Dvorák: Sinfonía No. 8 en Sol mayor, op. 88,
B163
Allegro con brio; Adagio; Allegretto grazioso – Molto
vivace; Allegro ma non troppo
El ciclo sinfónico de Dvorák –de nueve obras como
tantos otros compositores, de Beethoven a Vaughan Williams– es, quizá más
claramente que ningún otro, un camino ascendente hacia la perfección, pues cada
una de las sinfonías del checo es, seguramente, superior a la que le antecede.
Regla sólo discutible en lo que respecta a las dos (o puede que a las tres)
últimas: es arduo dilucidar entre la calidad de las postreras, siendo además,
como son, muy diferentes entre sí. Compuestas a lo largo de toda su carrera
(desde 1865 las dos primeras, hasta la Séptima en 1885, la Octava
en 1889 y la Novena en 1893), evolucionan desde el formalismo académico
y la prolijidad de las dos primeras a la plenitud de las tres últimas,
verdaderas obras maestras.
Después de la Séptima, que ha sido a veces
llamada la “patética” entre las sinfonías dvorakianas y cuya estructura es
admirablemente clásica, la Octava se aparta de la poderosa influencia de
Brahms y emprende otro camino: Dvorák mismo había manifestado que deseaba con
ella “componer una obra distinta a mis sinfonías anteriores, con ideas
individuales trabajadas de un modo nuevo”. En efecto, con la Octava
logró muy probablemente su sinfonía más original e innovadora. Su propia
tonalidad de Sol mayor, asociada sobre todo a canciones populares, es muy rara
en las sinfonías románticas y posrománticas. Como ha escrito agudamente Klaus
G. Roy, “hacía falta tener valor, en aquellos tiempos dominados por lo alemán,
para escribir una sinfonía que no fuera altisonantemente profunda y dramática,
ni retórica, ni desarrollada según la aceptada tradición sinfónica. Y era
necesario ser un genio para construir a base de materiales tan poco sinfónicos
una sinfonía tan magnífica”.
Compuesta en su casa de campo de Vysoká, entre el 26
de agosto y el 8 de noviembre de 1889, su primer movimiento se abre con una
breve introducción de aire en cierto modo hímnico, en Sol menor, para cellos y
viento, antes de que la flauta anuncie el primer tema, en Sol mayor: melodía
que parece una voz de la naturaleza. La primera idea tendrá un papel destacado
a lo largo del movimiento, estableciendo una oposición entre mayor y menor, ya
que reaparecerá entre la exposición y el desarrollo y antes de la
recapitulación, actuando como nexo entre dichas secciones. El segundo tema, en
Si menor, es otra hermosa idea enunciada por cuerdas y maderas, pero que Dvorák
apenas aprovecha, tal es la abundancia de melodías –a cuál más feliz– en esta
partitura. La orquestación, extraordinariamente imaginativa, y los contrastes
dinámicos juegan un papel decisivo en este movimiento, que se anticipa al de la
Cuarta Sinfonía de Mahler (también en Sol mayor) en su tratamiento del
material temático.
Se ha dicho que el “Adagio” parece un poema sinfónico
en miniatura sobre la vida en una aldea checa. De nuevo la oposición
menor-mayor es determinante, y la ligazón entre los temas, de gran originalidad
y audacia, pero fluida, nunca forzada. El primer tema recuerda la melodía de la
pieza para piano “En el viejo castillo” (tercero de los Poéticas estampas
sonoras, op. 85, B161, de Dvorák, del mismo año 1889) y el segundo
parece imitar a una banda de pueblo. Hay un momento particularmente acertado en
que Dvorák rompe la atmósfera bucólica con una súbita y rotunda incursión en el
reino de lo dramático.
El tercer movimiento podría ser una de sus más
hermosas danzas eslavas. A pesar de ello, está perfectamente integrado en la
Sinfonía. Comienza con una bellísima melodía danzable que alcanza momentos de
un lirismo de muy alta temperatura. La alternancia entre Sol menor y mayor
vuelve a ser relevante. La delicada música del trío, una especie de ländler
checo, trae a la mente a Schubert, y es este motivo, transformado y a tempo
de “molto vivace”, el que cierra el movimiento, acrecentando así su parecido
con una danza eslava.
El finale es básicamente un conjunto de
variaciones que se abre con una vistosa llamada de trompetas, pero que se
interrumpe con un episodio de aire marcial y una breve sección de desarrollo.
Las variaciones comienzan con un hermoso canto de los cellos que recuerda al
tema del comienzo de la Sinfonía, enunciado por la flauta. También aquí la
fluctuación entre mayor y menor es significativa. La coda, retomando una de las
variaciones -que puede recordar a la música de una orquestina de pueblo y nos
hace pensar por un momento en Janácek- es estrepitosamente alegre y tumultuosa.
Toda la obra, un inagotable caudal de inspiradas melodías, transpira un intenso
placer por su composición y un vivo gozo –más que la apacible serenidad
beethoveniana de la Sinfonía “Pastoral”– ante la contemplación de la
naturaleza.
Estrenada en Praga bajo la dirección de Dvorák el 2 de
febrero de 1890, el 24 de abril la dirigió en Londres. La Sinfonía siguiente y
última, la denominada “del Nuevo Mundo”, no es, según la mayoría de los
expertos, superior a la Octava, pero ha alcanzado una enorme popularidad
que ha eclipsado a ésta, lo que constituye un gran y no del todo comprensible agravio.
Sinfonía 8, op. 88, B163 (1889)
1951 Naxos Václav Talich/OFilCheca 09’52+10’22+6’48+09’05 7/6
1954 DG Fritz Lehmann/OSinfBamberg 09’24+11’08+5’53+08’12 7/6
1958 Warner Barbirolli/OHallé 09’46+10’25+6’05+09’00 9/6,5
1959 Sony Szell/OCleveland 09’58+10’06+6’20+09’04 7/7
1961 RCA Munch/OSinfBoston 09’56+10’09+6’14+09’29 8/7
1962 Sony Walter/OSinfColumbia 09’59+09’16+5’57+10’10 7,5/7
1962 EMI Giulini/OPhilharmonia 10’11+10’57+6’55+10’03 9,5/7
1962
Decca Karajan/OFilViena 09’54+11’09+6’07+09’34 9/8
1963
Decca Kertész/OSinfLondres 10’02+09’59+6’03+09’01 8,5/7,5
1966
DG Kubelik/OFilBerlín 09’50+10’16+6’36+08’46 9,5/7
1971
EMI Szell/OCleveland 10’44+10’32+6’37+09’26 8,5/7,5
1975
Eterna Blomstedt/StaatskapelleDresden 09’49+10’58+6’33+10’14 7,5/7
1977
Decca Mehta/OFilLosAngeles 09’36+10’15+5’41+09’42 8/8,5
1978
Eterna Otmar Suitner/StaatskBerlin 09’24+10’02+6’38+10’21 7,5/7,5
1978 DG Giulini/OSinfChicago 10’56+11’36+6’56+10’43 10/8,5
1979
EMI Karajan/OFilBerlín 09’39+11’20+5’38+09’44 8,5/8
1979
Philips C.Davis/OConcertgebouw 09’40+11’07+6’33+09’42 7,5/8
1982
DG Maazel/OFilViena 09’55+11’05+5’48+09’26 7/8,5
1986
Decca Dohnányi/OCleveland 10’13+10’38+6’11+09’21 9,5/9,5
1987
DG Karajan/OFilViena 09’42+11’17+5’35+10’02 9,5/9
1989
Telarc Previn/OFilLosAngeles 10’24+10’27+6’03+09’17 8/8,5
1991
DG Levine/StaatskapelleDresden 10’31+10’30+6’10+09’34 7/9
1991 Sony Giulini/OConcertgebouw 11’13+11’36+7’16+11’32 9/9
1994
Sony Abbado/OFilBerlín 10’26+10’22+5’56+09’50 8,5/8,5
1999
Teldec Harnoncourt/OConcertgebouw 10’49+10’01+6’08+09’30 7/7
2000
DG M.W.Chung/OFilViena 10’35+10’22+5’56+09’50 8/9
2001
Philips Iván Fischer/OFestBudapest 10’16+10’30+5’41+10’27 8/8
2005
Supraphon Mackerras/OSinfPraga 09’45+10’00+6’03+10’17 8/7,5
2010
RCO Jansons/OConcertgebouw 09’59+10’37+6’37+10’18 8/7,5
2012
Bis Claus Peter Flor/OFilMalasia 10’18+10’40+5’54+10’13 8,5/8
2014 Decca Belohlávek/OFilCheca 10’02+10’43+6’19+10’36 8,5/9,5
2014 Reference Manfred Honeck/OSinfPittsburgh 10’04+11’44+6’02+11’13 9/9,5
2016 Pentatone Orozco Estrada/OSinfHouston 10’30+11’06+6’04+10’38 9/9
2017 DG Nézet-Séguin/OFilRotterdam 10’05+11’20+6’07+09’50 ,5/8
*2017 EuroArts Jansons/OFilBerlín 10’30+10’40+6’43+10’43 8,5/8
2019 Bamberg Jakub Hrusa/OSinfBamberg 09’53+10’40+6’37+09’46 8/8
2022 DG Dudamel/OFilLosAngeles 09’51+10’20+5’50+09’37 8,5/9
Ángel,
ResponderEliminar¿Tienes idea del por qué Barenboim no tiene grabaciones de estudio de las sinfonías de Dvořák? Muchas gracias.
No, no lo sé. Y, que yo sepa, solo ha dirigido la del Nuevo Mundo. De Dvorák tiene solo grabado el Concierto de cello (tres veces), el de violín y la Serenata para cuerda, aparte de algunas piezas. Y un par de curiosidades: una Danza eslava a cuatro manos con Gerald Moore y la "Canción que me cantaba mi madre" con Anna Netrebko. Muy poco en total.
EliminarSin desbancar a Giulini/ Chicago que es sin duda alguna una version infinita, en su dia me sorprendió mucho Honeck/ Pittsburgh estupendamente grabada, y plagada de detalles sumamente interesantes de hecho es de una belleza muy destacable. Cierto es que ademas se trata de una orquesta por la que por diversos motivos siempre he tenido en alta consideracion y aquí esta sublime. Gracias D. Angel por descubrirnos mas y mejor esta obra.
ResponderEliminarVoy a ver si encuentro esa grabación. Gracias.
EliminarMucho he oído hablar de esa Octava Sinfonía de Dvorák por Manfred Honeck, que siempre me ha parecido un director muy interesante aunque quizá no tanto como lo que algunos críticos han querido hacer ver. Reconozco que la interpretación que más me ha sorprendido por su parte fue su versión de la Sinfonía Pastoral de Beethoven, una versión francamente heterodoxa, con algunas reescrituras de la parte orquestal para enfatizar su vertiente más rústica… Creo que a Carrascosa le convencerá mucho menos que a mí.
ResponderEliminarEspléndida versión la de Manfred Honeck, muy muy bien grabada. Solo me ha molestado un par de detalles, demasiado edulcorados, en el tercer movimiento.
EliminarEfectivamente, la Sinfonía "Pastoral" por Honeck no me ha convencido. Solo he tenido tiempo de escuchar el primer movimiento, y, francamente, no voy a continuar. Carece casi por completo de poesía y no responde a lo que dice el título de ese movimiento: parece más "pastoril" que "pastoral". Lo encuentro casi frivolón.
EliminarDon Ángel. Estoy adentrándome en los cuartetos de cuerda de Haydn con la integral del cuarteto Aeolian. Me parecen unas buenas versiones y ciertamente estoy disfrutando. Conozco por entradas anteriores en el blog referencias de otras agrupaciones que sin duda escucharé más adelante. Pero me resulta curioso la colocación de los minuetos en segunda posición en buena parte de los primeros cuartetos. A qué se debe exactamente?. Y por último, qué le parece la integral del mencionado cuarteto británico?. Gracias mil.
ResponderEliminarNo sabría por qué Haydn sitúa a menudo el minueto (o casi scherzo) en segundo lugar; tendrá, a bien seguro, sus razones. El Aeolian tiene a su favor que fueron pioneros; escuché en LP muchos de esos Cuartetos, hace mucho tiempo. Ahora he "picado" en varios de ellos y, sin quitarles méritos, que son muchos, creo que han sido notablemente superados, y no solo por las tomas de sonido, un poco decepcionantes para ser de los años 70.
EliminarGracias. Primero trataré de conocer bien todos los cuartetos en las interpretaciones del conjunto británico. Una vez las tenga relativamente memorizadas escucharé las versiones referenciales por usted reseñadas. Entiendo que en ese momento podré discernir mejor la calidad de estas y otras versiones. En fin, cosas mías.
EliminarMe parece que esa es la mejor táctica que se puede seguir.
EliminarGracias D. Ángel por tomarse la molestia de escucharla. Muy agradecido. Efectivamente, algún detalle edulcorado hay, sobre todo en la cuerda. Muy cierto. Por eso la amplitud, esa mirada de Giulini que es infinita, abismal... es insuperable a mi modo de ver. Lo que me puede es mi cariño a esta orquesta, en ocasiones un tanto olvidada. Recuerdo unas Enigma con Steinberg que son del todo brillantes y casi referenciales.
ResponderEliminarTambién me pregunto, como anteriormente se ha comentado, ¿qué hubiera sido de esta sinfonía en la batuta de Barenboim? Si traigo a mi mente la Segunda de Elgar..., no puedo sino echarme a temblar.. pero temo que no lo descubriremos jamás. Un fuerte y cálido abrazo.
La verdad, no soy capaz de imaginar lo que hubiera podido hacer con esa Sinfonía. Solo puedo dejar volar la imaginación. Por cierto, no solo la Segunda de Elgar, sino también la Primera (me refiero a las versiones con la Staatskapelle Berlin).
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