Guillermo Tell,
la ópera última de Rossini, la más avanzada, audaz y destacada de las serias
suyas, es evidente que no se interpreta ni se graba más a causa de su pavorosa
dificultad, tanto por la escena, por lo abultado del reparto y, sobre todo,
porque requiere varios cantantes casi imposibles de encontrar a plena
satisfacción. Por ejemplo: ¿cuántos Arnold realmente grandes ha habido en los
últimos cincuenta años? Uno: Nicolai Gedda, ninguno más. Algunos más grandes
Guillermos y algunas más Matildes, no más de los dedos que tiene una mano.
En el DVD/Blu-ray que ahora
edita Opus Arte (Covent Garden, 5-7-2015) no se ha podido reunir un reparto de
primera categoría, que, entre otras razones, es que no existe. Ahora bien, sin
duda podría haberse mejorado en varios de sus componentes. Lo mejor de este
espectáculo (en el francés original) es la dirección de Antonio Pappano, que se
confirma como el gran director que mayor repertorio operístico domina en
nuestro tiempo. Aquí sintoniza a la perfección con el Rossini serio -como
también ha demostrado hacerlo con el bufo: ahí está su Barbero- y hace todo lo posible por manifestar cuánto se anticipa
el Cisne de Pésaro al futuro, a Verdi entre otros. El rendimiento que obtiene
de los conjuntos del Covent Garden, de la orquesta sobre todo, es muy
destacable.
En cuanto a la escena, a
cargo de Damiano Michieletto, aunque hay cosas que no entiendo o cuya
motivación se me escapa, creo que no es -como sí lo son tantos otros de nuestros
días- un dislate, y además su estética visual suele ser bella y sugerente.
Finalmente, el desigual elenco. Gerard Finley, Tell, se consolida como uno de
los mejores barítonos de hoy: la voz se le ha ido robusteciendo y es un
cantante de técnica y musicalidad aseguradas. La sueca Malyn Byström es una soprano
lírica bienintencionada pero con problemas en su proyección vocal, con agudos a
veces desgañitados y con limitación en la coloratura. El mayor fiasco es el
Arnold de John Osborn, tremendamente insuficiente para un papel endemoniado: voz
pequeña, no bella, sin el menor squillo,
canta bien, pero al que falta brío, esplendor y heroicidad por los cuatro
costados.
Bien las otras dos féminas:
la mezzo Enkelejda Shkosa (Hedwige) y
la soprano lírico-ligera Fomina (Jemmy). El antes tremendo Eric Halfvarson (Melcthal)
está muy disminuido y el Gesler de Nicolas Courjal es francamente flojo. El
nivel de los restantes cantantes, con papeles todos ellos difíciles, es
mediano, con la excepción del Walter Furst del bajo Alexander Vinogradov. La
toma de sonido y la realización son espléndidas. Ahora bien, ni rastro de
subtítulos en español. Seguimos, pues, sin un Guillermo Tell de altura en imágenes, pues el decepcionante en
italiano de Muti (¡qué cosas: ni siquiera por la batuta!), en La Scala a
principios de los ochenta, con una notable escena tradicional de Luca Ronconi,
posee una calidad técnica deplorable (Video Land Klassik, reedición en 2004 de
Opus Arte). Hemos de conformarnos con la interpretación más sobresaliente, solo
en audio: la de EMI 1973 con Gabriel Bacquier, Montserrat Caballé
(sobrehumana), Nicolai Gedda y correcta dirección de Lamberto Gardelli.
Hola, Ángel:
ResponderEliminarVoy a ponerme con los dos "Guglielmos" en estudio de los ochenta: Chailly (Milnes, Pavarotti, Ghiaurov, Freni) y Muti (Zancanaro, Merritt, Roni, Studer).
https://www.discogs.com/es/Gioacchino-Rossini-Guglielmo-Tell/release/5371175
https://www.discogs.com/es/Rossini-Riccardo-Muti-Orchestra-Del-Teatro-Alla-Scala-Guglielmo-Tell/release/11290096
A ver qué tal.
Saludos cordiales.