Hasta ahora este grupo, ¡que tiene ya veinte años, porque sus componentes empezaron muy jóvenes! solo había grabado, por desgracia, cuartetos de aquí y allá: seis de Haydn, tres de Mozart, dos de Schubert, seis de Shostakovich, uno de Smetana, uno de Brahms y otro de Dvorák más un quinteto de cada uno de ellos, etc., y solo un miniciclo: los dos de Janácek. Ahora llevan al disco por fin una serie completa: los seis juveniles Cuartetos Op. 18 beethovenianos.
A la vista de lo absolutamente extraordinarias que son sus interpretaciones de los Haydn me imaginaba que los del joven Beethoven, su directo continuador, serían también admirables. Lo son; si bien es posible que hayan quedado, en algunos de ellos, ligeramente -solo ligeramente- por debajo de esos asombrosos Haydn. En todo caso, la continuidad entre uno y otro compositor queda clara en estas versiones -esa tremenda vitalidad, esa fuerza, esa espontánea frescura-, versiones que manifiestan y transmiten con entusiasmo asombro ante la inagotable inventiva de unas y otras partituras. Pero también es cierto que no confunden a uno y otro autor, pues los elementos nuevos que el joven Beethoven aporta, esa cierta insolencia con que el dotadísimo joven marca ciertas distancias con su maestro, también afloran claramente en estas versiones.
Evidentemente, el grupo del que más cerca se hallan es del Cuarteto de Tokio, concretamente de su grabación para RCA de 1993. Tienen en común con ellos un enfoque generalmente similar, si acaso algo más juvenil e impetuoso -solo algo, insisto, pues los japoneses no andaban precisamente escasos de esas cualidades- y desde luego una perfección técnica aplastante, casi insultante. Me atrevo a decir que el cellista del Jerusalén, Kyril Zlotnikov, es aún superior a su colega del Tokio, el también extraordinario Sadao Harada.
La toma de sonido que RCA hizo a ese grupo era -y sigue siendo- magnífica (no olviden que todos los Cuartetos, más el Quinteto de cuerda, están en un álbum de 9 CDs de precio muy, muy bajo; sería imperdonable no hacerse con esa caja). Pues bien, la toma que han realizado para Harmonia Mundi los ingenieros de los ya míticos Estudios Teldex de Berlín es ¡aún superior! ¡Un auténtico escándalo! Jamás he escuchado un cuarteto de cuerda mejor grabado.
Ojalá este sea el comienzo de la grabación de todos los Cuartetos de Beethoven. Espero que el Jerusalén, para mí el mejor cuarteto de nuestros días, esté ya preparado para tan monumental reto.
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