Según mis amigos jiennenses Gonzalo Pérez Chamorro y Javi Extremera, desde que en 2001 ganase el primer galardón del Premio Jaén el onubense Javier Perianes, el pianista más destacado que ha concursado allí ha sido probablemente el chino Yutong Sun, del que Naxos acaba de publicar su recital, grabado en la ciudad andaluza el 16 de junio de 2012.
Su disco de presentación (¡esperemos que tenga continuidad!) contiene un ambicioso y muy difícil, dificilísimo programa. Y ciertamente el chico de 17 años demuestra unas condiciones fuera de serie. Hace años asistía yo con frecuencia a concursos de piano, pero últimamente he tenido menos tiempo de acudir. Seguro que el nivel medio de los participantes ha seguido y sigue mejorando. Pero me refiero a la preparación digamos técnica de los jóvenes concursantes, porque me temo que los verdaderamente artistas siguen escaseando. Ahora bien, en cuanto a dedos el nivel de las últimas décadas ha subido de modo impactante. De modo que no termina de impresionar que este chico toque estas obras con una seguridad y suficiencia enormes.
Ahora bien ¿se aprecian en él cualidades que le hagan destacar como algo más que un ejecutante preparadísimo? Creo que sí; pero no en todas las obras del programa. En mi opinión, ha cometido un cierto error incluyendo una gran Sonata de Beethoven, en concreto la No. 26 “Los adioses”. Ésta, con fama de ser una de las más comprometidas desde el punto de vista de la ejecución de las 32, está tocada aquí con una limpieza en verdad excepcional. Pero el sentimiento poético –la pasión, la añoranza...– se le escapa en gran parte al chaval de 17 años. No hay que olvidar que las grandes sonatas beethovenianas exigen un grado de madurez llamémosle musical fuera de lo común, y que por tanto se pueden contar con los dedos de una mano (¡y sobran!) los pianistas que a esa edad les puedan hacer entera justicia.
La página del compositor y pianista neoyorkino Lowell Liebermann (n. 1961) titulada Gargoyles (Gárgolas), de lenguaje moderno pero no vanguardista y unos diez minutos de duración, me ha sorprendido muy favorablemente, y creo que está tocada de maravilla. No me siento capaz de juzgar la pieza encargo del Premio Jaén de ese año, Flores para Julia, del madrileño Juan de Dios García Aguilera (n. 1972), pero tratándose de una obra de concurso, me agrada que sus dificultades técnicas no sean un virtuosismo muy evidente, sino que priman en ella las cualidades llamémosles musicales. También parece que está tocada con conocimiento y perfección.
Pero los Cuadros de una exposición de Mussorgsky es la obra que me lleva a pensar que Yutong Sun no es un pianista más, sino un músico verdaderamente dotado. Estoy convencido de que, escuchada sin saber quién la toca, un buen melómano pensará que la interpreta un pianista de primera fila. Es, en efecto, una versión capaz de codearse con las mejores de la discografía. ¡Y fue grabada de un tirón, sin un solo remiendo! De ello dan fe los dos amigos citados al principio, que estuvieron presentes durante la sesión. Por cierto, la toma de sonido, a cargo de Juan Antonio Martínez Quesada y Rafael Martos, es de las mejores de piano que recuerdo en el sello Naxos.
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