Nelsons completa las Sinfonías de
Shostakovich
Deutsche Grammophon pone fin a su ciclo sinfónico de
Shostakovich a cargo de Andris Nelsons y la Orquesta Sinfónica de Boston, con
el añadido del Coro del Festival de Tanglewood. Se trata de un doble CD con las
números 2 “Octubre”, 3 “Primero de mayo”, 12 “El año 1917” y 13 “Babi
Yar”. Las interpretaciones son admirables, pero el problema está en que las
tres primeras de estas cuatro Sinfonías valen musicalmente muy poco; solo se salva, claro
está, la última. Compuestas, respectivamente, en 1927, 1929, 1961
y 1962, las tres primeras son obras patrióticas muy espectaculares pero bastante
vacías.
La Segunda expresaba, según el propio
Shostakovich, “el pathos de la lucha y la victoria”: un lema que se
podría aplicar a la Quinta de Beethoven. Pero ¡menuda diferencia! La Tercera,
también con coro como la precedente, es plenamente jubilosa, pero casi tan
retórica y vacua. Y bastante más larga. La Duodécima, dedicada a la memoria
de Lenin, demuestra por descontado mayor oficio y madurez que esas dos, sobre
todo desde el punto de vista formal, pero dista de ser una de las mejores de su
autor; su retórica resulta bastante agobiante. Los cuatro movimientos de que
consta se titulan “Petrogrado revolucionario”, “Razliv” (“Crecidas”*), “Aurora”
y “El amanecer de la humanidad”.
La Décimotercera, por fin, es una obra de veras
importante. El sobrenombre “Babi Yar” se refiere a la terrible matanza
de judíos realizada por los nazis que tuvo lugar en un paraje de ese nombre,
junto a Kiev: el 30 de septiembre de 1941 fueron asesinadas indiscriminadamente
33.771 personas de todas edades y arrojados sus cuerpos a un gran barranco.
Sobre cinco poemas de Evgeni Evtuchenko, Shostakovich compuso para una nutrida
orquesta, más un bajo solista y un coro solo de bajos, una de sus partituras
más sinceras y emocionantes (desprovista, además, de efectismos). Magníficos
tanto el Coro como la Orquesta, en cuanto al solista, se impone la fuerza
expresiva de Matthias Goerne, con una voz cada vez más grave y cavernosa
(vamos, yo creo que más que Wozzeck u otros barítono-bajos que ahora cultiva,
podría hacer Hunding o Hagen. Ya he visto que ha pasado de hacer Papageno a Sarastro). La labor de Nelsons me parece absolutamente
magistral. De las no muchas versiones que conozco (tampoco hay muchas) de las Sinfonías
2, 3 y 12, estas son probablemente las mejores. En cuanto a las de
la 13, creo que aún me convence un poco más la de Riccardo Muti
en Chicago con Alexey
Tikhomirov (CSO 2020).
*Según explica Timothy Day, se refiere a la cabaña de
un campesino situada a unos 60 kilómetros de Leningrado desde donde Lenin,
escondido, dirigía sus actividades.
… y Thielemann las 11 de Bruckner
Aunque resulte sorprendente, la Orquesta Filarmónica
de Viena, ideal para Bruckner (y que posee grabaciones portentosas con, entre otros, Klemperer, Böhm, Karajan o Giulini), no había grabado un solo ciclo unitario
con un mismo director. Pues bien, Christian Thielemann acaba de completarlo
para Sony. Y no solo las numeradas del uno al nueve, sino también la“Cero
Cero” (1863) y la “Cero” (1869).
He aquí las fechas de publicación de estas grabaciones
y mis calificaciones: Cero Cero: 2023 (8/8); Cero: 2023 (8/8); 1ª: 2023 (8/8);
2ª: 2022 (8/8,5); 3ª: 2021 (8/8,5); 4ª: 2021 (7/8,5); 5ª: 2022 (7,5/8,5); 6ª:
2023 (7,5/8); 7ª: 2023 (8,5/8); 8ª: 2020 (7/8,5); 9ª: 2023 (7/8).
Como se puede ver, las tomas de sonido no me parecen a
la altura de lo mejor que puede hoy lograrse; es más, tengo la impresión de que
las que fueron registradas en primer lugar suenan con un poco más de presencia
y pegada que las más recientes. No sé si también tendrá algo que ver con
que, a lo largo de los pocos años que han transcurrido entre las primeras (y
otras ediciones suyas con la Filarmónica de Múnich o la Staatskapelle Dresden),
Thielemann parece que ha evolucionado un poco… a peor, en mi opinión. Ya no se
trata de algunas excentricidades ocasionales -que parecen haber ido
remitiendo-, sino de un gusto por un sonido menos robusto y hasta recio, sino
más pulido y delicado, demasiado cerca de lo dulzón en ocasiones, y con
propensión a exagerar los pianos o pianísimos. Recuerdo ahora lo que escribía a
este respecto Aaron Copland, con lo que estoy totalmente de acuerdo: “El
atractivo del sonido es una fuerza poderosa y primitiva, pero no debemos
permitirle que usurpe una porción exagerada de nuestro interés. El plano
sensual es importante en música, muy importante, pero no constituye todo el
asunto […] No vaya a creerse que el valor de la música está en razón directa de
su atractivo sonoro, ni que la música escrita por el compositor más grande sea
la de sonoridades más deliciosas. Si ello fuera así Ravel sería un creador más
grande que Beethoven”.
Y en este ciclo sinfónico bruckneriano no solo me
estoy refiriendo a la sonoridad propiamente dicha, sino también a la expresión,
a menudo menos dramática y sin la debida tensión. Habrá a quien le encante
esto, pero no es mi caso. Lo que más siento es que Thielemann es, o sería,
capaz de hacer un Bruckner extraordinario: ahí está el primer movimiento de
esta Séptima, que podría ser una de las más grandes de no ser por la
distanciada frialdad del “Adagio” y un cierto desinterés en los dos últimos
movimientos.
He aquí mis versiones “diez”:
Cero: Barenboim/OSinfChicago DG 1981
1ª: Barenboim/OFilBerlín Teldec 1998
2ª: Barenboim/OSinfChicago DG 1981
3ª: Celibidache/OFilMúnich EMI 1987 ·
Barenboim/OFilBerlín Teldec 1996
4ª: Böhm/OFilViena Decca 1974 ·
Barenboim/StaatkapelleBerlin DeutschlandRadioKultur 2008
5ª: Klemperer/ONewPhilharmonia EMI 1967 ·
Solti/OSinfChicago Decca 1980
6ª: Celibidache/OFilMúnich EMI/*Sony 1991
7ª: Celibidache/OFilMúnich *Sony 1990 · Celibidache/OFilBerlín
*EuroArts 1992 · Barenboim/OFilBerlín Teldec 1993 · Celibidache/OFilMúnich EMI
1994
8ª: Karajan/OFilViena *DG 1979 · Giulini/OPhilharmonia
BBC 1983 · Celibidache/OFilMúnich *Sony 1990 · Barenboim/StaatkapelleBerlin DG
2010/*Accentus
9ª: Giulini/OFilViena DG 1989
Y una calurosa recomendación:
el CD titulado “Verismo”, a base de preludios e intermedios
operísticos veristas (Ponchielli, Puccini, Mascagni, Leoncavallo, Wolf-Ferrari,
Cilea) que acaba de lanzar el sello Onyx a cargo de Domingo Hidoyan (armenio-venezolano,
n. 1980, esposo de la soprano Sonya Yoncheva) al frente de la Orquesta de la
que es director titular, la espléndida Royal Philharmonic de Liverpool. Hindoyan
comprende y domina a la perfección el tan particular lenguaje de estas páginas,
y más alicientes: el CD agrupa nada menos que 14 piezas, algunas muy poco
conocidas, y las tomas de sonido son sencillamente magníficas.
Qué curioso, ayer escuchaba precisamente la Segunda de Barenboim con Chicago, y me pareció extraordinaria, realmente fuera de serie. ¡Y tiene unos años! Me gusta también mucho la de Giulini, y la de Chailly. Algunas de estas versiones (estoy de acuerdo, todas extraordinarias y referenciales también para mí) las descubrí gracias a usted. Por ejemplo, esa Octava de Giulini grabada por la BBC, realmente sensacional.
ResponderEliminarLa matanza de Babi Yar se atribuye siempre a los nazis en exclusiva pero la situación era mas compleja. Muchos ucranianos eran pronazis, por oposición a los comunistas que, entre otras cosas, les habían matado de hambre. Y envolviendo todo eso había un antijudaismo por toda Europa, destacando como es sabido la Alemania nazi, asunto que ahora se disimula empleando a Hitler como chivo expiatorio único de todos los demás.
ResponderEliminarTodo esto explica los problemas que hubo en el estreno de la sinfonía con la policía rodeando el teatro y los cambios del texto original.
La música y la vida de Chostakovich estuvo muy afectada, para bien y para mal, por el comunismo.
El ciclo Bruckner de Thielemann con la Filarmónica de Viena también ha sido editado en Blu-ray por Unitel. Si son las mismas tomas (que sería lo normal) supongo que el sonido será mejor que en los CD.
ResponderEliminarExiste una grabación de la 7ª de Bruckner por Giulini y la Philharmonia, del año 82, que editó BBC Legends. ¿La conoces?
Saludos.
Esa 7ª por Giulini no la ofrece Qobuz. Lástima. Un amigo que la conoce me ha dicho que es excelente (¿puede que mejor que la de DG?)
EliminarLa Séptima con la Philharmonia es una grabación sensacional. Para mí, mucho más emocionante que la grabación de estudio con la Filarmónica de Viena.
EliminarY lo curioso del caso es que, en realidad, Thielemann ya había grabado un ciclo completo de sinfonías de Bruckner, (bueno, o casi completo, si no consideramos “completas” las integrales que no incluyen las sinfonías 0 y 00). Curiosamente, hace semanas salió una crítica de Miguel Ángel González Barrio donde se hacía eco de las versiones de las sinfonías 0 y 00 de este ciclo de Thielemann y abordaba una valoración de conjunto, afirmando opiniones similares y hablando de un ciclo de buen nivel, pero no comparable a lo mejor… (Claro, que para él, como en cierta manera para mí, Barenboim no está necesariamente entre los más regulares en toda la serie; hay algunas sinfonías por Barenboim que siempre me han convencido mucho, como la Séptima, y otras, como las dos siguientes o la Quinta, donde nunca me ha llamado tanto…).
ResponderEliminarY por cierto, parece que ahora sale también completa la serie Bruckner de Nelsons. ¡Y parece que tendremos Bruckner en 2024 hasta en el Concierto de Año Nuevo! ¡Martín Llade ya puede irse preparando!