jueves, 23 de julio de 2020

La Quinta Sinfonía de Carl Nielsen



En el siglo XX la composición de sinfonías fue disminuyendo progresivamente: en la primera mitad muchas menos que en el XIX, y en la segunda mitad muchas menos que en la primera. El danés Carl Nielsen (1865-1931), no tan conocido por el gran público como otros sinfonistas –Mahler, Sibelius, Prokofiev y Shostakovich–, es sin embargo tan grande al menos como cualquiera de los tres últimos. Y, desde luego, tan renovador. Pero su música es quizá más difícil y mucho menos retórica y efectista y, por tanto, no goza, ni probablemente gozará, del favor de tantos oyentes como esos otros.

La trayectoria de Nielsen como sinfonista, claramente en ascenso, es apasionante: desde su no muy personal pero franca y vigorosa Primera Sinfonía (concluida en 1892) hasta la aparentemente sencilla pero austera y originalísima Sexta (1925), progresó en una ardua y ejemplar búsqueda de una voz propia y de la libertad y la depuración formal, avanzando en el agotamiento de lo que la estructura sinfonía podía dar de sí. La Segunda Sinfonía, “Los cuatro temperamentos” (1902), la Tercera, “Expansiva” (1911), la Cuarta, “Inextinguible” (1916) y la Quinta (1922) son los jalones intermedios de este impresionante desarrollo.

Pese a que la línea es continua entre cada sinfonía y la que le sigue, son muchos los comentaristas que opinan que la Quinta (1921), en la que predomina el elemento rítmico sobre el melódico, es el punto más alto de este arco; incluso un musicólogo tan ilustre como Deryck Cooke ve en ella la sinfonía más importante del siglo XX. Siglo al que pertenecen –no lo olvidemos– la Quinta, la Sexta, la Séptima y la Novena de Mahler. La proximidad cronológica de algunas relevantes sinfonías del siglo (la Quinta de Sibelius es de 1919, y de 1923 la Sexta; de 1917 y 1925 las dos primeras de Prokofiev, de 1921 la Tercera, “Pastoral” de Vaughan Williams y de 1924 la Primera de Shostakovich) coloca en lugar de privilegio a la Quinta de Nielsen, claramente la sinfonía más avanzada y pujante de esos años.

Esta partitura se articula en dos amplios movimientos (“Tempo giusto – Adagio non troppo” y “Allegro – Presto – Andante un poco tranquillo – Allegro”). El comienzo es misterioso, “como una visión cuyos detalles no han sido bien enfocados” (Robert Layton. Algo que, por cierto, también podría decirse del comienzo de la Novena Sinfonía de Beethoven). Una decidida melodía surge tras disiparse la niebla. Los elementos destructivos hacen su aparición con la entrada de un tambor, muy a menudo tocado con gran fuerza; un tambor que ahuyentó a muchos oyentes de las primeras ejecuciones. El clarinete grita salvaje y frenético antes de alcanzarse un angustioso clímax. De esta oscuridad emerge un tema optimista que se va afianzando, hasta la brutal irrupción del tambor que intenta cerrarle el paso y detener el avance de los elementos afirmativos. El movimiento, en el que la ambigüedad armónica ha jugado un papel importante, termina con un clarinete que describe la desolación del campo de batalla tras una victoria dudosa.

En el segundo movimiento renacen de entre las cenizas las energías positivas,  sucediéndose dos pasajes fugados, el primero marcado “Presto”, introducido por los violines I e interrumpido con furia por el viento y los timbales, y el segundo, “Andante un poco tranquillo”, cuyo tema procede del comienzo del movimiento. La sección final resuelve los conflictos en un triunfante Mi bemol mayor. Como resume el estudioso Robert Simpson, “en esta Sinfonía Nielsen escudriña de nuevo en el alma humana, pero con una mirada diferente; la obra está plagada de tremendos conflictos, resueltos con extraordinaria concentración”. Más explícito es aún François-René Tranchefort: “la trágica [primera] guerra mundial [...] conmovió profundamente al músico, que ‘dramatizó’ sus convicciones filosóficas [...] Concibió las dos partes de la Quinta Sinfonía de una forma casi antitética: la primera expresando las contradicciones y las debilidades de una humanidad presa de sus intentos destructivos, y la segunda reconciliando a esta humanidad herida con ella misma, con sus más nobles aspiraciones y una especie de energía universal regeneradora”.

La Quinta Sinfonía (FS 97) de Nielsen, comenzada a principios de 1921 y estrenada en Copenhague el 24 de enero del año siguiente bajo la dirección del autor, está escrita para cuerdas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos flautas, piccolo, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba y un amplio grupo de percusión que incluye celesta y un cuasi solista de tambor. Magníficamente orquestada, esta Sinfonía –mucho menos conocida de lo que merece– es nada menos que una de las mayores obras orquestales del siglo XX.

DISCOGRAFÍA

1960 BarbirolliSociety  Barbirolli/OHallé                  19’15+14’40               9/5
1966 Sony       Bernstein/OFilNuevaYork                   18’35+14’41                8/7,5
1970 Decca     Kletzki/OSuisseRomande                    18’20+15’34                7,5/7,5
1972 Unicorn   Horenstein/ONewPhilharmonia            09’50+08’45+17’20     9/7,5
1974 Unicorn   Ole Schmidt/OSinfLondres                  10’22+09’29+15’52     7/6
1975 EMI        Berglund/OSinfBournemouth               11’09+10’20+16’01     8,5/8
1983 EMI       Kubelik/OSinfRadioDanesa                 11’42+09’41+17’18     8,5/7
1986 BIS         Chung/OSinfGotemburgo                    17’59+15’36                7/7,5
1988 Sony       Salonen/OSinfRadioSueca                   20’09+16’40                9/8,5
1988 Decca     Blomstedt/OSinfSanFrancisco              10’34+09’22+15’35     9,5/9
1989 RCA       Berglund/ORealDanesa                        20’25+16’01                8/8
1991 DG         N.Järvi/OSinfGotemburgo                   18’24+15’35                7,5/8,5
1994 Chandos  Rozhdestvensky/ORealFilEstocolmo    10’06+09’07+17’30     8,5/8,5
2003 BIS         Osmo Vänskä/OSinfBBCEscocesa       21’23+15’49                8/8
2008 DG         Dudamel/OSinfGotemburgo                 17’44+16’03                8,5/9,5
2009 Naxos     Schönwandt/OSinfRadioNacDanesa     20’37+17’39                9/9
2011 LSO        C.Davis/OSinfLondres                         10’41+10’16+14’20     8,5/8,5
*2013 DCH     Blomstedt/OFilBerlín                            20’34+16’12               10/9
2014 BIS         Sakari Oramo/ORealFilEstocolmo        18’00+16’18                9/8,5

17 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Que yo sepa, Karajan solo grabó de Nielsen la Cuarta "Inextinguible"; una versión, por cierto, colosal.

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    2. Tienes razón. Perdón por mi error.

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  2. Estimado Ángel, he escuchado la interpretación de Horenstein, (calificación 9,según tu valoración), pero a mi me ha parecido tan extraordinaria que la pondría por encima de las de Blomstedt. Aquí es donde realmente se aprecia toda la genialidad del gran director.
    Un gran saludo desde Chile

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  3. Nielsen no es de mis músicos favoritos, aunque le concedo la calidad de la que hablas. Por otro lado, se agradece a Granada el esfuerzo que esta haciendo con su festival en plenos rebrotes y a radio clasica la gran cantidad de los directos que están haciendo desde allí, pero ayer no me convenció bostridge con su winterreise, prefiero leerle a escucharlo.

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    1. LLevas razón en lo del Festival de Granada. A mí tampoco me gusta Bostridge interpretando lieder alemanes, lo encuentro casi siempre muy blando y melifluo.

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  4. ¿Conoce la versión de Kirill Kondrashin con la R. Concertgebouw publicada en el vol. 5 de la Antología de la orquesta? Creo que es bastante buena y me gustaría saber, en su caso, su muy autorizada opinión.
    Gracias.
    Javier, fiel seguidor

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    1. No conozco esa versión, pero he aquí lo que F. L. Vargas-Machuca opina de ella: "Kondrashin/Concertgebouw (Philips, 1980): versión fluida y nerviosa, rápida y algo falta de concentración, sobre todo al principio, pero llena de vida y completamente ajena a la retórica y el efectismo. La sección final está espléndidamente construida. Orquesta espléndida y gran claridad de batuta". (4/4) (5 es el máximo).

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  5. Yo conocí esta obra a través de un videojuego: Mass Effect 2. Uno de sus personajes, Miranda, habla de cómo su hermana y ella comparten una música favorita: el Adagio de la Quinta de Nielsen. Pues tienen muy buen gusto porque es sublime.

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  6. La TVE la utilizó, el comienzo de la marcha del 1 tiempo, cuando la primera guerra de Irak.
    Antes la había tocado Manuel Galduf con la Orquesta de Valencia con un auditorio medio lleno, o medio vacío, que me dió la sensación de estar bastante inquieto. Aún no había empezado a crecer esa orquesta. Hace poco, ya en el Auditorio y ya con una orquesta muy suficiente, hicieron la 4 y también estuvieron incómodos los asistentes. Pero el final les impresionó. (Como es de esperar)

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  7. Y la de Barbirolli editada por la Barbirolli Society (incluye también la séptima de Mahler). Qué le parece

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  8. Y Barbirolli?
    (Editado por la Barbirolli Society)

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    1. Estimado Ángel:

      En el siguiente enlace podrá encontrar la versión de Barbirolli:
      https://manfredwanders.blogspot.com/2020/07/nielsen-symphony-no-5-barbirolli.html

      Ojalá pueda incluirla en su comparativa.

      Saludos!

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    2. Acabo de escuchar la versión de Barbirolli, sumamente interesante, muy agresiva. Versión de mucho mérito en su momento. Lástima que suene tan mal que apenas se pueda disfrutar.

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  9. Después de leer el artículo, he escuchado la versión de Bernstein/Nueva York [tengo la Symphony Edition que sacó SONY hace unos años con los fondos de CBS] y la verdad es que me ha gustado la obra bastante -apenas la conozco-. La Filarmónica de Nueva York demuestra tener una cuerda bastante potable, la verdad -recuerdo que en la 5ª de Shostakovich también Bernstein conseguía una excelente respuesta de las cuerdas de la misma orquesta-. He leído que la obra es de hacia 1920-22, inspirada por la gran tragedia de la Primera Guerra Mundial, que también inspiró la coetánea 3ª Sinfonía [Pastoral] de Vaughan Williams, de modo que, dicho y hecho, oigo ahora a Sir Adrian Boult con la New Philharmonia y Margaret Price en esta última obra. De este modo hemos redondeado un estupendo domingo musical gracias a tu artículo.
    La caja de Barbirolli es una gran tentación, pero aparte del precio, ¡luego hay que oír los 109 discos!, y no todos interesan igual. Y yo tengo mucho Elgar, Sibelius, la 5ª de Mahler, la Butterfly con Scotto y Bergonzi, el Peleas de Schönberg, por él....¡Las inevitables repeticiones!
    Leo que en otoño saldrá una nueva integral Beethoven por Barenboim?? Sabes algo?? Va a superar el récord de Karajan con la 4ª de Tchaikovsky, a este paso....

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    1. Sí, parece ser que graba ¡por quinta vez! las 32 Sonatas de Beethoven.

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