lunes, 24 de junio de 2019

Haydn, Beethoven y Schumann con Pires y Barenboim (por primera vez juntos)



 Para celebrar el 50º aniversario de su primera actuación dirigiendo a la Filarmónica de Berlín, Barenboim acaba de subirse al podio de la gran orquesta alemana haciendo el mismo programa de aquel debut: la Sinfonía No. 95 de Haydn, el Cuarto Concierto de Beethoven y la Cuarta Sinfonía de Schumann. El pianista anunciado era Radu Lupu, pero por hallarse enfermo -al parecer, qué contrariedad, gravemente enfermo- ha debido ser sustituido por Maria Joao Pires, a la que Barenboim nunca había dirigido. Con Lupu se había entendido muy bien en numerosas ocasiones (incluso han tocado y grabado a cuatro manos), pero con la pianista portuguesa era imprevisible lo que pudiera ocurrir. Tengo a esta mujer por una artista bastante irregular, con frecuente tendencia a la búsqueda de lo bonito, preciosista, de levedad a veces casi frívola, aunque es cierto que -sobre todo en los últimos años- le he escuchado interpretaciones de verdadera altura. 
 
Estos altibajos también han aparecido, si bien muy atenuados, en este Op. 58 beethoveniano. El primer movimiento estuvo tocado con gran delicadeza y musicalidad, sin caer en lo amanerado: está entre lo mejor que le recuerdo. En el segundo, tras el enfrentamiento con la orquesta, su largo solo no voló lo debido, y en el tercero le faltó algo de vigor y de contrastes. Barenboim optó por una dirección robusta, muy masculina como para contrastar con el carácter marcadamente femenino del piano. Una opción muy sensata e interesante, que no es la primera vez que se aplica. (Nada que ver con los prejuicios sexuales; Beethoven, como siempre han escrito multitud de comentaristas, suele acudir a este tipo de oposición entre unos temas y otros, entre unos instrumentos y otros: una dialéctica sumamente productiva). Si comparamos con las diferentes grabaciones que Barenboim ha llevado a cabo de este Concierto comprobaremos que los enfoques han sido bastante diversos según la ocasión: la última registrada, en Salzburgo el año 2010 con la Filarmónica de Viena, tocando y dirigiendo, es la más lírica, mientras esta de la semana pasada es tal vez la más dramática y poderosa. Pires ofreció como propina una preciosísima versión de El pájaro profeta, de las Escenas del bosque de Schumann. 

¡Qué lástima que Barenboim dirija tan poco Haydn! En los años 70 y 80 grabó hasta trece sinfonías suyas (las de París y las Sturm und Drang, más la Concertante), pero en los últimos años apenas ha trascendido más que una genial "María Teresa" (No. 48) con la Sinfónica de Chicago. La 95 del otro día me pareció una pura maravilla. Aunque es una obra bastante dramática (no en vano es en Do menor), el director de Buenos Aires logró infundirle toques incluso humorísticos en algún pliegue del primer movimiento. Versión vital y espontánea, pero también intensa, de cierta grandiosidad y con una acusada dialéctica contrapuntística en el finale, muy prebeethoveniano, fue una auténtica gozada. Hasta ahora, solo Klemperer, en una visión mucho más adusta, me había gustado tanto. (Por cierto, al no tener sobrenombre se suele tocar menos aún que las de Haydn que lo tienen, pero es una gran obra maestra). 

Pero lo que hizo inmortal el concierto de la semana pasada fue la Cuarta de Schumann más magnífica que he escuchado jamás. Además de algunas grandes interpretaciones escuchadas en directo, tenía y tengo como referencias las grabaciones de Furtwängler, de Klemperer, las de Böhm y de Karajan en Viena o la segunda del propio Barenboim, con la Staatskapelle Berlin. Pues bien, lo de hace unos días sobrepasó todo lo escuchado. Versión muy intensa, cálida, ardiente, de ternura teñida de melancolía en el lento, impetuosa y arrebatadora, con una transición del tercero al cuarto movimiento inimaginablemente graduado, de una insólita riqueza de matices dinámicos y agógicos... en fin, es muy difícil explicar la absoluta genialidad de esta interpretación, una de las cosas más formidables escuchadas a Barenboim en años. Realmente, este hombre ha llegado a tal dominio de la técnica directorial que en nada envidia al más pintado, y su inteligencia y su capacidad para transmitir lo que pretende carecen de parangón posible hoy. Ya durante el último acorde, el habitualmente templado y respetuoso público berlinés estalló inconteniblemente en aplausos. Los asistentes percibieron con claridad que habían escuchado una recreación antológica, histórica. Con una orquesta fabulosa a la que no es fácil encontrar en tal estado de gracia.

16 comentarios:

  1. Hola, Ángel:

    El Schumann sinfónico y el pianístico parecen compositores distintos... Y el camerístico, distinto de esos dos: ¿qué opinas de los cuartetos Opus 41? ¿No te parecen excelentes e infravalorados?

    He aquí la canónica versión del cuarteto Drolc, célebre por su insuperada integral regeriana:

    https://www.discogs.com/Schumann-Drolc-Quartett-Streichquartette-A-Moll-F-dur-String-Quartets-in-A-Minor-and-in-F-Major/release/10993245

    Saludos cordiales.

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    1. No acabo de ver que parezcan diferentes. También pueden parecer diferentes autores los de los Valses y Ländler de Schubert y su Viaje de invierno...
      Me gustan bastante los 3 Cuartetos de Schumann, aunque bastante menos que sus obras cumbres (lieder, sinfonías, concierto y no pocas obras para piano solo, el Cuarteto y el Quinteto con piano...)
      No conozco la versión del Drolc, pero sí las del Italiano, el de Berna, el Melos o el Ysaÿe.

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    2. Sí, cabría añadir a los Hagen... Es de lamentar que una cumbre como el Quinteto con piano no haya tentado por lo general a los divos, con la honrosa excepción del siempre solícito Richter:

      https://www.discogs.com/Borodin-Quartet-Sviatoslav-Richter-Schubert-Schumann-Der-Tod-Und-Das-M%C3%A4dchen-Piano-Quintet/release/9864870

      Saludos cordiales.

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    3. Bueno, Schumann tenía (¿tiene?) fama de sinfonista "maldito", irregular... Ni Furtwängler, ni Jochum, ni Böhm, por ejemplo, grabaron una integral suya. Aquí es clave creo la figura de Franz Konwitschny:

      https://www.discogs.com/Borodin-Quartet-Sviatoslav-Richter-Schubert-Schumann-Der-Tod-Und-Das-M%C3%A4dchen-Piano-Quintet/release/9864870

      Creo que el sinfonismo de Schumann no ha sido tan determinante para la posteridad como su piano, sin el que no se puede entender a Debussy, Scriabin o Prokofiev.

      Saludos cordiales.

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    4. A todo esto, no sé si conoces este lapso sinfónico, de sobrenombre "Zwickau":

      https://www.youtube.com/watch?v=0KjDsL3SD3U

      Saludos cordiales.

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    5. La influencia de Schumann como sinfonista fue mucho menor que como autor de música para piano, pero eso no quiere decir que sus sinfonías, una vez rehabilitadas, sean obras menores. Bueno, además de Konwitschny (cuyas grabaciones no conozco), Klemperer, Sawallisch y Kubelik se ocuparon del ciclo completo; el último, dos veces. La Sinfonía de Zwickau, de la que conozco solo la de Inbal, me parece que no vale gran cosa.
      En cuanto al Quinteto con piano, hay, además de la de Richter/Borodin, soberbias interpretaciones de Rubinstein y, en DVD, otra con Bashkirova. Recientemente lo ha tocado en Berlín precisamente Barenboim.

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    6. No he dicho que fueran menores, sino que menos seminales y ancladas en el lenguaje beethoveniano... Otra integral importante es la de Szell a inicios de los setenta:

      https://www.discogs.com/George-Szell-The-Cleveland-Orchestra-The-Four-Schumann-Symphonies/release/3685156

      http://www.musicweb-international.com/classrev/2004/Sept04/Schumann_Szell.htm

      E imagino que continúas valorando la de Barenboim con Chicago:

      https://www.discogs.com/Daniel-BarenboimChicago-Symphony-Orchestra-Robert-Schumann-4-Symphonies-Konzertst%C3%BCck-For-4-Horns-Ma/master/1423222

      Saludos cordiales.

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    7. De acuerdo en lo primero, aunque no tanto en lo de ancladas en el lenguaje de Beethoven (solo a ratos). Sí, olvidé mencionar el ciclo de Szell. El de Barenboim en Chicago me sigue gustando mucho en las tres primeras; el de Staatskapelle Berlin me parece más redondo, y mucho mejor en la Cuarta (aun sin llegar a la del otro día, creo que el 19 o el 20 de junio).

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    8. Pensaba sobre todo en el "Manfred", que sí es beethoveniano a tope... Aunque si el reconocimiento del sinfonismo de Schumann ha sido tardío, más aún el de Mendelssohn, dado el antisemitismo latente de Jochum, Böhm o Schmidt - Isserstedt... Imagino que el gigantismo de la "Lobgesang" y la escasa popularidad de su primera sinfonía también intervienen en la escasez de integrales mendelssohnianas.

      Saludos cordiales.

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    9. Hombre, integrales de las sinfonías de Mendelssohn no hay muchas "por culpa" de las dos primeras, pero grabaciones de la "Escocesa" hay muchas, de la "Italiana" muchísimas, y bastantes de la "Reforma". Es que es un ciclo con severos altibajos (a diferencia del de Schumann: sus 4 sinfonías son o muy buenas o buenísimas).

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    10. Bueno, es que el fenómeno de las "integrales" es relativamente reciente: ¿hay grabaciones schubertianas anteriores a Kertész, Böhm o Sawallisch, de la "Trágica" o la "Pequeña"? ¿Tienen mucho que envidiar estas sinfonías a la "Inacabada" o la "Grande"? No, en mi opinión...

      Saludos cordiales.

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    11. Hombre, sí tienen algo que envidiarles. Las que citas son muy hermosas, sobre todo la "Trágica", pero hay que tener en cuenta que las seis primeras sinfonías fueron compuestas por Schubert hasta cumplir los 20 años; las dos últimas son obras capitales de madurez.

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  2. He oido decir que usted defendió a capa y espada a Braenboim desde sus comienzos, primero como pianista y luego como director, y que la mayoría de los críticos que escribían o escriben en Scherzo se cachondearon de usted por ese motivo. ¿Es eso cierto?. Porque si es así, usted tuvo muy buen ojo y ellos no. JUAN G. en el día de mi santo.

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    1. La verdad es que le han informado bien; más o menos es eso a grandes rasgos lo que pasó. Lo peor del asunto es que algunos de esos críticos siguen empeñados en que ellos tienen la razón, y no yo. ¡Los hay obstinados y ciegos, o mejor dicho, sordos!

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    2. ¡Gracias!!! Yo no he tenido la suerte de escuchar ese concierto, pero sus 4 sinfonías de Brahms en Deutsche Gramophon me han entusiasmado. JUAN G.

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