Arturo Reverter y su opinión acerca del cantante
Todo el que haya seguido lo
que escribe mi colega Arturo Reverter sabrá que detesta a Plácido Domingo desde
tiempo inmemorial. Hace ya un siglo que escribió en la revista
"Ritmo" un artículo sobre las principales voces españolas en el que
ya le atribuía más defectos que virtudes. Tras leer aquello, le interpelé:
"Arturo, quien lea esto podrá pensar que Pedro Lavirgen no es inferior a
Domingo". "Es que no lo es", me vino a contestar, lo que me dejó
de piedra. Con todos mis respetos al notable tenor cordobés, nadie desconoce el
lugar de uno y otro en la historia del canto. Pocos dudarán, sobre todo fuera
de España, que el madrileño ha sido el tenor más importante del último tercio
del siglo XX.
Como ya he comentado en alguna
otra ocasión, Reverter –el sabio por antonomasia de lo canoro en nuestro país,
según algunos– profetizó, ya a comienzos de los años 70 (hace, pues, cuarenta y
tantos años) que, si se atrevía con el papel del Otello verdiano que había
anunciado, Plácido no duraría más de un par de años. Que tendría que dejar
irremisiblemente de cantar. La profecía, como todos sabemos, se ha
revelado como una de las más lúcidas de las últimas décadas: no diré si
bien o mal, porque eso es subjetivo, pero resulta que Plácido ha cantado el rol
del moro más veces que ningún otro tenor que hasta ahora. ¡Y sigue cantando!
Desde entonces, cada vez que este crítico busca ejemplificar defectos canoros
en alguien, su candidato favorito es Plácido Domingo.
El día 25 de julio Reverter ha
publicado, en "Pleamar de Cultura", una página en la que pone verde a
Plácido por su interpretación –en versión de concierto– en el Teatro Real del
rol protagonista del Macbeth verdiano. El texto lo titula "¿Una
superchería?", pero podría haberle quitado los signos de interrogación,
porque debajo escribe, sin interrogaciones, que "se trata de un
fraude". Permítanme que les explique por qué no estoy en absoluto de
acuerdo.
De entrada, nuestro crítico
afirma que el papel de Macbeth es para un barítono (¡evidente!) y que Plácido es
un tenor. Pero resulta que no es, sino que ha sido un tenor.
Desde hace ya como una década canta (casi solo) de barítono. ¿Es
ahora un barítono? Ya se sabe que las clasificaciones no son exactas, pero ya
septuagenario, Domingo (nació en Madrid el 21 de enero de 1941) está más cerca
de ser un barítono (aunque el color vocal no lo sea del todo) que de un tenor.
Parece mentira que Reverter no
tenga en cuenta que las voces, unas más que otras, evolucionan; por la propia
naturaleza, y también porque ciertos cantantes van abordando poco a poco
papeles diferentes, que requieren voces más graves o dramáticas. Cuando esta
evolución se hace voluntariamente y con cabeza y con tiento (de lo contrario
los instrumentos se deterioran, a veces hasta la desaparición) se puede ir
abordando un repertorio cada vez más grave (de tesitura) o más dramático (de
carácter). Esto puede apreciarse en multitud de cantantes destacados, a veces
en una trayectoria de sorprendente evolución. Algunos tenores comenzaron de
ligeros o lírico-ligeros cantando Mozart o Rossini (Thomas Moser, Robert
Gambill y otros) y veinte años después estaban cantando Florestán o Tannhäuser,
papeles totalmente dramáticos. El mismo Plácido cantó en su juventud papeles
tenoriles muy líricos que después no volvería a abordar: esto le ha ocurrido a
multitud de voces, decenas de las cuales son muy apreciadas por Reverter.
Domingo no es el primer tenor
que se pasa a barítono: un caso clarísimo es el del cantante chileno Ramón
Vinay, que, de cantar Don José de Carmen (encarnado también por voces
líricas, como Nicolai Gedda) llegó a abordar barítonos dramáticos, como Iago de
Otello o hasta Telramund de Lohengrin, un rol de barítono-bajo.
¿Creen ustedes que Reverter lo ha criticado por eso? Muchos otros cantantes de
gran mérito han cambiado de tesitura, yendo de una aguda a otra grave, ¡e
incluso viceversa! ¿Le parece a Reverter un fraude que Maria Callas,
Victoria de los Ángeles, Grace Bumbry, Shirley Verrett, Waltraud Meier o
Violeta Urmana hayan encarnado papeles de soprano, de mezzosoprano y hasta de
contralto? Carmen, más tarde Norma, Medea, de nuevo Lady Macbeth, Charlotte, o
Venus, vuelta a Isolde, luego Dalila, Kundry, etc. Parece que el único que
comete fraude y que "da gato por liebre" (eso afirma en este
artículo) es Domingo. De la interpretación propiamente dicha, de la
caracterización que Domingo hizo del psicológicamente complejo personaje,
Reverter escribió poco o nada: en ese aspecto es más difícil denostar al
cantante madrileño; del estilo verdiano, en el que nadie en el mundo le hace
hoy sombra, ni una palabra.
La relación de Reverter con el
asunto Domingo me parece muy triste: lleva cuarenta años dándolo por
acabado, jamás lo ha elogiado sin reservas, no digamos con entusiasmo. Entre
tanto, prácticamente todos los más grandes directores de orquesta de su tiempo
–Böhm, Karajan, Giulini, Bernstein, Solti, Jochum, Kubelik, Sawallisch,
Leinsdorf, Prêtre, Carlos Kleiber, Maazel, Abbado, Mehta, Muti, Levine, Ozawa,
Sinopoli, Barenboim, Chailly, Chung, Pappano, Thielemann, Nagano, Salonen... –
han contado una y otra vez con él. Sí, también con el barítono Domingo
los que cronológicamente han podido. Y lo han elogiado vivamente. Parece que
todos ellos están equivocados.
Creo que lo de Reverter con Domingo es simple y llanamente que, por alguna razón, le tiene manía. Que precisamente él critique ese cambio de tenor a barítono demuestra que su manía le ciega completamente. ´
ResponderEliminarSe olvida de otro cambio muy curioso de tesitura: Christa Ludwig. Pasó de cantar papeles para soprano (Mariscala, Leonora) a ser mezzosoprano. Y nadie pone ni puso en cuestión dicho cambio. Y Lucia Popp empezó con papeles de coloratura (Reina de la Noche) para terminar cantando roles de voz lírica (Pamina).
Christa Ludwig y Lucia Popp, no son españolas
Eliminar"and there's the point". Para mí es fácil decirlo
y creo que es precisamente por lo mismo:
- no soy Español...
Argentino soy, amamos lo nuestro (casi) con el
mismo ímpetu que lo denostamos y si sucede en
mi país, pienso que también puede suceder en otros.
(la astilla que más lastima -en ocasiones-
suele ser la del mismo palo)
A mí y a muchos Argentinos que admiramos y adoramos
a Domingo, creo que nada malo podemos decir de él.
Tanto -entre otras cosas- que existe un programa
en Radio Nacional Argentina denominado
"Plácido Domingo" conducido por los señores
Sebastián Rimavicius y Horacio Marmurek,
en obvia y simpática alusión al día de
la semana, como al tenor, barítono, bajo...
Lo queremos más allá de "sus-voces".-
Allí están sus grabaciones y con éso basta.-
Saludos para todos, los que leen estas líneas.-
Casi al 100% de acuerdo contigo. No somos ni hemos sido nunca "Placidistas" pero las opiniones de Reverter en este caso siempre han sido inaceptables. Coincidimos con él en su admiración por Kraus, pero denostar sistemáticamente a Plácido Domingo, habitualmente sin razón, no es digno de un crítico como Reverter. Hay cosas de Domingo que no nos gustan en su afán de cantar "todo"(basta con mencionar su, a nuestro juicio, totalmente inadecuada interpretación de Tamerlano en el Real) pero sería negar la evidencia de que es un cantante fuera de serie, con voz maravillosa y que ha realizado interpretaciones excepcionales, incluso ahora de "barítono" (por ejemplo su maravillosa aria en Simón Boccanegra "E vo gridando pace..." .)
ResponderEliminarEnhorabuena como siempre por tus artículos
Pilar y Antonio
Los ejemplos que pone usted no son válidos, porque se trata de papeles que por escritura y tradición han interpretado voces ambiguas. El barítono verdiano es una vocalizad neta y no le hace justicia una voz de tenor corta y cansada que por cierto se limita a solfear siempre en forte y corta de fiato ( eso no es estilo verdiano) Yo no sé cómo se hace un retrato "sicológico" del personaje así. reverter se ensaña por antipatía , pero dice verdad.
ResponderEliminarEl retrato que hizo hace unos años el honesto barítono Tiliakos fue mucho más completo y mejor cantado que este nuevo gusto que se ha dado Domingo.
¿Son voces ambiguas las que pueden cantar primero Don José y luego Iago o Telramund? ¿Es Carmen un papel para mezzo, sí o no? ¿Es Dalila una contralto o al menos una mezzo dramática, sí o no? Puede que no le guste a usted cómo interpreta Domingo a Macbeth, a Boccanegra, etc., pero no diga que "no" interpreta: eso es insostenible. Aunque sus problemas vocales fuesen severos, que no llegan a serlo (sólo un color escasamente baritonal) no tendría por qué ser un inconveniente insalvable. Con problemas vocales severos -técnica casi inexistente- James McCracken fue un impresionante "intérprete" de Otello ¿no cree?
EliminarMezcla usted todo tipo de casos. vinay era un barítono que se pasó a tenor sin resolver la técnica, agotado, volvió a barítono sin pena ni gloria y llegó a hacer un inenarrable Inquisidor. Nunca entendi su prestigio.
ResponderEliminarLa tesitura de Carmen no es de mezzo neta, y es bien conocido que ha habido voces intermedias entre contralto y soprano. Lo de la mezzo pura es una invención verdiana. Tampoco la evolución dentro de una cuerda hacia papeles más pesados es válida. Hablamos de un tenor que canta en una tesitura que no es la suya, empezando por la debilidad del grave, pero además porque en la franja re-fa Domingo emplea un sonido de transición entre registros , mientras que para el barítono es ya de cabeza y por ello más brillante.
A mí me parece que Domingo lo está cantando todo igual, en su eterno mezzo forte, que además ya no es lo que era, con sus acentos reconocibles pero genéricos y ya no tiene aliento para rematar las frases. Con esos mimbrr
James Maccracken, precisamente, me parece un absoluto falso mito. Incapaz de ligar, de emitir u n sonido lúcido, con una dicción pésima.
Por último (el anterior mensaje se envió sin rematar) le diré que domingo como barítono suena, pero no todo lo que suena es música.
ResponderEliminarEn este tema sí me mojo. Es pura envidia. Y alguno de los comentarios que leo aquí delatan un afán de hacer guerra Plácido vs Pavarotti (sí, es una sospecha, pero en los dos últimos comentarios intuyo que van por ahí los tiros) Echo en falta, sr. Carrascosa, una alusión, siquiera breve, a lo magnífico director de orquesta que es. Pocos como él saben hacer que la orquesta deje oír las voces. Más que nada, para añadirlo a sus méritos. Todo lo ha cantado, con peor voz ha cantado mejor que otros, ha triunfado en todas las grandes salas (debe ser ignorancia del público), nunca ha tenido un mal día, es un actor extraordinario que hace creíbles sus papeles, se crece de tal forma que uno se ve dentro de la historia. No estoy musicalmente formado, como me hubiese gustado. Pero Plácido me ha emocionado siempre, en cada papel, desde Puccini a Wagner, desde Mozart a Leoncavallo. Su alma mejicana le hace placentero meterse en un mariachi, que lo disfrute, tiene derecho. Sucumbió al show business con los Tres Tenores ¿Quién se hubiese resistido? Me ha proporcionado tantos momentos felices, que es mucho lo que le debo. Y ahora que, última imagen que he visto, se hace patente un deterioro físico que de momento perdona a sus dotes prodigiosas; no puedo dejar de hacerle este comentario como homenaje. Cuando fallezca, será recordado como el mejor tenor de la Historia, por encima de Carusso. Y si parezco vehemente, en el tema de Plácido Domingo lo soy.
ResponderEliminarPero al señor Reverter se le ve el plumero hace ya demasiado tiempo.
Un saludo cordial a todos.