Lulu en Múnich 2015 con Petersen,
Skovhus, Kirill Petrenko y Tcherniakov
Gran
versión, producida por Medici TV, de una representación en la Ópera Estatal de
Múnich en junio de 2015. Aunque no estoy preparado para juzgar la escena del
tan variable Dmitri Tcherniakov, me da la impresión de que en esta ocasión ha
estado más acertado que errado. A la dureza de la propia ópera se añade, sin
embargo, la extrema sobriedad de la escenografía: unas pocas sillas y unas
barras verticales cerradas en ocasiones por paneles transparentes. Pero tengo
la impresión de que la interacción entre los personajes está muy trabajada y
posee lógica. Aun así, hay cosas que, por supuesto, no entiendo.
La
dirección musical de Kirill Petrenko, que recurre a la versión completada por Friedrich
Cerha (algo que, extrañamente, no hizo Barenboim en su DVD para DG), es,
evidentemente, magnífica: aparte de la imponente y clarificadora puesta en
sonidos de la compleja partitura, la respuesta que obtiene de la orquesta es
formidable. Me recuerda al último Boulez: sin pérdida de la rigurosa
objetividad, se aleja de toda frialdad cerebral, mirando mucho al expresionismo.
La
protagonista es Marlis Petersen, una soprano lírica a diferencia de la más
habitual lírico-ligera. Creo que al personaje le conviene más la primera
opción, si bien tiene el inconveniente (menor) de que el registro en extremo
agudo al que la lleva en ocasiones Alban Berg se resiente en una voz de esta
tipología. Es esta tesitura extremadamente alta la que lleva a escoger más
frecuentemente una voz del segundo tipo. Son pocas, casi ninguna (señalaría a
Christine Schäfer) las voces capaces de dar respuesta acertada a estos
desafíos. Además, Petersen es una gran actriz. El segundo personaje más
importante de la ópera, el Dr. Schön (más Jack el destripador) es quizá el que
menos me ha convencido: encuentro al barítono Bo Skovhus poco maleable, un
tanto rudo. Los principales papeles restantes creo que han sido acertadamente
escogidos: Daniela Sindram (Condesa Geschwitz, una grata sorpresa), Matthias
Klink (Alwa, apurado arriba), Rainer Trost (Pintor, Negro), Martin Winkler
(Domador, Atleta), Rachael Wilson (Escolar, Mozo, Empleada de guardarropa),
Christian Rieger (Doctor, Banquero, Profesor) o Wolfgang Ablinger-Sperrhacke (Príncipe,
Sirviente, Marqués).
Don
Carlo en
Múnich 2012: Kaufmann, Harteros, Pape, Fisch y Rose
A estas
alturas me llega una representación en la Ópera de Múnich de hace siete años,
que merece mucho la pena conocer. Se trata, lástima, de la versión abreviada en
cuatro actos (con algunos añadidos infrecuentes, como la escena tras la muerte
de Posa), pero el reparto es de lujo: Jonas Kaufmann, Anja Harteros, René Pape,
Anna Smirnova (Éboli), Boaz Daniel (Posa) y Eric Halfvarson (Inquisidor).
Dirigen Asher Fisch en lo musical y Jürgen Rose en lo escénico. Fisch es un
verdiano de fuste, poseyendo garra y fuerte sentido dramático-teatral. Obtiene
una estupenda respuesta de la orquesta, si bien no tanto siempre del coro (ya
se sabe de los ocasionales desajustes cuando sus componentes están actuando). La
escena de Rose, tradicional, convencional, es demasiado uniformemente sórdida y
un tanto demagógica en el Auto de fe, con una procesión un tanto delirante.
Lo más
llamativo de la versión es la calidad de las voces, con tan solo una excepción:
el Marqués de Posa de Boaz Daniel, poco matizado y técnicamente algo pedestre.
Lástima, porque los restantes protagonistas derrochan capacidades. La pareja
Kaufmann/Harteros era ya entonces imbatible, como lo volverían a evidenciar al
año siguiente en Salzburgo con Pappano (DVD/Blu-ray Sony). El arrojo y la valentía
del tenor alemán son sobrecogedores, y Harteros es, de lejos, la más perfecta
Elisabetta desde Caballé (en su portentosa grabación con Giulini). Por su parte
René Pape es, vocalmente, el mejor Felipe desde Christoff y Ghiaurov (con
Solti): una impactante lección de canto y de interpretación, un Rey
especialmente rebelde frente al Inquisidor. Este, Eric Halfvarson, que también
repetiría en Salzburgo 2013, tampoco ha tenido rival durante años en este papel.
Resta citar a la intérprete de Éboli, Anna Smirnova, una mezzo dramática no
muy conocida que, sin embargo, estuvo prácticamente al nivel de estos compañeros
de reparto.
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