Opiniones de aquí y allá sobre música clásica, muchas veces a contracorriente, para que conozcan lo que opino algunos más que los amigos con los que me comunico directamente.
sábado, 13 de septiembre de 2014
“Prometeo” de Beethoven en manos de un nuevo director en busca de notoriedad
George Petrou, director (y pianista) griego, ya no muy joven, ha grabado varias obras (óperas, sobre todo) de Haendel y de Gluck. Ahora da el salto a Beethoven, aunque sea con una partitura relativamente primeriza (1800-01), y decepcionante para lo que podría esperarse del compositor en aquel momento, como es el ballet Las criaturas de Prometeo. Éste su tercer o cuarto registro para Decca (no conozco los primeros) contribuirá a darle notoriedad; no tanto por su calidad, sino por el escándalo que le puede acompañar, y no es el primer músico que recurre a él para hacerse notar (pienso en Roger Norrington cuando dio el salto de intérprete serio de Schütz, por ejemplo, a enfant terrible).
Petrou no espera en Prometeo ni un segundo para llamar la atención, sea para bien o para mal: los primeros acordes de la obertura son hachazos y mazazos a la vez, ffff y secos a más no poder. Con lo cual todo el mundo tomará partido: “¡qué original!”, o bien “¡qué horror!” (para mí es lo segundo). Con su orquesta Armonia Atenea (no hace falta decir que de instrumentos originales), de cuerda y trompetas buenas y maderas antediluvianas de timbre o bien afónico (fagot) o bien casi irreconocible (oboe, clarinete), recorre el resto del ballet sin saber muy bien cómo llamar la atención: sólo se le ocurren brusquedades y algún portamento atroz en el Terzettino o feos e insistentes reguladores en el finale, además de una coda final rapidísima y aporreada (¡no nos vayamos a olvidar al terminar el disco de sus aportaciones!).
Lo triste es que Petrou, que es un director competente, podría quizá ser también un intérprete cabal si quisiera. Para Prometeo completo se cuenta con la discreta (nada más) versión de la Orpheus Chamber Orchestra (D.G. 1987) o la de Mackerras/Scottish Chamber (Hyperion 1994), algo más entonada. Pero (para quienes no la conozcan en su integridad) créanme que de esta desigual y aburrida obra puede prescindirse sin problemas. Salvo de la obertura, claro, de la que existen bastantes buenas interpretaciones.
Comparto con usted , por regla general, el que desde un punto de vista interpretativo, las versiones con instrumentos originales son superficialmente atractivas( algunas veces ni eso) y, en mi opinión, han supuesto una verdadera involución musical ( y no tendría por qué). Así, por ejemplo, son decepcionantes algunas de las interpretaciones de Heras-Casado publicadas recientemente ( no todas) y no digamos el disco de las tres últimas sinfonías de Mozart dirigidas por Nicolaus Harnoncout, asombrosamente recomendado como unos de los mejores discos del mes por la Revista Ritmo y que a mí me parece horripilante, uno de los peores de la historia. Gracias. AMCSánchez
ResponderEliminarCuando se es incapaz de crear se altera lo ya creado. ¡Cuánto vulgar dedicado a la música!
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