Esta
mañana, hacia las nueve y cuarto, un invitado ha hablado en Radio Clásica
maravillas (¡justificadísimas!) sobre la Chacona (de la Segunda
Partita para violín solo) de Bach, y a continuación han emitido una versión
de la misma de auténtica pesadilla: sonido ratonero, arbitrariedad permanente,
salpicada de adornos que solo molestan, alguna desafinación: ¡un espanto! Me
quedé en el coche, parado, hasta saber quién era el autor de tal destrozo:
¡Enrico Onofri! No me extraña nada, yo lo tengo encabezando algunas de mis
listas negras de “intérpretes”. El conductor del programa ha tildado la
interpretación de “sublime”, sí, su-bli-me. Sin más comentarios.
Unos
minutos después, suena a poco de empezar el Adagio de la Séptima
Sinfonía de Bruckner: es como pasar en unos minutos del infierno al cielo:
¡qué belleza excelsa de la música, qué belleza y qué envolvente calidez del
fraseo, con unas cuerdas de un sonido celestial! Me quedé hasta el final: era
la versión de Barenboim con la Staatskapelle Berlin (ni siquiera la mejor de
las suyas).
A
continuación una oyente (a la que creo conocer: es la madre de una ministra en
funciones) solicitó escuchar las piezas Op. 116 de Brahms. Me interesó
mucho quedarme a conocer la versión anunciada, de Josep Colom. ¡Qué maravilla,
qué hondura, qué intimismo, qué sonoridad brahmsiana! No creo conocer ninguna
mejor. Sí, me asombra que un pianista español -para más inri no muy conocido-
sea capaz de tal hazaña. Y no es la primera que le descubro, ni mucho menos…
Sí, las interpretaciones pueden machacar o
ennoblecer obras musicales de primera magnitud. Sin embargo, hay quienes
piensan que (apenas) tienen importancia. ¡Menudo error! Parece mentira que haya que seguir diciéndolo...
Angel, en rc hay cosas buenas...te recomiendo, aunque sea meterme en camisas de once varas y si te viene bien el horario, los fines de semana a las tres de la tarde un programa a mi entender magnífico sobre la segunda escuela de viena...dura todo el mes de noviembre...tb los martes y jueves a las diez de la noche hay un programa de análisis bueno...y la ópera, y las transmisiones...lo peor son los formatos presentador-música, como bien sabes...
ResponderEliminarSí, estoy seguro de que hay buenos programas. Yo critico a los que me parecen mejorables, o muy mejorables.
EliminarCómo me alegra haber encontrado un comentario negativo hacia el que parece el divo de los programas de Radio Cĺasica, Martín Llade, el envanecido, egolatría, soberbio (no soporta las críticas) que está destrozando un programa que podía ser bonito. La cacareante compañera Corrales, además de reirle las gracias, balbucear más que habla. Pero...ha recibido su premio de locutor.
EliminarBueno..., la semana pasada se dio en Radio Clásica una situación muy reveladora al respecto de quién habla ahora en esa emisora: el señor que nos da la matraca con la música indígena en "Sinfonía del humor estulto" (alias "de la mañana"), preguntado por el chistero mayor del reino radiofónico sobre qué iba a traernos la siguiente semana, le responde (con el micrófono abierto, para toda España): "Ni puta idea", y no sé si era más lamentable el tono o la expresión... Después nos extrañamos de lo que ocurre... En fin, a seguir infantilizando la emisora y a desnaturalizarla, cortando obras continuamente, introduciendo músicas que no tienen sentido en RC, etc., etc., etc.
ResponderEliminarEs muy indignante, sí. Hay veces en que en lugar de parecer una emsora pública, de servicio público, lo que oímos es como una conversación informal y privada en casa de uno de los que hablan. No, no es suya, no es propiedad de estos tipejos.
EliminarOnofri debería tocar la gaita, que como decía Thomas Beecham, suena igual cuando se sabe que cuando se está aprendiendo.
ResponderEliminarA mi me gusta mucho, o gustaba porque no se si lo siguen echando, Musica y Significado, aunque yo lo escuchaba en podcast por falta fe tiempo.
ResponderEliminarY hombre el Baronet era muy ingles y ya se sabe, las gaitas eran instrumentos escoceses prohibidos en el reino. Dicho esto en tono distendido.
Un saludo.
es que ese programa mañanero se las trae, sí, y anda que los fados que ponen en verano, o la manía de programas de bso o flamenco...pero queda media docena de grandes profesionales (del Ser, Viana, de cala, Eva Sandoval, Manglanos......) que hacen grandes programas e impiden que se haya convertido, como por lo visto pretende su gracioso (y cuyo cargo ya es demasiado largo) director, se haya convertido, digo, en un putiferio, con perdón....
ResponderEliminarA mí me parece que el jazz y el flamenco deben tener hueco en esta emisora, por la alta entidad artística que pueden alcanzar, lo mismo que un hueco para las músicas étnicas. Pero no cualquier tipo de música, que es con lo que a menudo se encuentra uno al sintonizarla: ¿me habré equivocado, es esto Radio Clásica? Todas las restantes emisoras, además, se ocupan del pop, el rock y demás músicas, que son -lo siento- menores.
EliminarEl jazz debería estar presente en RC cuando se incorpore en obras como las Gershwin, Eötvös, o tantos otros; el flamenco, cuando aparezca en partituras como las de Falla o Sotelo..., pero ¡¿autónomamente, como programas monográficos de esas músicas?!, lo dudo mucho: hablamos de una emisora de "radio clásica", no de étnicas variadas, así que debería ser como parte de lo que se considera música culta, clásica, de creación, etc.; un programa puramente de jazz o de música folk o..., no lo es, y uno no se conecta para eso... En cambio (manda bemoles), tienen muy claro que en Radio 3 no se programan horas de sinfonías de Beethoven, óperas de Wagner, o música contemporánea de Cage; desgraciadamente, siempre la vejada es la música clásica/culta/artística/etc.
ResponderEliminarEs una opinión respetable, claro. Pero desde siempre, que yo recuerde, han estado presentes -ya desde cuando se llamaba Radio 2- el jazz y el flamenco. La razón es la de que uno y otro poseen (o pueden poseer) un alto nivel artístico.
EliminarPues hoy mismo en Sinfonía de la mañana el invitado (un tal Sergio, creo) ha ofrecido como premio en un sorteo ¡¡dos entradas para una actuación en Bilbao de ANDRÉ RIEU!!, el director más hortera del mundo. Bonita forma de promocionar la música clásica en Radio Clásica. ¡Menuda vergüenza!. CAJAL.
ResponderEliminarPes hoy el invitado le ha dado, con elegancia pero contundencia, un buen corte a Martín Llade, cuando le ha preguntado "qué fue antes, si el flamenco o el huevo". Llade, que se debe creer muy gracioso pero no lo es tanto, recibió inmediata respuesta del invitado: "Contestaré a tu chiste cuando lo entienda". Y a continuación, la chica que conduce las peticiones de los oyentes, le ha espetado: "Has terminado tu programa con un chiste malo"... Pero Llade no parece darse por aludido. Allá él.
EliminarJorge.
Estimado señor Carrascosa, hacer de la crítica su modo de vida ha acabado por impedirle ver que criticar lo que hacen los demas es lo más facil del mundo y todo el mundo puede hacerlo. Además le ha revestido de cierto engreimiento que molesta mucho. Debería saber que la audiencia de Radio Clásica ha crecido mucho en los últimos años (que son justo los que usted más critica) y es desde luego mucho más alta que cuando, por ejemplo, colaboraba usted en ella con un tendencioso programa titulado Versiones comparadas. Algo estarán haciendo bien sus responsables si la audiencia aumenta tanto. Por su propio bien, sea más humilde. Aunque sólo sea un poco. Javier Torentino
ResponderEliminarMire, si usted me dejase dirigir Radio Clásica sabría cómo aumentar mucho la audiencia: quitando toda la música clásica contemporánea y poniendo diez o doce horas diarias de pop y rock. ¿No cree? ¡Así es muy fácil! ¿Cuál es la emisora de televisión cuya audiencia es la mayor, y aumentando? No hace falta decir cuál: la que más cotilleos difunde.
EliminarSi Versiones comparadas le parecía tendencioso, lo siento. A otras personas les parecía lo contrario.
Su réplica, don Javier, por supuesto, no la publico. Usted redobla sus insultos y, como comprenderá, no estoy por la labor. Además estoy prácticamente seguro de quién se oculta tras ese nombre.
EliminarTodavía recuerdo varios de aquellos programas de Versiones Comparadas. No eran para todos los públicos, pero melómanos como yo eran apasionantes. Aunque no siempre estuviera de acuerdo con usted, no vi por ningún lado que fuesen tendenciosos, sino que demostraba usted en ellos unas ideas claras y de criterios congruentes. Además, en mi caso, coincidía y coincido muy a menudo con sus gustos. Alberto R. R.
EliminarPues los martes y los jueves a la una de la tarde hay un señor que conduce un programa de jazz, se llama 78 revoluciones por minuto, que sabe mucho y escoge buena música, pero que habla de una manera muy cómica y al que cuesta entenderle la mitad de lo que dice. Roberto.
ResponderEliminarLa programación de Radio Clásica de los últimos años tampoco es de mi gusto, pero entiendo que es un enfoque respetable, más dirigido a captar nuevos adeptos que a contentar a los aficionados de siempre, no me gusta a mí pero comprendo las razones de los que lo hacen. Por contra el programa de jazz citado, de algunos días a la una, me parece excelente, me gusta mucho, lo busco. Es cierto que el locutor habla con celeridad, pero enseguida te haces a ello.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Felirosi, creo que aunque a muchos de nosotros no nos guste, a gente más joven que está coqueteando con la música clásica, está en el Conservatorio, etc., le puede ir ese humor de Martín Llade y similares, aunque a nosotros a veces nos irrite. Sinceramente, creo que a menudo nos tomamos muy en serlo la defensa de la música clásica o culta o como queramos llamarla. ¿Qué problema hay en que haya espacios dedicados al flamenco, folklore o jazz? Con no escucharlos si no nos interesa... Pero es verdad que cada vez es más frecuente poner radio clásica al azar y encontrar de todo menos buena música, hay mucho programa hablado sin gran interés, y eso antes no pasaba ni por asomo. Yo, que tengo 48 años, recuerdo con veneración esa época primera, y aún me sonrio al recordar a alguna locutora un tanto pedante, pero al menos sabía lo que decía, aunque pronunciara con ridícula gravedad y afectación. No era lo normal tampoco.
ResponderEliminarY ya que habla, Ángel, de Versiones Comparadas, no sé si usted recuerda si fue en ese o en otro análogo (¿Discografia comparada, o algo así?) que yo escuché por primera vez hablar de uno de mis directores favoritos, Carlo Maria Giuliani, con ocasión de una comparativa de las sinfonías brahmsianas, "el Brahms aristocrático de Giuliani", como alguien lo llamó. Así conocí al maestro, que me acompaña hasta hoy, junto con Klemperer o Furtwangler, y recuerdo asimismo la relativa decepción de su Requiem Alemán, en esos mismos programas (los invitados señalaron cierra blandura, igual que la finura excesiva de la Schwarzkop con Klemperer, y recomendaron como obra de referencia la versión de Kempe). En fin, esos programas nos sirvieron, como se ha dicho, para darnos su conocer a los grandes intérpretes, esos que quedan grabados de por vida. Así que de tendencioso nada. Es injusto. Subjetivismo siempre habrá, eso está claro. Y preferencias. Es un derecho. Pero no lo otro.
Cómo echo de menos esa radio y aquel boletín.
Un saludo.
Carlos Alberto.