-Aprendí mucho en
mis primeros años de estudio en Madrid (a mediados de los 60 del siglo pasado)
de un amigo algo mayor que yo, muy melómano también y que ha sido conocido como
crítico musical (prefiero no revelar su nombre), pero también me inculcó
algunos tópicos y opiniones erradas de los que me costó poco o mucho -según los
casos- librarme. Era un enorme admirador de J. S. Bach, pero menospreciaba a
Haendel, y lo mismo le ocurría con su devoción por Mozart y su condescendencia
hacia Haydn, su poco aprecio por Schubert y por Chopin, su infinito amor por
Brahms y su casi odio a Bruckner, su poca consideración hacia Wagner,
Tchaikovsky y Dvorák. También sacaba a relucir a menudo la vulgaridad de Verdi (y hasta de Beethoven, menos mal que en muy pocas
de sus obras). Sobre la mayor parte de los principales grandes compositores del
siglo XX apenas tenía opinión: los escuchaba muy poco. Aprendí, sí, mucho, pero
he tardado años en librarme de todas y cada una de esas opiniones suyas
adversas. Y también me fui dando cuenta de lo mucho que me han ido gustando
Sibelius, Nielsen, Debussy, Ravel, Bartók, Janácek, Schoenberg, Berg y otros
gigantes de la primera mitad del siglo pasado.
La ignorancia musical
del intelectual español
Federico Sopeña solía insistir en esta idea, que los
artistas e intelectuales españoles, sobre todo los del siglo XX, han sido por
lo general muy poco proclives al disfrute de la llamada música clásica, y que en
muchos casos han dejado bien patente su ignorancia en este campo. Conozco
muchos ejemplos, pero me acabo de encontrar con uno que desconocía y me ha
llamado mucho la atención. Del sabio (nadie puede dudarlo) José Ortega y Gasset ya recordaba varios
ejemplos, entre otros su escasa consideración hacia nada menos que Beethoven.
Pero he aquí otra sentencia suya con la que me acabo de topar: "Ha sido
preciso que la música de Wagner deje de ser nueva... para que sus óperas se
hayan convertido bajo el desgaste del tiempo en unos tristes pedagógicos paisajes
de tratado de geología" (El Espectador, III, 17). Ignorancia pura y dura,
pues en los tiempos de Ortega la reputación de Wagner no había disminuido. Y
como profeta... en fin.
-Los mayores guitarristas
del siglo XX, por orden de importancia y calidad son, en mi opinión,: Andrés
Segovia, Julian Bream, Pepe Romero, John Williams, Narciso Yepes, Göran
Söllscher, Ángel Romero.
-¿Cuál es la voz de soprano
más dramática que he escuchado? Alessandra Marc. Baste escucharle su
grabación de Erwartung de Schoenberg,
con Sinopoli (acabo de hacerlo de nuevo y me he quedado pasmado). Es una pena que grabase poco: además de la obra citada, el primer
Requiem de Verdi de Barenboim (el de
Chicago, no el de La Scala), la primera Novena
de Beethoven de este director (Erato, 1994), Johnny spielt auf de Krenek dirigida por Lothar Zagrosek, la protagonista en la Elektra de Sinopoli así como Crisotemis en la de Barenboim, en Henry Clifford de Albéniz dirigida por José de Eusebio, y no sé si algo
más. Por ahí circula o circulaba el vídeo de una formidable Turandot suya en La Scala dirigiendo Georges
Prêtre. ¡Menuda Brunilda, menuda Gioconda podría haber sido!
Hola, Ángel:
ResponderEliminarPues sí era atrabiliario tu amigo... La sordera de Ortega fue en parte compensada por la melomanía de su socio Fernando Vela (¿tiene algún parentesco con Vela del Campo, el crítico de "El País"?):
http://www.filosofia.org/ave/003/c124.htm
https://elpais.com/diario/1988/10/28/opinion/593996405_850215.html
A propósito de estas fechas, ¿qué versión prefieres de "Las siete palabras" de Haydn, tal vez la obra más polisémica de la historia? ¿La pianística, la cuartetística, la orquestal, la coral? ¿Y qué interpretaciones?
Saludos cordiales, y felices fiestas.
Creo que Las siete palabras me gustan sobre todo en cuarteto de cuerda y en orquesta de cámara (de cuerda). De la primera solo conozco, me parece, las versiones del Kodály (Naxos), del Borodin (Teldec) y del Cherubini (EMI), notables las tres. Me gustaba bastante también la versión coral de Ferencsik (Hungaroton), pero mi favorita de todas es, con mucho, la de orquesta de cuerda con Sándor Végh con la Camerata Académica del Mozarteum en Capriccio (1993).
EliminarCreo que Juan Ángel Vela del Campo no tiene parentesco con Fernando Vela, del que solo leí, hace tiempo, una biografía de Mozart que me convenció poco: creo recordar que lo consideraba un personaje angélico, ajeno a toda pasión humana.
EliminarAngel, he estado repasando el Beethoven de Klemperer y, aunque te suene a herejía, lo he encontrado algo irregular..muy bien las pares, la novena, regular la eroica, floja la quinta...las mejores, para mi gusto, pastoral y novena....ahora voy con Brahms, viene tb en la caja...disfruta de estos días que hay músicos en la calle y algunos hasta afinan....
ResponderEliminarEn fin, opiniones hay para todos los gustos. La "regular" Heroica de Klemperer me parece uno de los mejores discos de la historia.
EliminarMe gustaría conocer su opinión de un guitarrista: Alexandre Lagoya, que no aparece en su relación.
ResponderEliminarPor otra parte, me ha llamado la atención su referencia a Alessandra Marc, cantante de la cual no he oído nada. Una búsqueda en Amazon me ha permitido ver que participó en la grabación de Hanry Clifford, de Albéniz.
No conozco gran cosa de Alexandre Lagoya, por eso no podría relacionarlo con los guitarristas citados. Pero sin duda tengo buenos recuerdos de lo más bien poco que le he escuchado.
EliminarY gracias por recordarme que Alessandra Marc también está en esa grabación (Decca) de la fallida ópera de Albéniz.
Sigo con los cuartetos beethovenianos por el Tokyo, imposible tocar mejor...luego quizá escuche la pasión según san mateo por Klemperer, a la que sigo considerando muy morosa de tempi..sí Angel, solemos coincidir en caso todo, excepto en Klemperer, al que suelo encontrar mecánico y demasiado cartesiano...
ResponderEliminarHola desde Compostela!! La Pasión por Klemperer es maravillosa!! Increíble!! Una interpretación sublime!! En mi opinión, unos de los cien mejores discos del S.XX. Y en Brahms, el doctor Klemperer es, también, un señor diez. Saludos desde una soleada Compostela!!
ResponderEliminarBrahms de acuerdo, pero su pasión, lo siento de veras, no me gusta...
ResponderEliminarNo sé si te refieres a la música de Brahms (espero que no) o a las versiones de Klemperer. Brahms no me parece uno de los compositores que mejor ha dirigido, aunque sus Sinfonías 1ª y 4ª y su Concierto para violín (con Oistrakh) me parecen excepcionales. En cuanto a su celebradísimo Requiem Alemán, me gustan muchísimo algunos números, y bastante menos el primero y el último. Eso sí, contó con los dos mejores cantantes jamás reunidos en esa obra: Elisabeth Schwarzkopf y Fischer-Dieskau.
EliminarDigo que me gusta el Brahms de Klemperer, tb su Beethoven en buena parte, excepto quinta y séptima, pero no su pasión según san mateo...no podemos coincidir en todo....
ResponderEliminar¿Ah? Te referías a La Pasión según San Mateo de Bach? Como decías "Brahms..., su pasión" creí que te referías a la pasión (apasionamiento) de la música de Brahms: ¡menudo malentendido!
EliminarHola desde Compostela. Las obras a las que los tempi más o menos rápidos le van bien, a Klemperer a veces no le encajan, por su manera de enfocarlas,como esas sinfonías del genio alemán que citas, pero la pasión según San Mateo es genial en su interpretación, al igual que todas las sinfonías de Brahms!! Aunque la competencia en estas obras es enorme. El Brahms de Giulini, Berstein... por cierto la semana pasada escuché varias obras de Chopin por Iván Moravec: genial, con gran fuerza y dramatismo.Saludos desde Compostela!!
ResponderEliminarYo conozco del Chopin de Moravec solo los Nocturnos, que están francamente bien, sí, dramáticos y muy personales.
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