Opiniones de aquí y allá sobre música clásica, muchas veces a contracorriente, para que conozcan lo que opino algunos más que los amigos con los que me comunico directamente.
viernes, 4 de julio de 2014
“Zaratustra”, “Don Juan” y “Till” por Andris Nelsons en Birmingham
El 2 de febrero de 2012 dirigió Andris Nelsons a la Orquesta Filarmónica de Berlín una versión memorable de Vida de héroe de Richard Strauss. Transmitida por el “Digital Concert Hall” de la mítica orquesta alemana, esa interpretación me reafirmó en que el director letón es un músico y un director –las dos cosas a la vez, que no siempre coinciden al más alto nivel– de campanillas, seguramente el más dotado y fiable dado a conocer en los últimos veinte años. Sí, hay otros muy talentosos –Yannick Nézet-Séguin, Gustavo Dudamel, Daniel Afhkam, Pablo Heras Casado...–, pero creo que ninguno de ellos me ha resultado tan sostenidamente fiable en todo cuanto le he escuchado. Ni una sola de las interpretaciones que yo le haya conocido me ha resultado un fiasco; cosa que no puedo decir de los otros cuatro citados, y de varios otros jóvenes, claro. (No puedo evitar acordarme con sorna de lo que un lector de este blog me echó en cara: que ya catalogaba yo a Nelsons como muy bueno sólo por haber grabado un disco dirigiendo a Barenboim. Los dos Conciertos de Chopin: ¡qué gran vista la de tal lector, sí señor! Espero que se acuerde de aquello y él solito se ponga colorado...)
El disco Orfeo recientemente publicado con los tres poemas sinfónicos más conocidos de Richard Strauss al frente de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham me ha tentado al verlo en una tienda, y me he hecho con él. En su libretillo descubro que tiene otros dos discos Strauss en el mismo sello y con la misma orquesta –de la que aquí saca petróleo–, uno con la Sinfonía Alpina y la Danza de Salomé (de la que conozco una fabulosa versión suya en Blu-ray con la Concertgebouw en Lucerna) y otro con Vida de héroe y una Suite de El caballero de la rosa. Habrá que seguirlos descubriendo.
No sólo no me ha defraudado el programa Zaratustra/Don Juan/Till Eulenspiegel, sino que me ha parecido que refuerza mi idea de que Nelsons es un fuera de serie, el mayor fuera de serie de la batuta menor de cuarenta años (ahora tiene 35). No puedo evitar compararlo al mismo programa (también comentado aquí) a cargo de Dudamel y la Filarmónica de Berlín (D.G. 2013). El del venezolano me gustó mucho, pero el del director de Riga, mucho más. Aún.
En Así habló Zaratustra Nelsons deslumbra desde la misma famosísima introducción, casi al nivel de mi versión favorita (Maazel con la Filarmónica de Viena, D.G. 1983). (Es, por cierto, una lástima que la grabación se sature un poco en el final de esta “Introduktion” al sonar a todo trapo órgano, timbales y contrabajos. Don Juan no presenta este problema, si bien los timbales suenan –a diferencia de en Zaratustra– un poco lejos. Till es la mejor toma sonora: ¡sensacional!) En “Von den Hinterweltlern” Nelsons acierta a graduar la progresión dinámica con mano magistral. Su lectura de “Von den Freuden und Leidenschaften” es apasionadísima. En “Das Grablied” el clímax alcanza una intensidad tremenda. “Von der Wissenschaft” comienza en un ambiente enormemente misterioso y sombrío. En “Der Genesende” llama la atención la extremada transparencia instrumental conseguida, con texturas nuevas; imponente clímax; valiente y segura trompeta, soberbio clarinete. Extraordinario violín (anónimo), pletórico de intención, en “Das Tanzlied”, donde la claridad vuelve a ser reveladora. El final de este número es no ya tremendo, sino tremendista. La obra concluye en un clima especialmente inquietante. Este Zaratustra me parece uno de los dos o tres mejores de la discografía (con Maazel/Viena y, quizá, Karajan/Berlín, D.G. 1974).
Don Juan es, como pedía Strauss en los ensayos en que dirigía, incandescente. Pero también es de un lirismo y de una sensualidad envolvente, sin que falten momentos del mayor sosiego. El último clímax concentra, adecuadamente, el punto de más fuerza e intensidad de toda la encendida partitura. Otra de las más destacadas versiones de las que recuerdo (junto a Böhm/Berlín y Sinopoli/Dresde, ambos D.G.)
Si Zaratustra y Don Juan son extraordinarios, más aún lo es Till Eulenspiegel, una de las versiones discográficas más sarcásticas y ácidas, a veces hasta rozar lo hiriente. Pero Nelsons deja hueco también para la ternura y la añoranza, así como para el humor más desenfadado. Me ha parecido que su versión recoge las características más certeras de mis versiones favoritas: Klemperer (EMI), Solti (Decca) y Barenboim (más que su disco con Chicago, su memorable concierto con la Filarmónica de Berlín el 13 de junio de 2009).
Además de estos poemas straussianos, piedras de toque para cualquier batuta, hace poco le he escuchado a Nelsons nada menos que una Cuarta Sinfonía de Brahms con la Filarmónica de Berlín (diciembre de 2013). Hacía años que no disfrutaba de una interpretación tan admirable, con dos primeros movimientos (sobre todo) dignos del Giulini más inspirado.
Hace unas semanas era entrevistado en “El País” un músico español de la Filarmónica de Berlín. Preguntado por el periodista acerca de quién sucedería a Rattle después de sus dos mandatos (y que el director de Liverpool no quiere prolongar), contestó algo así: “Está claro; serán Dudamel, Barenboim o Thielemann”. Y me sorprendió que se olvidara de Nelsons, que los ha dirigido en ya bastantes ocasiones con éxito extraordinario. Yo apuesto por éste, porque Dudamel no es tan bueno como él, porque Barenboim ya tendrá cuando Rattle se vaya 73 años, y porque Thielemann sencillamente me parece que no da la talla (no deja de parecerme una copia no muy buena de Karajan, con más de sus defectos que de sus cualidades). Pero claro ¡es el único alemán! Y a ver si los berlineses hacen lo que los valencianos: que quieren para director de la Orquesta de la Comunidad Valenciana a un valenciano. Lo haya bueno o no lo haya, ¡qué más da!...
Si no ha citado a Nelsons es simplemente porque éste hace poco se hizo cargo de la Sinfónica de Boston. Ojalá fuera Barenboim el sucesor de Rattle, sería un magnífico broche a su impresionante carrera.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, puede ser ese el motivo, pero tampoco hay que olvidar que tanto Dudamel en Los Angeles como Thielemann en Dresde no llevan mucho tiempo en estos destinos, que son posiciones también muy relevantes. En fin, y a se verá; si Barenboim sigue encontrándose en buena forma física dentro de un par de años, a lo mejor sigue teniendo posibilidades de acceder a ese puesto, porque creo que, edad aparte, es el más indicado.
EliminarNo sería el primero, ni el décimo, que ocupa simultáneamente dos titularidades importantes.
ResponderEliminarEn Dudamel sólo veo efectismo, fuegos artificiales y un marketing descomunal a su alrededor: o sea, una suerte de "Karajan venezolano" (si se me permite la expresión) pero peor, porque en sus lecturas nunca siento la música. Obviamente, los profesores de la Filarmónica son quienes deciden y quienes están en mejor disposición para elegir, pero desde mi punto de vista sería un error tremendo. Como lo fue, en mi humilde opinión, nombrar a Rattle en su momento. Desde mi punto de vista, su empatía con el repertorio del siglo XIX -que no es poco- es casi nula (en el contemporáneo ya se sabe que está en su elemento). Y que la Filarmónica de Berlín tenga un nivel impresionante no lo atribuyo tanto al director británico como a la magnífica formación musical en Alemania en general y en Berlín en particular. Eso sí: ha sido inteligente en lo que a directores invitados se refiere.
ResponderEliminar¿Sucesores? No me gustan las quinielas, pero comparto la idea de Nelsons.
Respecto a Barenboim, hasta donde sé goza de una salud de hierro -¡que dure!- y la edad... 73 años hoy no se pueden medir como hace décadas. No sé. Otra cosa es que el bonaerense acepte llegado el momento.
¿Qué tal sería Pappano? Sí, ya sé que es un director más escénico que sinfónico pero...
En cualquier caso, seguro que habrá sorpresa (para bien o... para mal).
Saludos,
Alberto.
Cuando antes dije lo de Boston y Nelsons es porque él mismo abandonó la Orquesta de Birmingham porque había asumido la de Boston. Según él si mantenía ese cargo no podría tener vida familiar. Por eso digo que no me extraña nada que el músico de la entrevista no lo incluyera en la lista de posibles sucesores.
ResponderEliminarhttp://www.elartedelafuga.com/wp/2013/10/04/andris-nelsons-deja-la-orquesta-de-birmingham
Saludos