DiDonato con Nézet-Séguin
Me
acaban de llegar de la mano de mi buen amigo Ignacio Fernández Bargues (quien,
¡gracias!, selecciona las grabaciones de mis listas beethovenianas) sendas filmaciones
de dos atípicas actuaciones de Joyce DiDonato y de Shirley Verrett, nada
menos. La maravillosa mezzosoprano principalmente rossiniana cantó el pasado
año (contando ya medio siglo de edad) en el Carnegie Hall el ciclo Winterreise,
Viaje de invierno, de Schubert -esa cumbre absoluta de la historia del género
lied, quizá de su autor y, sin duda, una de las composiciones más
geniales de toda la música- y en colaboración con un Yannick Nézet-Séguin
al que nunca había escuchado tocar el piano. Pues bien, contra todo pronóstico,
me ha parecido una interpretación de altos vuelos. Que ella canta como los
ángeles era más que sabido, pero que eso no garantiza una gran interpretación
también lo tenía claro. Pues bien, además de lucir una pronunciación muy
cuidada, he encontrado a la mezzo norteamericana muy en estilo y poniendo todas
sus brillantes armas dramático-teatrales al servicio, sin el menor exceso, de
la profunda expresividad de estos lieder. Entre ellos Rückblick
me ha parecido particularmente memorable. Visiblemente emocionada, DiDonato
dejó aparte la partitura para cantar el último lied del ciclo, Der
Leiermann, con un ensimismamiento expresivo extraordinariamente conmovedor.
En cuanto al pianista, su labor ha sido enormemente concienzuda y esmerada, si
bien no alcanza el grado de entendimiento con Schubert que su partenaire.
Por ejemplo, la parte pianística de Die Post sonó un pelín banal, y
carentes de la debida variedad expresiva las repeticiones en Der Leiermann.
Pero la mayor parte del tiempo convence como el gran músico que es empuñando la
batuta.
Verrett con...
De
1987 data un programa solo Gershwin de la genial mezzo de Nueva Orleáns Shirley
Verrett (1931-2010) en la maravillosamente bella ciudad costera de Positano,
al sur de Nápoles. Al aire libre y rodeada de frondosa vegetación, la
inolvidable Eboli, Lady Macbeth, Ulrica, Adalgisa, Orsini, Carmen o Dalila, dio
toda una lección de sintonía con el autor de Porgy and Bess (que, claro,
no le coge tan lejano como Schubert a DiDonato), desplegando a sus 56 años una
voz en un momento aún excelente (no tanto en la primera canción del recital) y,
sobre todo, un arte y una gracia arrolladores, se mire por donde se mire.
Lástima que el arreglo (o sea, desarreglo) que cantó de Summertime no me
gustase. El extraño, hortera pianista (¡y culturista desaforado!) Tzimon
Barto dirigiendo a una modesta orquestina no fue, sin duda, el
acompañamiento que merecía tamaña cantante, una de las más grandes de su tiempo.
Magnífica
producción de un Rossini infrecuente: Ricciardo e Zoraide
Estrenada
en Nápoles el 3 de diciembre de 1818, es una de esas múltiples óperas serias de
Rossini muy raramente representadas. Larga (casi tres horas) y desigual como
tantas otras, no carece de episodios muy notables. Y, por encima de todo, es
vehículo idóneo para que varios cantantes -no pocos- luzcan sus cualidades
canoras. La representación que ahora publica en blu-ray C Major tuvo lugar el
año 2018 en Pésaro. Es, en mi opinión, uno de esos raros aciertos (casi casi)
totales, en que a una batuta excepcional -desde lo primero que le escuché, tuve
la impresión de que iba a ser uno de los grandes: Giacomo Sagripanti- que
parece sacar petróleo de esta ópera y de la Orquesta Sinfónica Nacional de la
RAI, se une un director escénico, Marshall Pynkoski, que no cae en la
casi actual obligación de inventar y hasta tergiversar el argumento,
preocupándose de la estética y de que todo lo que ocurre en la trama transcurra
razonablemente. Con mucho baile (coreografía de Jeannette Jeunesse Zingg,
esposa de Pynkoski, fundadores del Opera Atelier) y preciosos vestuario, escenografía
e iluminación, esta función nos hace añorar lo que podrían y deberían ser
muchas funciones arruinadas por el descontrolado ego de tantos régisseurs.
¡A ver si cunde el ejemplo!
Por
último, el elenco reunido ha sido un gran acierto: la pareja protagonista está
encarnada por Juan Diego Flórez (Ricciardo), que vuelve a su terreno más
seguro, en el que sigue siendo el rey (bueno: uno de los dos reyes, junto a
Javier Camarena) y Pretty Yende (Zoraide), soprano lírica sudafricana
con coloratura y hermoso timbre que está llamada -si no se extralimita en su
repertorio- a ser una de las grandes de la ópera, si no lo es ya (solo me
molesta que añada algún sobreagudo seguramente no escrito, y que no le queda
bien). El que menos me ha convencido, y eso que no está mal, es el ágil tenor
lírico, pero de timbre oscuro, Sergey Romanovsky (Agorante). Más dianas:
la mezzo no ligera Victoria Yarovaya (Zomira), que seguro también dará
que hablar, lo mismo que el muy joven tenor lírico-ligero donostiarra de 24
años, ganador en 2019 del Premio Operalia, Xabier Anduaga (Ernesto), de
privilegiada materia prima, y el espléndido bajo Nicola Ulivieri
(Ircano). Incluso los tres restantes papeles, más breves, están muy bien servidos.
Con una calidad técnica excepcional, el único inconveniente de este blu-ray es
su carencia de subtítulos en castellano.
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