De la opereta a la ópera
Uno de los más respetados y
admirados directores de orquesta franceses de los últimos sesenta años, Georges
Prêtre (Waziers, 14-8-1924 - Navès, 4-1-2017) es, sin embargo, relativamente
desconocido en España. Ello se debe por una parte a que no dirigió mucho en
nuestro país y por otra a que su discografía no ha conocido la debida
divulgación entre nosotros. A los veinte años obtuvo en el Conservatorio de
París un primer premio... como trompetista. Discípulo en la clase de armonía de
Maurice Duruflé, cuando se decantó por la dirección estudió con Pierre Dervaux
y André Cluytens. Pero no le fue fácil encontrar trabajo empuñando la batuta,
de modo que hubo de conformarse con dirigir operetas, escondido bajo el seudónimo de Georges
Dhérain. En 1946 consiguió dirigir ópera en la de Marsella, teatro al que
siguieron los de Lille, Casablanca y Toulouse. Entre 1956 y 1959 fue director
musical de la Ópera Cómica de la capital francesa. A partir de ese momento
comenzó su carrera internacional, que le llevó a las Óperas de Chicago, Londres
(Covent Garden), Nueva York (Metropolitan), Milán (Scala) o Viena, en cuya
Ópera Estatal debutaría (1962), por invitación de Herbert von Karajan, con Capriccio de Richard Strauss. Estas
apariciones fueron en buena parte posibles gracias a la recomendación de dos
grandes músicos: del compositor Francis Poulenc, del que había estrenado en
1959 su ópera más admirada, La voix humaine,
y de la soprano Maria Callas. Uno y otra declararon públicamente que Prêtre era
"su director favorito". Junto a la famosa cantante griega grabó un
disco de arias francesas en 1960, y cuatro años más tarde, las óperas Carmen y Tosca. En unas y otras se puede apreciar la maestría de Prêtre, su
completa sintonía con la ópera francesa, sí, y también con Puccini.
El repertorio sinfónico
Pero Prêtre se fue interesando
cada vez más por el repertorio sinfónico, lo que le llevó a la dirección
asociada de la Royal Philharmonic Orchestra londinense (1962-1970). Su aventura
al frente de la Ópera Nacional de París duró en cambio escasamente una
temporada, la de 1970-71. A partir de ese momento fue escuchado no menos fuera
que dentro de su país, subiéndose al podio de las más renombradas orquestas, como
la Philharmonia londinense, las Filarmónicas de Berlín y Viena y, por
descontado, los principales conjuntos sinfónicos de Francia. En 1986 fue
nombrado principal director invitado de la Sinfónica de Viena, institución que
le designaría director honorario vitalicio.
En 2008 apareció al frente de
la Orquesta Filarmónica de la capital austríaca para dirigir el mundialmente
divulgado "Concierto de Año Nuevo". Para entonces, era un músico
bastante olvidado por el melómano medio, hasta el punto de que algunos ni
siquiera sabían si seguía vivo. Pero el más anciano de cuantos habían dirigido
hasta entonces el primer día del año ese acontecimiento mediático resultó ser
un revelador intérprete de la música de los Strauss, a los que aportó una
especial elegancia, una inesperada sutileza tímbrica, una extraordinaria
delicadeza. Tras su enorme éxito, fue invitado al mismo evento dos años más
tarde. Publicados en audio y en vídeo, estos conciertos están entre los últimos
documentos publicados de Prêtre; tal vez el último ha sido su filmación en 2011
de un programa con las Fuentes y los Pinos de Roma de Respighi y la Sinfonía de César Franck en Milán con la
Filarmónica de La Scala, tres obras en las que demostró una maestría suprema,
con una serenidad, una entrañable joie de
vivre y, también, una gran brillantez. La propina que ofreció, la Barcarola de Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, es de una belleza melódica y
una dulzura incomparables.
Prêtre en disco
En sus numerosas
grabaciones de música de muy variados compositores franceses, desde que era joven, se aprecian una identificación difícil de
superar, sean Berlioz, Gounod (Fausto
con Domingo, Freni, Ghiaurov, Allen y la Ópera de París, 1979), Bizet (Los pescadores de perlas, con Cotrubas y
Vanzo, 1978), Massenet (un maravillosamente gobernado Werther con Gedda, Victoria de los Ángeles, Soyer, Mesplé y la
Orquesta de París, 1969), Offenbach (su filmación de Los Cuentos de Hoffmann en el Covent Garden, con Domingo, Serra,
Baltsa, Cotrubas, Evans, Nimsgern y Ghiuselev, 1981), Saint-Saëns (Sansón y Dalila con Vickers, Gorr,
Blanc, Diakov y la Ópera de París, 1962), Gustave Charpentier (Louise con Cotrubas, Domingo, Bacquier,
Berbié y la New Philharmonia,1976) o Poulenc (La voz humana con Denise Duval en 1959 y Julia Migenes en 1990). Y,
fuera del campo operístico, Berlioz (su Condenación
de Fausto con Baker, Gedda, Bacquier y la Orquesta de París, 1970), Gounod
(la Misa de Santa Cecilia con Barbara
Hendricks, 1984), Saint-Saëns (las Sinfonías
con la Sinfónica de Viena y Marie-Claire Alain, 1991, o El carnaval de los animales con Ciccolini y Weissenberg, 1967),
Roussel (Baco y Ariadna y El festín de la araña con la Nacional de
Francia, 1986), Milhaud (obras orquestales con la Filarmónica de Montecarlo,
1971 y 1983), Poulenc (partituras diversas con las Orquestas Philharmonia, de
París y del Conservatorio, 1962-68 y 1980), D'Indy, Dukas, Satie, Marcel
Landowski... Sorprende, sin embargo, la llamativa ausencia, casi completa, de
grabaciones de música de Debussy y Ravel (con la excepción de un maravilloso Shéhérazade de este último junto a
Victoria de los Ángeles en 1962), quizá reservadas por las grandes compañías
discográficas a maestros más conocidos o mediáticos, franceses o no.
Como es normal, Prêtre ha
sido encasillado -quizá en exceso- en música francesa, pero sus incursiones en músicas
de otras latitudes suelen culminar en grandes aciertos, sean las referidas Tosca, los Respighi, una espléndida Lucia di Lammermoor de Donizetti (Moffo,
Bergonzi, Sereni y Flagello) o una magnífica Traviata -Caballé, Bergonzi y Milnes, 1967- en la que Prêtre nada
cede frente a las batutas más estelares de Kleiber, Solti, Muti o Maazel. Así
como las grabadas y filmadas Cavalleria
rusticana y Pagliacci con
Obraztsova, Domingo, Stratas y Pons en La Scala, 1984. También una imponente Turandot retransmitida en 2001 desde La
Scala con Alessandra Marc, Martinucci y Gallardo-Domâs, que al parecer no está
comercializada (¡debería!). Por no hablar de los citados Conciertos de Año
Nuevo. También grabó música de autores tan diversos como Tchaikovsky, Borodin,
Dvorák, Gershwin, Shostakovich o Alban Berg.
En verdad Prêtre fue uno de los maestros del siglo XX. Ahora, como pasa con la partida de los grandes, sólo queda esperar que los directores de recambio superen el legado que se les ha heredado.
ResponderEliminarEn algún sitio leí unas declaraciones en las que contaba que, ensayando con la Callas, se olvidó de seguir dirigiendo dedicándose sólo a escucharla.
ResponderEliminarAdemás cuenta con una fantástica lectura del Zarathustra con la Philharmonia, creo que del 84.
ResponderEliminarNunca he escuchado esa grabación, y creo que ni siquiera tenía noticia de su existencia. Si es tan buena como dices, me alegro de veras.
EliminarLa grabación del Zarathustra es de RCA, y es fantástica. De 1988. Muy buen sonido. La interpretación es muy virtuosa, lenta, muy matizada, pero poderosa (el arranque es apabullante). De todas las que conozco, junto con la de Maazel del 83, es la que más me gusta. Me hace pensar que Prêtre es un director que podía haber dado mucho de sí en discos. Una pena que no ocurriera.
ResponderEliminar¡Diantres, tengo que coseguirla!
EliminarGracias, Nemo.
Le dejo un enlace con los archivos sin pérdida de calidad (flac):
ResponderEliminarhttp://meetinginmusic.blogspot.com.es/2017/01/strauss-also-sprach-zarathustra-pretre.html
Con el programa XLD, por ejemplo, puede preparar un CD y escucharlo mientras localiza una copia. Veo una en Amazon pero con un precio muy alto:
https://www.amazon.es/Also-Sprach-Zarathustra-Strauss/dp/B00000E6EC/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1484992990&sr=8-1&keywords=zarathustra+prêtre
Bueno, le pongo los dos enlaces (cualquiera de ellos lleva al archivo) directamente:
ResponderEliminarhttps://mega.nz/#!3BplnLLT!oEzxJ-_uxCuNvXbWrd1Q2iGBBDVnhXa69xY0Ji6Dz5w
http://www.embedupload.com/?d=2WHWIEISEI
Acabo de escuchar ese "Zaratustra", grabado por cierto el 29 y el 30 de junio de 1983 (y publicado ya en 1984) y, en efecto, me ha parecido sensacional, sin duda una de las dos o tres versiones que más me gustan de cuantas conozco, situándose para mi preferencia por delante incluso de Karajan y Böhm. Versión aristada, nada delicuescente, que me ha recordado en algo a Klemperer (de quien, por supuesto, no conozco esta obra). Impresionante la Philharmonia, y espléndida toma de sonido. ¡Muchas gracias a los que me habéis alertado sobre ella, pues es una obra que me gusta muchísimo!
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