Genial desde el primer momento
Conozco a melómanos supuestamente wagnerianos -así se consideran a sí mismos- que no conocen, y hasta se ufanan un poco de ello, ninguno de los Tristanes grabados por Barenboim. Realmente no saben lo que se pierden, y no saben (¿o sí?) haber sido envenenados por revistas como Scherzo y diversos críticos, o estar dominados por prejuicios y manías que les obnubilan la mente. Pues bien, yo estoy convencido de que, aunque solo fuese por sus interpretaciones de esta ópera -la más grande de la historia de la música, según una mayoría de los críticos- Daniel Barenboim estaría entre los directores más extraordinarios de su época.
Ya en la filmación en Bayreuth de 1983 -con la impagable dirección escénica de Jean-Pierre Ponnelle, pura poesía visual, masacrada por DG en un DVD que se ve peor que el VHS y el laser disc en que anteriormente fue editada- se pudo comprobar que Barenboim era un intérprete literalmente genial de esta obra; él mismo confesó que su segunda y tercera grabaciones -para audio (DG) y vídeo (EuroArts, realizada por Ponnelle)- de las 32 Sonatas de Beethoven de 1984-85 se habían visto muy influidas por su inmersión en el inmortal drama musical wagneriano.
Una docena de años después del primer documento audiovisual de Bayreuth volvió a salir de este escenario una nueva producción, firmada ahora por el dramaturgo Heiner Müller -y que se ha convertido en mítica- que seguía a una toma solo de audio para el sello Teldec con la Filarmónica de Berlín y un reparto más que estelar en el que repetían los dos protagonistas; versión antológica que Enrique Pérez Adrián tuvo a bien desacreditar cuanto fue capaz.
La cuarta grabación -con imágenes- de Tristán e Isolda por Barenboim fue realizada en La Scala de Milán el año 2008, a cargo visualmente en esta ocasión del genial y añorado Patrice Chéreau, pero que cuenta con el segundo serio lunar en lo que a los repartos se refiere: si en 1983 era el tosco Kurwenal de Hermann Becht, en Milán fue el Tristán de Ian Storey, buen cantante de timbre nada grato.
Diez años más tarde, en 2018, fue filmada en la Ópera Estatal de Berlín esta nueva versión del sello BelAir que ahora acaba de aparecer en DVD y Blu-ray. Diré ya que, técnicamente, es deslumbrante, sin duda la mejor hasta la fecha y que además -¡milagro que no se recuerda en los últimos años en una ópera en imágenes!- posee subtítulos en español.
¿Su mejor Tristán?
Para mí es globalmente el mejor Tristán de los cinco de Barenboim, con permiso del audio -técnicamente magnífico- de Teldec. Porque Barenboim, que -aparte sus grabaciones- lo ha dirigido mil veces, lejos de caer en la rutina, se ha implicado seguramente más que nunca en esta ocasión, llegando a alcanzar una temperatura emocional casi insoportable. El grado de conocimiento de la partitura hasta sus menores detalles es asombroso. Y diré más: ni siquiera la excepcional orquesta de Bayreuth ni la gloriosa Filarmónica de Berlín están tan fabulosamente bien como la Staatskapelle berlinesa de esta versión. Por si alguien cree que exagero, reproduzco aquí lo escrito por Luis Gago (El País, 13-2-2018) a propósito de estas funciones: “con una respuesta formidable de la Staatskapelle de Berlín, que Barenboim ha convertido, por cantidad y calidad, en la orquesta wagneriana actual por antonomasia: potente, cálida, flexible, dulce, avasalladora, capaz de tejer en todo momento el tapiz sonoro con que desea verse arropado e inspirado cualquier cantante”. “Basta para consagrarlo como uno de los mejores directores wagnerianos de la historia”, afirma a continuación.
Un excelente reparto, engrandecido
¿Qué hay del elenco? Andreas Schager es el tenor wagneriano soñado, uno de esos que se dan cada 30 o 40 años: canta muy bien -graduando la dinámica, desplegando un espléndido legato-, posee una materia prima genuina de tenor dramático (no lo eran plenamente, pese a sus grandes méritos, ni René Kollo ni Siegfried Jerusalem) y asombra su resistencia: nada de reservarse para los momentos de clímax o los más lucidos; lo da todo en todo momento, y sin mostrar agotamiento. Sería una pena que, tras su Max de El cazador furtivo o su Parsifal no dejase testimonio grabado de su Sigfrido*.
Anja Kampe, soprano dramática de una pieza, apenas me ha llevado a echar de menos a la inmensa Isolda de Waltraud Meier, pues posee una voz de mayor entidad y ha logrado encarnar al personaje con tal veracidad y riqueza de matices que, seguramente, ha aprendido bastante de ella. Kampe es una gran, muy gran cantante, que domina con enorme seguridad sus excepcionales medios.
Muy bueno el bajo danés Stephen Milling, si bien no llega al grado de matización expresiva de Salminen, o incluso de Pape (quien, curiosamente, no ha llegado a grabar el papel del rey Marke con Barenboim, su director fetiche). Ekaterina Gubanova es una maravillosa Brangäne: más lírica que dramática, canta que da gloria y no ha sido alcanzada por ninguna mezzo que yo recuerde en sus advertencias a los amantes del acto II. El menos relevante del reparto es el barítono Boaz Daniel, Kurwenal competente de sólida voz y no mucho más.
Como en las anteriores grabaciones de este director, los papeles menores están servidos lujosamente: Stephan Rügamer (Melot) y el joven tenor Linard Vrielink, de precioso timbre, como un joven marinero. No puede ser casual que todos y cada uno de los cantantes den tanto de sí -en lo que a las encarnaciones de sus personajes se refiere- de no haber sido por una exhaustiva preparación por parte de la batuta; no todos los grandes directores consiguen tales resultados de sus solistas, por prominentes que sean. Y este trabajo -a menudo pasado por alto- es fundamental en el campo de la ópera.
De la concepción escénica del irregular Dmitri Tcherniakov no puedo decir mucho, entre otras cosas porque disto de ser un experto y porque hay cosas que no he entendido. Pero sí me ha llamado la atención, siguiendo el texto, lo concienzudamente que ha dirigido a los actores, que reaccionan con plena lógica a lo que está ocurriendo o están expresando en cada momento. Algo más que un mero detalle me ha parecido un hallazgo oportuno: cuando, al final del acto I Tristán e Isolda toman el filtro que creen les va a llevar a la muerte, al comprobar que no mueren, sino que algo muy distinto empieza a despertárseles, prorrumpen en un ataque de risa. En esa escena y en el comienzo del acto II el amor les embriaga hasta infantilizarlos.
En resumen: Tristán es para el director Barenboim algo así como las 32 Sonatas de Beethoven para el pianista Barenboim.
*para otoño de este año 2022 se anuncia(ba) un Anillo de Barenboim con él. Esperemos que la salud del director se lo permita.
LOS CINCO REPARTOS
Tristan/Isolde/Marke/Brangäne/Kurwenal/Melot/Pastor/Timonel/Joven marinero
(tras las duraciones de los tres actos, se anotan entre paréntesis las del Preludio I)
1983 René Kollo/Johanna Meier/Matti Salminen/Hanna Schwarz/Hermann Becht/Robert Schunk/
Helmut Pampuch/Martin Egel
*DG Daniel Barenboim/Coro & Orquesta del Festival de Bayreuth/*Jean-Pierre Ponnelle
82’58+82’53+77’37 (11’02) 9/8
1995 Siegfried Jerusalem/Waltraud Meier/Matthias Hölle/Uta Priew/Falk Struckmann/Poul Elming/
Peter Maus/Sólyom-Nagy/Elming
*DG Daniel Barenboim/Coro & Orquesta del Festival de Bayreuth/*Heiner Müller
81’30+75’40+74’47 (10’40) 9,5/9
1995 Siegfried Jerusalem/Waltraud Meier/Matti Salminen/Marjana Lipovsek/Falk Struckmann/
Johan Botha/Peter Maus/Roman Trekel/Uwe Heilmann
Teldec Daniel Barenboim/Coro de la Ópera Estatal/Orquesta Filarmónica de Berlín
81’41+77’27+76’18 (10’28) 10/9
2008 Ian Storey/Waltraud Meier/Matti Salminen/Michelle DeYoung/Gerd Grochowski/Will Hartmann/
Ryland Davies/Ernesto Panariello/Alfredo Nigro
*Erato Daniel Barenboim/Coro & Orquesta de La Scala, Milán/*Patrice Chéreau
81’03+78’38+74’17 (10’23) 9,5/9
2022 Andreas Schager/Anja Kampe/Stephen Milling/Ekaterina Gubanova/Boaz Daniel/Stephan Rügamer/
Linard Vrielink/Adam Kutny
*BelAir Daniel Barenboim/Coro de la Ópera Estatal & Staatskapelle Berlin/*Dmitri Tcherniakov
84’37+84’28+78,51 (10’25) 10/10
Casualmente tenía este Tristan, en su momento lo pasó un compañero con buena calidad en tres ficheros y subtítulos en francés. No le presté demasiada atención por la puesta en escena que a simple ojeo no me atrajo. Ahora es el momento de volver visualizarlo gracias a su reseña.
ResponderEliminarLo de Barenboim en Tristán e Isolda es de otra galaxia. La verdad, cuesta creer que se pueda mejorar algo tan extraordinario como el nivel de la grabación de audio con la Filarmónica de Berlín, pero ya en 2010 tuve ocasión de escucharle en vivo la última función de Tristán que dirigió en la antigua Staatsoper (estaban allí Seiffert, Meier, ¡y Gubanova ya rondaba por ahí como Brangania!). Para mí fue un Tristán inolvidable, y teniendo en cuenta cuánto estudia y reestudia Barenboim cada obra, no puedo ni imaginar a qué cotas habrá llegado esta vez. Y si además el reparto acompaña…
ResponderEliminarCreía que Roberto Mendes estaba mejor informado: esta tarde ha dicho, y dos veces al menos, "el Quinteto La muerte y la doncella de Schubert". Que se sepa, existe un lied de Schubert con ese título, y el Cuarteto La muerte y la doncella. Pero ningún quinteto, oiga...
ResponderEliminar¿Se publicará en formato audio?
ResponderEliminarNo lo sé. Pero me extrañaría que lo hicieran.
EliminarYo tengo la versión en dvd con Meier y Jerusalem, que me parece una versión impecable y que he visto un par de veces....
ResponderEliminarSorprendente calificación de este Tristan en DVD en la revista francesa Diapason. Le dan 3 diapasones que para su baremo es muy bajo. Leyendo la crónica se alaba sin reservas la dirección de Barenboim y la actuación de casi todos los cantantes, en línea con las opiniones de Angel, pero el palo es para la puesta en escena de Dimitri Tcherniakov. A mí me pareció muy decepcionante, sin aportar ningún atractivo, solo la original escena en el tercer acto donde se representa el hogar de Tristán niño rompe la vulgaridad e insulsez. La cuestión es porque se califica tan bajo una interpretación extraordinaria, dando casi todo el peso a la escena teatral. Esto quizás confunda al aficionado.
ResponderEliminarSí, la calificación de Diapason es muy baja, y deberían especificar que se debe a la puesta en escena. Este aspecto es, sin duda, muy discutible. Pero para mí lo musical es lo más importante. En las óperas con imágenes que yo califico tengo mucho más en cuenta lo musical, máxime teniendo en cuenta que yo no soy un experto en lo escénico, y que esto es mucho más opinable que lo musical.
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