Scarlatti, Beethoven, Chopin, Wagner y Liszt
En mayo de 2015, Daniel Barenboim presentó en el Royal
Festival de Londres (tocando la "Appassionata")
un nuevo piano que se había mandado construir. Un piano inspirado en uno que había
pertenecido a Liszt y que Barenboim pudo tocar, restaurado, en Siena. El
constructor belga Chris Maene lo realizó, con el apoyo de la firma Steinway
& Sons, tras 18 meses y 4000 horas de trabajo.
En palabras del propio Barenboim, que encargó dos ejemplares
y es el primero en poseer este nuevo instrumento -cuyas cuerdas se sitúan
paralelas, no cruzadas como es lo habitual- "este produce un sonido mucho
más transparente, menor mezcla de timbres, ofreciendo al instrumentista la
posibilidad de crear él mismo esa mezcla". "Los tonos que percibí en
el piano de Liszt me inspiraron para explorar la posibilidad de combinar sus
cualidades con el poder, la imagen y la afinación y otros avances técnicos de
los pianos modernos". "¡Estoy completamente enamorado de este nuevo
piano!", concluía.
Leí estas declaraciones hace año y medio, pero desde
entonces no había podido escuchar este nuevo instrumento (con el que ha tocado
la integral de las Sonatas de
Schubert en Viena, París y Londres). Por fin, en octubre de 2015 Barenboim
visitó los famosos Estudios Teldex de Berlín (donde, como he escrito varias
veces, es donde mejor graban del mundo, que yo sepa) y registró un programa
demostrativo del piano -¡que me ha parecido ciertamente una maravilla!- y,
sobre todo, demostrativo del arte excelso de este músico genial que no deja de
asombrarme.
Lo primero que llama la atención del disco (Deutsche
Grammophon 4796724, "On my new piano") es que todo su repertorio es
novedad entre lo -muchísimo- que Barenboim pianista ha llevado al disco hasta
la fecha. Puede parecer sorprendente, pero el artista del piano que es no ha
dejado de crecer hasta hoy. Su madurez, su lucidez musical alcanza tal grado de
belleza, de introspección, de hondura, de imaginación y de la más excelsa
musicalidad que me parece que rara vez habían llegado estas cualidades a tales
alturas como ahora. Como se encuentra sorprendentemente bien de dedos, incluso
en una pieza tan comprometida mecánicamente como el Vals Mefisto No. 1 de
Liszt, hay que desear que grabe para la posteridad -si es posible en este nuevo
piano- cuanto le dé tiempo antes de que la inevitable decadencia física le
afecte. Pues el día 15 de este mes de noviembre cumple 74 años. ¡Ojalá sea tan
longevo en buena forma como Rubinstein o Arrau! (el polaco hizo los mejores
Beethoven de su vida -los cinco Conciertos
y la Sonata No. 18- con 88 y 89 años,
y del chileno acabo de reescuchar con pasmo su celestial interpretación de La plus que lente de Debussy grabada a
los 88).
El disco comienza con tres Sonatas de Domenico Scarlatti (K
159, 9 y 380) que bastarían para
considerar a quien las recrease con tal sensibilidad, libertad bien entendida y
belleza un genio del teclado; tal vez no me crean si les digo que es lo que más
me ha fascinado del disco. Espero que lo comprueben. En la siguiente dirección
(https://www.youtube.com/watch?v=SZNF7BWMUCg)
Barenboim habla brevemente sobre el carácter de estas Sonatas y cómo la K 159
imita de algún modo el sonido de las trompetas. Hay algunos pianistas
-Horowitz, Lipatti, Haskil, Michelangeli, Gilels, Tipo, Perahia, Pogorelich,
Zacharias y otros- que han hecho un Scarlatti admirable. Pues créanme que
ninguno de ellos alcanza tal excelencia.
Las 32 Variaciones en
Do menor son una de las pocas importantes obras para piano de Beethoven que
no había grabado hasta ahora. Su sabiduría y su sentido dramático
beethovenianos están bien presente en ellas. La Balada No. 1 de Chopin puede ser lo más discutible del disco, pues
siendo hermosísima, es tan personal que puede parecer no del todo chopiniana (sensación que no tiene por
qué ocurrir con sus grabaciones de los Conciertos,
las Sonatas, los Preludios y hasta los Nocturnos).
No conocía la Solemne
Marcha del Santo Grial, del Parsifal
wagneriano en transcripción de Liszt. La impresionante página es evidente que
ha sido recreada con una enorme elocuencia e imaginación sonora, y es tal vez
la pieza en la que mejor se manifiestan las fascinantes posibilidades del nuevo
piano. Los Funerales lisztianos son
mucho menos efectistas, tremebundos y altisonantes que las versiones al uso (la
mejor de las cuales, en esta línea, es seguramente la de Zimerman), hallándose
mucho más cerca de la propuesta de Arrau. Es tremendamente introspectiva y
doliente, realmente acongojante y hasta sobrecogedora. Genial. Tampoco aprovecha
Barenboim el Vals Mefisto para llevar
a cabo una exhibición, como es lo habitual en los pianistas virtuosos, sino que
logra descubrir en la pieza valores estrictamente musicales que suelen pasar
inadvertidos.
Puede que haya escuchado algún disco de piano tan bien
grabado; mejor, desde luego que no. Tres nombres bien conocidos son los
responsables de las tomas de sonido: Friedemann Engelbrecht (recording producer), Wolfgang
Schiefermair (recording engineer) y
Julian Schwenkner (edición). (¡Y como executive
producer figura mi amiga y excompañera en el Teatro Real Maider Múgica!
Enhorabuena, Maider). El día 27 de este mes tocará Barenboim en el Auditorio
Nacional para Ibermúsica las Sonatas D
664 y 959 de Schubert y tres
obras presentes en este disco: Balada No.
1, Funerales y Vals Mefisto.
¿Será con este piano?...
P.D.: Lamento que este
comentario salga a la luz en el día en que sabe que el próximo presidente de EEUU
va a ser Donald Trump. Creo que es el día más aciago de lo que llevamos de
siglo XXI. Las consecuencias de esta elección, imprevisibles, es seguro que van
a ser nefastas. Y van a afectar no solo a los estadounidenses. Me temo que a
usted y a mí también nos van a afectar.
"Ha ocurrido lo
impensable. Visto desde el resto del planeta tierra, los estadounidenses han
sucumbido al suicidio político colectivo [...] Oyeron a los que les rogaban que
no lo hicieran, pero no les hicieron caso. Se dio el salto al vacío. El delirio
se ha hecho realidad. Trump en el ala oeste de la Casa Blanca será, en el mejor
de los casos, un Cantinflas interpretando el papel de Calígula en una versión
moderna del declive y caída del Imperio. En el peor, representa una amenaza
para la estabilidad mundial [...] Los analfabetos políticos que han votado a
Trump han caído en lo que la historia juzgará como un acto criminal
irresponsable hacia su propio país, y aunque pocos de ellos lo entenderán,
hacia el mundo entero [...] El electorado estadounidense ha preferido un
narcisista ignorante, vulgar, racista y descontrolado como presidente a una
mujer seria, inteligente y capaz como Hillary Clinton. Ha puesto a un loco a
cargo del manicomio: lo cual daría risa si uno no se parara a pensar que el
manicomio en cuestión es la potencia nuclear número uno del mundo" (John
Carlin, "El País").
Acabo de comprarme el disco con el Nuevo Piano de Barenboim. No solo es el piano de sonido más increiblemente hermoso y natural que he escuchado, sino el disco de piano mejor grabado que tengo en mi discoteca: ¡sin duda! De las versiones no hablo: me han dejado sin habla.
ResponderEliminarEl otro disco de Barenboim que acaba de salir: los conciertos de violín de Chaikovsky y Sibelius ¡es la bomba! Espero que lo comente. Juan Carlos.
Entre los otros pianistas que han hecho un Scarlatti admirable, ¿incluiría usted a Pletnev?
ResponderEliminarMe sumo a la petición de una entrada sobre el disco de Barenboim con Batiashvili. Saludos
La verdad, no le he escuchado Scarlatti a Pletnev. Pero si le soy sincero, es un pianista que suele gustarme poco; en directo, su Concierto de Grieg me disgustó un montón. Pero, claro, podría ser que Scarlatti lo haga bien.
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ResponderEliminarSeñor Ángel Carrascosa Almazán
España mira mucho a Estados Unidos.-
Y éso me resulta muy extraño porque como todo el mundo sabe,
EE.UU. no quiere nada absolutamente a España;
únicamente sus 44 bases militares de aire, mar y tierra,
que posee en suelo español.-
Que un día, Pueblo y Gobierno Español decidan el retiro
de esas bases militares y allí veremos, cuánto es el
afecto que siente Estados Unidos por España.-
Y ni hablar del "Peñón", que allí hay suelo Español
tomado por una fuerza extranjera.-
Argentina, con locura-mental-militar-trasnochada y con
unas desvastadas Fuerzas Armadas, fue a nuestras
Islas Malvinas y perdimos esa guerra (1982)...
pero fuímos y no a un picnic precisamente y según
el Gral.de Div. Julian Howard Thompson Atherden
en su libro titulado "No Picnic", parece que aunque
nuestras FF.AA. estaban en inferioridad de condiciones,
no les resultó nada fácil vencernos con
su 4º ejército más grande del mundo.-
Nuestros aviones tenían que recorrer 600 Kms. sobre
el Mar Argentino para llegar a las Islas Malvinas y
su regreso, sin aprovisionamiento de combustible.-
España, Mi Madre Patria: toma el Peñón,
que estás a un salto, qué digo a un salto...
a un paso..!!
Trump no es tonto, conoce perfectamente la existencia
de Rusia, de China y sus respectivas Fuerzas Armadas.-
Saludo a usted muy atte.-
Acabo de escuchar, dos veces seguidas, el disco del Nuevo Piano. No salgo de mi asombro. ¡Que nadie que guste del piano se pierda este disco, es el piano de más fastuoso, magnífico y delicado sonido que he oido en mi vida! Por favor, que se grabe más en él, sea Barenboim u otros pianistas. Y "chapeau" para el de Buenos Aires, cada vez artista más eminente. Luis G. G.
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ResponderEliminarhttps://radiomelasudas-beaumarchais.blogspot.com.ar/2016/11/
pleyel-contemporaries-rossini-chopin.html
Hablando de "nuevos pianos", aquí hay uno doble y muy
raro por cierto, por lo menos para mí..!!
Atte.-