Entre las 24 composiciones de cámara de Brahms, que
constituyen un corpus tan formidable como cualquiera de los restantes de
su autor (sean su música orquestal, pianística o los lieder), ningún
tipo de combinación instrumental se repite más de tres veces, cantidad que
alcanzan los Cuartetos para cuerda, los Cuartetos con piano, los Tríos para
piano, violín y cello y las Sonatas para violín y piano.
Esto es así si nos ceñimos a las obras “oficiales”, a las
autorizadas por Brahms para su publicación, porque al parecer, antes de la Primera
Sonata para violín, la op. 78 (concluida en 1879), Brahms había compuesto
otras tres o cuatro que luego desechó (según se afirma, la primera de todas,
escrita en torno a 1852-53 y “aprobada” por Schumann, no fue rechazada por el
autor, sino que su manuscrito se extravió). En todo caso, Brahms fue consciente
de la muy especial dificultad del género y no “desembarcó” en él hasta fecha
muy tardía, después de haberse curtido con la mayoría de los géneros
camerísticos que cultivó.
Pero en el lapso de menos de una década compuso las tres
sonatas violinísticas que llegó a publicar: Opp. 78 (1879), 100
(1886) y 108 (1888). La Op. 78 surgió en Pörtschach-am-See
(Carintia) durante los veranos de 1878 y 79. El clima general de la obra refleja
la belleza, la dulzura y la serenidad del lugar donde se gestó, cualidades que
calaron en el estado de ánimo de Brahms. Sólo en la sección de desarrollo (“Più
sostenuto”) del primer movimiento, “Vivace ma non troppo”, y en la coda misma
se altera este clima apacible, encrespándose el ambiente sosegado y como
espontáneo (pero en realidad riguroso en la forma) que dominaba desde el
comienzo.
El “Adagio”, en forma ternaria, nos trae a la memoria el
tiempo con la misma indicación de la Sonata No. 10 de Beethoven: no es
precisamente un mal modelo. Aquí el carácter de la música es menos distendido
que en el movimiento anterior; hay más misterio y anhelo, y gravita sobre él un
aire trágico, incluso fúnebre en un pasaje. A juzgar por el contenido de una carta
dirigida por Brahms a Clara Schumann, es posible que el compositor aluda aquí a
la muerte a los 24 años de edad de Felix, hijo del matrimonio Schumann.
El tercer y último movimiento, “Allegro molto moderato” (molto
califica obviamente a moderato, no a allegro), tampoco se aparta
mucho del tempo predominante de la obra, más bien lento. Es en él donde
Brahms cita más abiertamente su canción Regenlied (“Canción de la
lluvia”, op. 59/3), aunque también hay ecos de la que le sigue, Nachklang
(“Reminiscencia”, op. 59/4): el aire lírico y melancólico de este fragmento
puede que tenga su origen en el dolor por la muerte de Schumann y en el posible
amor de Brahms por la viuda de ése, Clara (que estaba al tanto de estos
significados). Por cierto ¿un amor “imposible”, como se ha dicho? ¿Imposible
por qué?
La Sonata, que fue estrenada en Viena el 20 de
noviembre de 1879 por el violinista Joseph Hellmesberger y por Brahms al piano,
termina en piano y lentamente. Es, quizá, aceptada resignación lo que
expresa: “me gustaría que el último movimiento me acompañase en el viaje de
éste al otro mundo”, le escribió a Clara, quien también se sentía especialmente
conmovida por esta obra. Que es, sin duda, y al igual que las otras dos de su
autor, una de las cimas del género.
DISCOGRAFÍA
1947 Decca Kulenkampff, Solti 10’15+7’34+7’58 6/5
1956 EMI Gioconda
de Vito, Edwin Fischer 10’41+8’14+9’05 4/5
1960 Melodiya D.Oistrakh,
Frida Bauer 10’32+7’58+8’36 8/6
1961 RCA Szeryng, Rubinstein 10’31+7’38+9’29 8/7
1975 DG Zukerman, Barenboim 11’14+8’15+9’00 8,5/8
1985 EMI Perlman,
Ashkenazy 10’44+8’03+8’15 8/8,5
1990 Sony* Perlman, Barenboim 10’13+7’28+7’54 8/8
1991 Decca P.Amoyal, Rogé 10’43+8’03+8’21 8/9
1996
Dinemec Alberto Lysy, Jeffrey Gilliam 10’11+8’14+8’30 7,5/7,5
1997 EMI K.W.Chung, P.Frankl 11’19+7’58+8’43 8/8
2007 RCA Znaider,
Bronfman 10’17+7’21+8’16 8,5/9
2012 Naïve Sergey
& Lusine Khachatryan 11’26+8’56+9’37 10/8,5
*también en DVD Sony y en Blu-ray EuroArts