martes, 5 de febrero de 2019

Dos blu-rays de gran interés: Rostropovich y Iolanta + Cascanueces


"Slava": violonchelista y director
En primer lugar, el documental del sello Naxos titulado "Rostropovich: el arco indomable", realizado por el excelente Bruno Monsaingeon. Consta de tres partes, que en total duran más de dos horas y tres cuartos. La primera es el documental propiamente dicho, uno de los más convincentes que recuerde sobre un músico. Cuenta con una impresionante documentación tanto video como fotográfica, con numerosas entrevistas. Pero lejos de abrumar, se sigue con enorme interés. Creo que la aproximación al personaje es de las más certeras que se hayan visto en este género. 

La segunda parte, que figura como bonus, es la inclusión de tres interpretaciones del gran cellista: las dos últimas variaciones y la coda de las Variaciones rococó de Tchaikovsky con Ozawa y la Sinfónica de Boston (1986), en las que despliega (aún) un enorme virtuosismo y toda su capacidad de sacar todo lo imaginable de músicas que, como esta, no son nada del otro jueves. Y antes de una excelsa Sarabanda de la Segunda Suite para cello solo de Bach (1969, bastante anterior por tanto a su filmación de la serie para EMI), un Trío "Archiduque" de Beethoven (París, 1974) en compañía de dos solistas reputadísimos: Yehudi Menuhin y Wilhelm Kempff. El genial violinista da, pese a algún que otro desliz, no pocas muestras de su legendaria musicalidad. Pero el imprevisible y tantas veces sobrevalorado pianista tuvo uno de sus (demasiado frecuentes) días malos, y no lo digo en primer lugar por sus variadas chapucerías, sino sobre todo por una palpable ausencia de sentido musical: transiciones mal enhebradas, ausencia de poesía, rutina imperdonable en momentos clave del trío con piano más hermoso de la historia de la música: nadie ha expresado mejor el éxtasis que Beethoven al final de este Andante cantabile. Es una pena, pero no deja de ser un ejercicio interesante escuchar esta versión en la que no se entienden (no se pueden entender) como auténticos músicos de cámara (ni qué decir tiene que en la grabación de DG, 1970, con Szeryng y Fournier, sin ser una maravilla, Kempff está mucho más cabal). La perfección de la prestación de Rostropovich es absoluta, pero el pianista a menudo no les deja volar a sus partenaires

El segundo bonus se titula "Solchenitsyn y Rostropovich" y se basa en entrevistas a la viuda y un hijo del escritor y a dos hijas del violonchelista. Ya se sabe que este se arriesgó muchísimo ocultando en su mansión campestre al perseguido por el régimen soviético autor de Pabellón del cáncer. Los subtítulos vienen en francés, inglés, alemán, ruso, japonés y coreano: ¡pero seguro que todos los melómanos españoles entienden a la perfección alguna de estas lenguas!...

Iolanta + Cascanueces
En marzo de 2016 la Ópera de París montó un espectáculo singular: dos obras de la última época de Tchaikovsky (1892): la más tardía se sus óperas, Iolanta, seguida, enlazada con el ballet Cascanueces. Una idea, al parecer, del controvertido e irregular director de escena Dmitri Tcherniakov, al que le he visto unas cuantas patochadas así como varios aciertos rotundos, estos últimos solo -curiosamente- en óperas rusas. La preciosa y mucho menos conocida de lo que merece Yolanda me parece una puesta en escena sensata a carta cabal y de gran sensibilidad y belleza. Sobre Cascanueces, en cambio, no sé muy bien qué pensar. 
De entrada, no me queda claro por qué encadenarlas: el escenario es el mismo, sobre todo en el primer cuadro completo, que es una fiesta familiar de cumpleaños. Casi todos los personajes -los cantantes mismos- de la ópera vuelven a aparecer en el ballet, coreografiado por Sidi Larbi Cherkaoui, Édouard Lock y Arthur Pita. Por sí sola, esta recreación, libérrima (mucho más que la fascinante de Maurice Béjart), oscura y trágica en gran parte, me parece más que discutible, pero es posible también que interesante, sobre todo el inesperado e impactante final. Decididamente no sé qué opinar de ella, pero lo cierto es que me ha mantenido la atención y ha habido escenas que he encontrado logradas; frente a otras que no me convencen o no las entiendo. Pero solo por la ópera me alegro de haber comprado este blu-ray de BelAir de excelente calidad técnica. 

La dirección musical, a cargo de Alain Altinoglu, la encuentro correcta pero no muy inspirada. Desde luego, la del imprevisible Teodor Currentzis (Blu-ray Teatro Real, 2012) es claramente más poética y espiritual. Pero la escena de Peter Sellars (nada estrambótica esta vez) me gusta menos que la de Tcherniakov, y los cantantes de la función madrileña no son en conjunto tan destacados. Allí eran Ekaterina Scherbachenko (Iolanta), Pavel Cernoch (Vaudémont), Dimitry Ulianov (Rey René), Willard White (Ibn-Hakia), Alexei Markov (Robert) y Ekaterina Semenchuk (Marta). En París son, en el mismo orden, Sonya Yoncheva, Arnold Rutkowski, Alexander Tsymbalyuk, Vito Priante, Andrei Zhilikhovsky y Elena Zaremba. 

Es lo que más me ha gustado de lo que le he escuchado hasta ahora a la protagonista, que se ha metido ya peligrosamente en los tremendos papeles de Norma y Médée. A mí me parece que no es una soprano dramática, sino una lírica con bella voz muy timbrada, técnica sólida y un considerable instinto musical. Así que me dan miedo esas aventuras: ¡no todas las cantantes, sino casi ninguna, pueden hacer lo que Anna Netrebko, cuya evolución desde lírico-ligera a dramática es casi incomprensible por su rapidez, y por no haberle pasado la menor factura a su voz! Correcto, interesante, bonito timbre lírico, el del tenor Arnold Rutkowski. En cuanto a Tsymbalyuk (Fafner en el Siegfried de Barenboim en La Scala y en el reciente Rheingold del Real), me parece una de las voces de bajo más impresionantes de los últimos tiempos, si bien aquí muestra cierta incomodidad al apianar. Discreto el barítono Zhilikhovsky y espléndidos el barítono-bajo Vito Priante y la veterana mezzo Elena Zaremba (59 años entonces). ¡Subtítulos en español! (no, no es broma...)

7 comentarios:

  1. Hola, Ángel:

    ¿Conoces la grabación de "La doncella de Orleans" de Rozhdestvenski con la Arkhipova? ¿Cuál de las óperas, digamos, "menores" de Chaikovski prefieres, esto es, apartando el "Onegin" y la "Pique dame"?

    Saludos cordiales.

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  2. No conozco esa Doncella de Orleáns, y tampoco todas las óperas de Tchaikovsky. De las que conozco, me gustan sobre todo Iolanta y Mazeppa.

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  3. En Ritmo le han llamado al DVD de Rostropowich "El arco indómito". ¿Como cree que es más correcto, indómito o indomable?. CARMELO.

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    1. Pues mire, consulto en el diccionario ambas acepciones y dice lo siguiente:
      "Indomable: Que no puede domarse".
      "Indómito: Difícil de domar".
      Así que yo me quedo claramente con "indomable".

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  4. Esta mañana en Radio Clásica una invitada y Martín Llade hablaban de la controvertida (¡y tanto!) conclusión de la Sinfonía Inacabada de Schubert. Para mí que no hace ni falta discutirlo; lo que llama la atención es la enorme publicidad que se le ha dado al hecho, cuando ya se habían hecho varios finales para esa Sinfonía...
    Pero vuelvo a lo que iba: la invitada ha citado varios finales para obras musicales incompletas. Cuando ha referido el de la Novena Sinfonía de Bruckner, Martín Llade la ha interrumpido afirmando que "nadie va a hacer un cuarto movimiento para esa Sinfonía, que con los 70 minutos (¿?) que ya duran los tres primeros hay más que de sobra; y que me perdonen los que sean brucknerianos..." Parece mentira la osadía de este señor: desconoce el finale que ¡tiene grabado nada menos que Rattle con la Filarmónica de Berlín! Bueno, puede no conocerlo, pero no puede bajo ningún concepto afirmar que "nadie ha hecho un cuarto movimiento para ella". En estas manos estamos, está Radio Clásica. Y además se permite menospreciar a Bruckner y a quienes lo admiramos como uno de los más geniales sinfonistas de todos los tiempos.

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    1. Mi amigo Miguel Ángel de las Heras ha indagado sobre este asunto y me transmite lo siguiente: hay seis o siete finales "completados" para la Novena Sinfonía de Bruckner. Y decenas de grabaciones firmadas por Rattle, Inbal, Harding o Rozhdestvensky. Y me señala también que algunas grabaciones se acercan en los tres primeros movimientos a los 70', mientras que la de Celibidache (como era de esperar) los sobrepasa. La duración media está entre 62 y 64 minutos.

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    2. El principal problema de Martín Llade es que se cree gracioso, todo el tiempo está soltando gracietas, esto le lleva a decir cosas casi sin pensarlas, y por ello comete errores frecuentes. ¡Un poco más de seriedad, los oyentes no tenemos que estar divirtiéndonos a cada momento!. C.C.C.

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