Opiniones de aquí y allá sobre música clásica, muchas veces a contracorriente, para que conozcan lo que opino algunos más que los amigos con los que me comunico directamente.
jueves, 24 de abril de 2014
Georges Prêtre dirige en La Scala Respighi, Franck y Offenbach
Sony tiene en su catálogo un DVD muy poco difundido que, sin embargo, es una pura maravilla. No sé si todo su contenido pertenece a un solo concierto, o a dos. En todo caso, las tres obras más la propina (Offenbach) proceden de la temporada 2010-2011, tratándose al parecer de este último año. Con un rendimiento realmente espectacular –en todos los sentidos– de la Orquesta Filarmónica de La Scala, y tras recibir una medalla de ésta por haberla dirigido a lo largo de treinta años, el anciano director francés (86 años) emprendió la interpretación de los dos poemas sinfónicos más conocidos de Ottorino Respighi. Tengo que decir que tras, escuchar estas Fuentes de Roma, me he congraciado con esta obra que en la mayoría de las ejecuciones me resultaba más bien aburrida y banal. Pero Prêtre saca petróleo de ella, cantándola maravillosamente, exponiéndola con una parsimonia que hace aflorar detalles maestros de escritura generalmente ocultos o semiocultos y manifestando una filiación impresionista realmente refinada, así como la enorme competencia de su autor en el ámbito de la instrumentación. En suma, la versión más admirable que recuerdo.
De Los pinos de Roma, sin que sea partitura que me entusiasme, sí recuerdo unas cuantas versiones que me han producido disfrute, sobre todo una en público con Celibidache dirigiendo una orquesta española (no recuerdo si la ONE o la RTVE). Pero Prêtre vuelve a ennoblecerla todo lo que parece posible, dotándola por supuesto de la gran brillantez que adquiere en varias interpretaciones, pero también de una cantabilidad de nuevo muy acusada y de un refinadísimo sentido del color, logrando que percibamos atmósferas cargadas de sugerencias. Lectura absolutamente magistral de un director que ha alcanzado una admirable madurez: lástima que no se prodigue ahora más en grabaciones audio o videográficas.
La Sinfonía en Re menor de César Franck sí es, claro está, una obra no ya irreprochable, sino incluso excelsa. El venerable director la canta con una entrega y una devoción conmovedoras, con momentos de auténtico éxtasis, recordándonos al mejor Giulini (acaso el más grande intérprete de esta partitura). Sólo tengo un leve reproche: en el finale (Allegro non troppo) se olvida un poco del non troppo, llevándolo, para mi gusto, un poco aprisa. Pero tras la reaparición cíclica del hermosísimo tema extático esta cierta y leve incomodidad se esfuma por completo. Tras los insistentísimos aplausos, Prêtre y la Orquesta ofrecieron una Barcarola de Los cuentos de Hoffmann cantada (una vez más esta palabra) con inefable belleza, dulzura y sensualidad. Memorable.
(Fernando López Vargas-Machuca ha averiguado la fecha del concierto, pues todo el programa se ofreció en un solo día: el 28 de febrero de 2011)
Le doy la razón en todo, salvo en que la orquesta esté muy bien en Franck. En Respighi está más que bien, pero en la Sinfonía (que a lo mejor es más difícil de tocar que Respighi, aunque parezca raro) se le ve que no da la talla del todo.
ResponderEliminarJuan José.
Sí, señor. Es verdad. He vuelto a escuchar la Sinfonía de Franck y la Orquesta no está en su mejor forma. Incluso la versión, a pesar de sus muchas bellezas y su cantabilidad tan entrañable, no me termina de convencer tanto como mis favoritas (Furtwängler, Klemperer, Monteux/Chicago, Giulini/Berlín...) por culpa de ciertas licencias en el tempo que no siempre parecen tener lógica.
ResponderEliminarY en cuanto a que Respighi puede que no sea tan difícil de tocar como Franck, puede haber puesto usted el dedo en la llaga: no siempre lo más brillante y espectacular es lo más comprometido. Casi seguro que este es el caso.