Gergiev, partidario de la invasión de Ucrania, vuelve a dirigir en Europa
El pasado 15 de julio publicó El País un artículo, a página completa,
titulado “Polémica vuelta del director de orquesta pro-Putin a la escena
europea”, que firma Pablo L. Rodríguez. Se refiere, por supuesto, a Valery
Gergiev. En síntesis, se explica que desde la invasión de Ucrania le habían
cancelado multitud de actuaciones en varios países europeos. Desde aquel
febrero de 2022 solo ha actuado en su país y, ocasionalmente, en China, Omán e
Irán.
Ahora, al saberse que va dirigir en Italia -y poco después en España- se
ha levantado una gran polvareda para impedir que vuelva a actuar, pues es un
defensor a ultranza y propagandista de Putin que se ha negado una y otra vez a
condenar la invasión de Ucrania. También, para colmo, se le acusa de
corrupción: un informe afirma “tener pruebas de que Gergiev lleva años robando
dinero de una fundación benéfica (fundada por Alexei Navalni, cuyo asesinato es
de dominio público que fue ordenado por el dictador ruso) y malversando fondos
públicos”.
Yo creo que, en efecto, no se le debe permitir dirigir en países
democráticos. Pero en lo que no estoy de acuerdo con el autor del artículo es
que Gergiev (que, solo en Italia, acumula posesiones de más de 100 millones de
euros) sea “uno de los directores más destacados de la escena internacional”.
Porque me parece casi siempre un músico efectista y de brocha gorda, y estoy
convencido de que, sin la ayuda de Vladimir Putin, no habría hecho una gran
carrera.
En esto me temo, Ángel, que tampoco vamos a estar nunca de acuerdo. Yo creo que hay evidencia sonora más que suficiente de los primeros años de la trayectoria de Gergiev que permite afirmar que, en efecto, Gergiev siempre tuvo una cantidad industrial de talento y de capacidad para hacer una carrera destacada como director. Ahí están las grabaciones de ópera rusa que hizo al comienzo de su carrera, la versión filmada que tiene con la Filarmónica de Viena de El pájaro de fuego de Stravinsky, etc. Otra cosa es que, como sugiere Pablo L. Rodríguez, su afán desmedido de poder actuar en todas partes con una agenda apretadísima, su desprecio por los ensayos (y con los otros intérpretes con los que colaboraba) le hayan perdido en lo artístico.
ResponderEliminarDe hecho, en los meses previos a la invasión de Ucrania, uno de mis pensamientos respecto de Gergiev era: “¡Ojalá Gergiev se vea obligado, de alguna manera, a tomarse una pausa en su carrera sin mayor riesgo de su salud y pudiera volver con sus ideas musicales más asentadas y llevando un ritmo más razonable!”. Y bueno, ya se sabe: ¡cuidado con lo que se desea, porque puede convertirse en realidad!
Creo que no conozco a nadie con quien esté de acuerdo en todo. Aunque me sé de algunos con los que coincido en más de 95%.
EliminarEse tipo es infumable. Anoche la 2.emitio.la traviata de el real, estará una semana en tve play.
ResponderEliminarFinalmente, la dirección del Palacio Real de Caserta ha suspendido la actuación de Gergiev allí. Me parece una decisión acertada. Espero que en España se haga lo mismo.
ResponderEliminarEspero que Valentina Lisitsa tampoco pise los escenarios, por la misma razón que Gergiev. De hecho, el caso de Lisitsa es más grave aún: ofreció un concierto en la puerta de la embajada rusa en Ucrania para las tropas rusas. Aunque el tema de la guerra Rusia/Ucrania es compleja de abordar. La gente desconoce los crímenes de guerra que Ucrania estaba cometiendo en el Dombás. Pero como digo, es un tema complicado.
ResponderEliminarNo sabía lo de Lisitsa, ¡vaya jeta que tiene la señora!
EliminarDe todos modos, parece evidente que Putin no invadió Ucrania para luchar contra esos supuestos crímenes cometidos en el Donbás. ¡Con los que tiene en casa!