Pese a tratarse de una versión llamémosle radical de las cuatro Scherzi de Chopin, y por tanto no exactamente modélica de la misma, no dudaría en calificarla de la más genial que haya escuchado hasta ahora. Y, desde luego, la mejor tocada: el mecanismo del pianista chino es verdaderamente diabólico y quizá no tenga hoy parangón: es absolutamente insultante la velocidad, la perfección, la limpieza y la nitidez con que ofrece las escalas más rápidas y difíciles. Pero su virtuosismo no resulta nunca, ni un momento, exhibicionista o como un fin en sí mismo, sino que está siempre al servicio de la expresión. Los Scherzi están entre la música más rebelde y desestabilizadora de su autor, eso es obvio, y Lang Lang lleva al límite de lo conocido hasta ahora esas características: su incisividad es tremenda, hasta rozar en algún momento (particularmente en el Primero) la agresividad. Pero esta actitud está perfectamente justificada y motivada, y la encuentro absolutamente sincera, nada exterior o numerera. Pero estas versiones no están precisamente desprovistas de lirismo, nada de eso; es más, por ejemplo la sección central del No. 1 es en ese sentido de un maravilloso y conmovedor carácter balsámico. En conjunto, este ciclo, que para mí se sitúa en primer lugar en la discografía, es un valiente alegato contra el Chopin de salón, bonito o banal. Es, sí, una visión extrema, pero probablemente más apropiada que las visiones al uso, que podrían sonar un tanto descafeinadas.
Me he repasado las versiones, buenas (Eschenbach) o muy buenas, que tengo en disco de Las Estaciones de Tchaikovsky (colección más bien poco conocida de doce piezas que debería titularse mejor "Los meses del año"): Postnikova (Erato 1992), Bronfman (Sony 1998/Newton) y Eschenbach (Ondine 2007), y salta a la vista que Lang Lang los deja en la cuneta, tal es la elevación de la poesía que logra el chino, que alcanza cotas excelsas en Junio (Barcarola) o en Octubre (Canción otoñal), justamente las dos piezas más maravillosas de la serie, que recrea con una certera libertad, con delicadeza, concentración y belleza -sonora y melódica- extremas. Por si alguien lo dudaba, Lang Lang ha alcanzado ya una madurez musical excepcional.
Sony ha publicado simultáneamente un doble CD magníficamente presentado que incluye, además de varias fotos, los poemas en que se inspiró Tchaikovsky para su docena de piezas (en ruso, inglés, alemán y francés) y un DVD con una selección del DVD/Blu-ray publicado aparte. La grabación en audio fue realizada en la Sala Liebermann de la Ópera Bastilla de París entre el 31 de mayo y el 4 de junio de 2015, mientras la grabación en vídeo tuvo lugar en la Gran Sala de los Espejos del Palacio de Versalles unos días después, el 22 de junio, con asistencia de un auditorio no muy numeroso; las interpretaciones no son, por tanto, idénticas, aunque sí muy parecidas. La realización es del original y muy personal Andy Sommer, quien ha alcanzado últimamente una considerable reputación. A modo de subtítulos, el vídeo también ofrece opcionalmente los referidos poemas, que se van sucediendo verso a verso (en las referidas lenguas, salvo el ruso) mientras suenan las piezas correspondientes. Para quien tenga dudas entre el DVD y el Blu-ray, les advierto que el segundo tiene una nitidez de imagen muy superior.
Estimado amigo Angel, estoy plenamente de acuerdo con tus apreciaciones, sin duda no escucharemos mas estos ciclos con la calidad técnica y musical que imprime este pianista al que mejor oir que ver. A veces la heteredoxia triunfa. Un saludo José Luis Arévalo
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