoso jefe de la policía, un extraño pervertido francamente repulsivo (lo que no quita que adore a su gato), carece de todo refinamiento (no se olvide que es un barón; Ruggero Raimondi es el prototipo de noble pérfido) y no resulta por ello muy creíble. También está muy exagerado el Sacristán de Enrico Fissore (y no estoy seguro de que sea ante todo culpa suya).
Chailly ha contado nada menos que con la Orquesta del Concertgebouw, y extrae de ella momentos sensacionales (excepcional transparencia; maravillosos cellos antes de “E lucevan le stelle”), pero no siempre, y además me da la impresión de que el gran director italiano no sintoniza del todo con Puccini: hay más distanciamiento que calor; la efusividad que exige el compositor me suena algo impostada. Desde luego, no alcanza a Mehta (con L.Price, Domingo y Milnes o Malfitano, Domingo y Raimondi) ni a Colin Davis (con Caballé, Carreras y Wixell) o a Sinopoli (con Freni, Domingo y Ramey).
Malfitano ha perdido algo de la seguridad vocal de seis años atrás (con Mehta, DVD ¡no distribuido en España!), pero sigue siendo una gran Tosca, casi siempre plenamente convincente; no tanto aquí como actriz (fantástica con Mehta), quizá por verse instada a ciertas actitudes dictadas por Lehnhoff en las que parece no creer. Richard Margison posee una voz soberbia de tenor lírico-spinto, con unos agudos valientes y brillantes; canta bastante bien, con sólida técnica; creo que es lo mejor que le he escuchado. Aun así, hay que dejar claro que no es Domingo (ni Carreras con Davis): su musicalidad y su expresividad, además de sus dotes como actor, quedan muy por debajo. Con todo, yo lo prefiero a un Alagna.
Terfel posee, como se sabe, una voz baritonal potente y robusta, aunque en ciertos momentos sus graves no son suficientes. Su Scarpia, como decía, es repulsivo a más no poder, pero sin ápice de distinción o nobleza. Bien Mario Luperi (voz grande) como Angelotti y odioso (si bien flojo en lo estrictamente vocal) el Spoletta de John Graham-Hall. La realización fílmica y la grabación son buenas, pero a veces las voces quedan algo alejadas de los micrófonos. Tiene subtítulos en castellano.
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