Dvorák, Bartók y Janácek
Hace poco más de un mes tuvo
lugar en la Philharmonie berlinesa un concierto con un programa muy interesante
a base de música eslava: las 8 Danzas op.
72 de Dvorák, el Concierto para piano
No. 1 de Bartók y la Sinfonietta
de Janácek. Rattle, que ya había dirigido con la misma orquesta en Lucerna las
8 Danzas op. 46, afronta ahora la
segunda colección, con un enfoque y una realización modélicas, especialmente en
las danzas más movidas, a las que yo solo les pediría un sonido algo más
rústico, no tan redondo y pulido. A señalar como anécdota la metedura de pata
del timbalero en la primera de ellas: como se sabe, la pieza termina con tres
fuertes golpes de timbal. Pues bien, aquí sonaron algo precipitados y
francamente anémicos. ¡Gajes del oficio!
La segunda parte comenzó con
el Primero de los tres conciertos
pianísticos del mayor compositor húngaro del siglo XX. Es una obra que ha
tenido para Barenboim una significación especial: con ella debutó como solista
con la Filarmónica de Berlín, hace algo más de medio siglo, y bajo la dirección
de Pierre Boulez. Poco después lo grabó, junto al Tercero, con el mismo director y la New Philharmonia para EMI
(Barenboim siempre ha lamentado no poder tocar el Segundo, porque no le alcanza la extensión de sus manos). También
tocó el Primero en el concierto de
despedida de Solti de la Sinfónica de Chicago (existe una grabación pirata de
escasa calidad técnica) y lo ha dirigido en varias ocasiones, por ejemplo a
Yefim Bronfman. Junto a Rattle la verdad es que me ha defraudado un poco con
respecto a lo que esperaba, sobre todo al compararlo con la versión del DVD C
Major (Salzburgo, 2008, con la Filarmónica de Viena y Boulez). El pianista
sigue sacando petróleo de la obra, que no es para él puramente percutiva, pero
quizá ha perdido un poco de fuerza y de agilidad para una escritura tan
endiablada. Y Rattle, lejos del auténtico prodigio del Segundo Concierto que tiene grabado para Sony (CD, DVD y Blu-ray,
2013) con Lang Lang, da la impresión de que no hubiera ensayado todo lo debido,
porque se produce algún desajuste (rítmicamente es de una enorme complicación)
y además su sonoridad no es tan bartokiana, tan incisiva y cortante en varios
momentos como en mi opinión debería. Aun así, interpretación de alto nivel en
la que muchos solistas de la Filarmónica de Berlín se lucieron de lo lindo.
Pero la comparación con el
referido DVD me ha dejado clarísimo que la versión salzburguesa con
Boulez es rigurosamente antológica, con los movimientos extremos más
contundentes y debidamente ásperos y un lento sencillamente alucinante. La
Filarmónica de Viena se muestra -contra pronóstico- más bartokiana aquí que la
de Berlín (también sus solistas, de la madera y la percusión, son formidables)
y el aparentemente indiferente -como suele ser su aspecto- Boulez destapa del
todo la caja de los truenos cuando es preciso, y ahonda todo cuanto podamos
imaginar en el misterio de la composición. En CD no conozco ninguna versión de
semejante lucidez. (Como anécdota, en la Philharmonie de Berlín no tienen
ascensor para el piano; solo lo retiran durante el descanso; pero en esta
ocasión no fue posible, pues el programa terminaba con otra composición
orquestal: la Sinfonietta de
Janácek). No me atrevo a afirmar que fue la interpretación más absolutamente
magnífica que conozco de ella, pues ahí está la de Mackerras con la Filamónica
de Viena (Decca, 1981), pero la verdad es que se le acerca mucho. Y,
curiosamente, ahora Janácek sonó a más no poder a Janácek, no como en Dvorák.
A mí este Bartók me ha encantado, Ángel. Tanto como la versión en Viena con Boulez:: yo también hice la comparación. De la Sinfonietta sí que diría que es la mejor versión que he escuchado. Este verano Rattle la hace en Santander conla London Symphony: hay que plantearse ir.
ResponderEliminarHola, Ángel:
ResponderEliminarEn cuanto a los conciertos de Bartók, me sorprendieron hará unos meses las refrescantes lecturas de Bishop Kovacevich con Colin Davis. No los imaginaba por esos berenjenales, aunque Davis es un gran stravinskiano.
Rattle demostró ser un dvorakiano (ocasional) con su disco de los poemas sinfónicos del checo, que merecen más repercusión internacional (es una pena que sólo Kertesz, Kubelik, Neumann y Belohlavek, esto es, maestros del terruño, se hayan fijado en ellos).
Ya hablé de mi devoción por Janácek. Sólo reseñar, en referencia al maestro Mackerras, la excelsitud de sus últimos registros mozartianos: su "Idomeneo" con Bostridge y su "Clemenza" con Kozéna.
Saludos cordiales.
La interpretación más potente de Rattle con música de Brahms ha sido precisamente, el Concierto nº 1 con Barenboim en Atenas, que está en DVD. O la más potente o, a lo mejor, la única potente del cesante director de la Filarmónica de Berlín. PEPE.
ResponderEliminarLástima que no publiques mis comentarios, Ángel, suelen ser los mejores del blog... ¿Órdenes desde Jerez?
ResponderEliminarSaludos cordiales.
No diga chorradas, casi paisano. Ha habido un problema (desconozco exactamente cuál), pero ya me han vuelto a entrar comentarios. ¿No ve que no ha salido publicado ninguno, ni los suyos ni los de los demás?
EliminarBueno, a estas alturas de la vida uno ya no sabe lo que esperar... Aprovecho para saludar a Fernando, al que sigo apreciando enormemente como persona y melómano. Soy de difícil plancha, me consta.
EliminarR. B. B.
Tan modesto como siempre, Bellón.
EliminarPues esas versiones de Bishop Kovacevich tienen ya su tiempo. El pianista ya había grabado antes música para piano solo de Bartok en un buen disco. Y para dos pianos.
ResponderEliminarQue yo sepa Rattle ha renunciado. Cesar es un verbo difícil. Normalmente se usa como transitivo: cesar a alguien. Lo contrario a dimitir. Pero me va que simplemente Rattle dice que no renovará contrato aunque se lo propongan. Esa es la verdad oficial. Otra cosa es lo que se haya hablado en la gerencia de la Orquesta.
¿Es posible que resulte que bajo dos nombres distintos una misma persona alabe a su alter ego?
Si se pueden mandar mensajes, uno a FVM: Creo que es mejor un blog con comentarios. Otra cosa es que ud. los supervise. En su casa uno deja entrar al que quiere, eso está claro.
Desde aquí pido disculpas a Fernando si alguna vez lo he ofendido. El debate musical es siempre apasionado, y a veces es difícil considerar las consecuencias de nuestros dichos. Ángel tiene un ánimo, digamos, más dialéctico, su blog es más abierto, el de Fernando está más cincelado y es, quizás, más completo. Aclaro que no tengo ninguna fijación con FVM (no porque no sea un chico resultón), simplemente estos son los dos únicos blogs, hasta donde yo sé, centrados en la actualidad de la música culta en el mundo hispano que se renuevan periódicamente, y era cuestión de tiempo que coincidiéramos. Congenio mejor con la cachazuda mundanidad de Ángel que con el reconcentrado perfeccionismo de Fernando, es sólo eso. Le deseo lo mejor de corazón.
ResponderEliminarR. B. B.