Aprovechando que la grabación (Deutsche Grammophon, 1976)
estaba reprocesada y a muy buen precio, me he hecho con este álbum que hacía
tiempo no escuchaba y me apetecía revisitar. El sonido, en efecto, ha mejorado apreciablemente
al pasar a la colección "The Originals" y además no cortan el Acto
II, que antes se repartía entre los CDs 2 y 3. Ahora el Acto I ocupa el CD 1 y
el comienzo del CD 2, que se completa con todo el Acto II. Y el III, que
sobrepasa las dos horas, está repartido entre los CDs 3 y 4.
Ya se sabe que casi todas las óperas, sobre todo las que requieren
un elenco vocal amplio -y el de Meistersinger
es amplísimo: 17 personajes- tienen casi siempre sus más y sus menos. Aquí los
altibajos son particularmente apreciables. Hay, para mi gusto, varios aciertos
rotundos -Fischer-Dieskau como Sachs, Domingo como Walther y Roland Hermann
como Beckmesser-, algún desacierto palpable -Peter Lagger como Pogner- y
algunas elecciones claramente mejorables -Catarina Ligendza como Eva, Horst
Laubenthal como David e incluso Christa Ludwig en el rol de Magdalene-. Así que
para conocer el memorable Hans Sachs de Fischer-Dieskau o el Walther mejor
cantado del que hay constancia hay que hacerse con esta grabación, en la que,
como digo, hay algunos elementos escasamente logrados.
Empecemos por la dirección de Eugen Jochum. Creo que le
ocurre un poco, o bastante, lo que al Coro y a la Orquesta con los que ha
contado aquí: los de la Ópera Alemana de Berlín. Que son buenos y robustos, de
una sonoridad adecuada, muy alemana, pero no precisamente muy finos. Jochum, en
plan kapellmeister buen conocedor de
lo que se trae entre manos, enfoca y acomete Die Mesitersinger de modo voluntarioso y con buen sentido, pero
carece de a todas luces de refinamiento en el buen sentido. Así, su Obertura es
de trazo un poco grueso, no alcanzando la debida transparencia (lo que aquí es
más importante que nunca), algo confusa la escena final del Acto II, la del
alboroto callejero; tampoco el maravilloso quinteto con que se cierra el primer
cuadro del Acto III es un modelo de equilibrio entre unas y otras voces y entre
estas y la orquesta. En el Preludio III se aprecian bastante bien las
limitaciones de los vientos de la Orquesta de la antigua Ópera berlinesa del
Oeste. En conjunto, me gusta más la dirección en las grabaciones de Rudolf
Kempe (1958), de Rafael Kubelik (1967), Herbert von Karajan (1971), Sir Georg
Solti (1976 y 1996), Wolfgang Sawallisch (1994) y Daniel Barenboim (2000).
"El Sachs que estábamos esperando, pleno de penetración
y de humanidad. Un logro mayúsculo", escribía William Littler a raíz de la
aparición de esta grabación en los LPs. No puedo estar más de acuerdo. Además,
el insigne barítono berlinés se hallaba en un momento vocal óptimo. Sí, ya
estoy oyendo a quienes alegan que la voz no es lo suficientemente dramática o
grave. Lo ideal es, sí, un barítono-bajo. Pero ¿sacrificarían a un cantante e
intérprete consumado para tener la voz más exacta: es esto acaso lo más
importante? Para mí no, desde luego. En cuanto a la opinión de que es
"demasiado refinado e intelectual" -me comenta mi amigo Miguel Ángel
de las Heras que alguien le acusaba de eso- no estoy en absoluto de acuerdo.
(¿Y no habrá nadie que lo acuse, como ha sido tópico manido, de que
"parece estar cantando lied"? ¡Qué raro!...) No, no lo cambio por
Sachs tan destacados como Thomas Stewart, Theo Adam, Bernd Weikl, José Van Dam,
Robert Holl o Falk Struckmann.
El caso de Plácido Domingo no me parece tan sencillo: Maestros cantores fue su primer Wagner en
disco, y ello se aprecia en una algo deficiente pronunciación del alemán (que
fue mejorando con el tiempo) e incluso en cierto desenfoque estilístico en las
partes digamos más recitadas; lo contrario ocurre en las arias o pasajes similares, en las que canta con una línea y una
belleza y proyección vocal incomparables (incluso a los más estimables Walther:
Sandor Kónya, René Kollo, Siegfried Jerusalem, Ben Heppner, Peter Seiffert o
Johan Botha). No hay que olvidar la recomendación del propio Wagner de que
cantasen su música más "a la italiana". Y esto nunca es más propio
que a propósito de Lohengrin y Walther. Harold Rosenthal escribió sobre esta
grabación: "Domingo canta Walther mucho mejor que cualquier tenor alemán
que yo recuerde, particularmente en la Canción del premio". Amén.
También me ha gustado mucho como Beckmesser Roland Hermann
(n. 1936), un barítono-bajo de carrera discográfica escasa, pero espléndido liederista y que aquí está realmente muy
bien, tanto de voz como de intención, sin caer en los excesos de ridículo que
son (fueron, sobre todo) norma. Dota al personaje de un cierto sentido trágico que
me parece lo más conveniente, en línea con mis otros tres Beckmesser
preferidos: Hermann Prey, Andreas Schmidt y Michael Volle.
El timbre de Catarina Ligendza nunca me sedujo; tampoco está
libre como Eva de problemas técnicos: me parece una elección poco acertada. Recuérdese
que este personaje ha sido encarnado en disco por Elisabeth Schwarzkopf,
Elisabeth Grümmer, Gundula Janowitz, Cheryl Studer, Karita Mattila y Emily
Magee. Más sorprendente es el caso de Christa Ludwig, cantante a la que he
admirado muchísimo y que tiene en su haber varios Wagner sensacionales: Kundry,
Ortrud, Venus o Brangäne. Pero aquí, aunque conserva su clase de gran cantante,
muestra una voz chillona francamente desagradable ("de rata", tengo
anotado. Perdón por la irreverencia). Marga Höffgen, Brigitte Fassbaender, Ruth
Hesse, Iris Vermillion o Birgitta Svendén me gustan más.
Horst R. Laubenthal no es un mal David, pero la voz,
blanquísima, me parece muy poco atractiva, y además es apenas capaz de extraer
de ella algo de variedad cromática. Gerhard Unger, Peter Schreier, Graham Clark, Herbert Lippert y Endrik Wottrich
me convencen bastante más. Muy buenos son, en cambio, Gerd Feldhoff como
Kothner (el mejor de unos maestros no muy lucidos) y Victor von Halem como el
Sereno. (Es curioso que este breve papel lo han grabado varios bajos de altos
vuelos: Hermann Prey, Kurt Moll, Matthias Hölle, René Pape o Kwangchul Youn.
Como dije al principio, el borrón de este reparto es el Pogner del bajo (¿?)
Peter Lagger, que realmente no pasa la
ITV (en acertada expresión de un amigo). Nada que ver con los grandes
intérpretes de esta parte: Gottlob Frick, Franz Crass, Karl Ridderbusch, Kurt
Moll, Matthias Hölle o Matti Salminen. ¡Ahí es nada!
Muy interesante tu crítica. Entonces ¿qué versión recomendarías en primer lugar? Dime, si te parece, una en disco compacto y otra filmada. Garcias. Manuel.
ResponderEliminarNo es muy fácil contestar a tu pregunta. Pero tal vez me incline por la versión en CD de Karajan (EMI 1971, que suena bastante bien) con Adam, Kollo, Donath, Evans, Ridderbusch, Schreier y Ruth Hesse, con los Coros de Radio Leipzig y la Staatskapelle Dresden. Y en DVD (no en blu-ray!) la de Barenboim en Bayreuth (EuroArts 2000) con Holl, Seiffert, Magee, Andreas Schmidt, Hölle, Wottrich y Svendén, con escena tradicional de Wolfgang Wagner. Esta versión, por cierto, también está (tal cual) en CD de Teldec/Warner.
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