En el siglo XX la composición de sinfonías fue disminuyendo
progresivamente: en la primera mitad muchas menos que en el XIX, y en la
segunda mitad muchas menos que en la primera. El danés Carl Nielsen
(1865-1931), no tan conocido por el gran público como otros sinfonistas
–Mahler, Sibelius, Prokofiev y Shostakovich–, es sin embargo tan grande al
menos como cualquiera de los tres últimos. Y, desde luego, tan renovador. Pero
su música es quizá más difícil y mucho menos retórica y efectista y, por tanto,
no goza, ni probablemente gozará, del favor de tantos oyentes como esos otros.
La trayectoria de Nielsen como sinfonista, claramente en
ascenso, es apasionante: desde su no muy personal pero franca y vigorosa Primera
Sinfonía (concluida en 1892) hasta la aparentemente sencilla pero austera y
originalísima Sexta (1925), progresó en una ardua y ejemplar búsqueda de
una voz propia y de la libertad y la depuración formal, avanzando en el
agotamiento de lo que la estructura sinfonía podía dar de sí. La Segunda
Sinfonía, “Los cuatro temperamentos” (1902), la Tercera, “Expansiva”
(1911), la Cuarta, “Inextinguible” (1916) y la Quinta (1922) son
los jalones intermedios de este impresionante desarrollo.
Pese a que la línea es continua entre cada sinfonía y la que
le sigue, son muchos los comentaristas que opinan que la Quinta (1921),
en la que predomina el elemento rítmico sobre el melódico, es el punto más alto
de este arco; incluso un musicólogo tan ilustre como Deryck Cooke ve en ella la
sinfonía más importante del siglo XX. Siglo al que pertenecen –no lo olvidemos–
la Quinta, la Sexta, la Séptima y la Novena de
Mahler. La proximidad cronológica de algunas relevantes sinfonías del siglo (la
Quinta de Sibelius es de 1919, y de 1923 la Sexta; de 1917 y 1925
las dos primeras de Prokofiev, de 1921 la Tercera, “Pastoral” de Vaughan
Williams y de 1924 la Primera de Shostakovich) coloca en lugar de
privilegio a la Quinta de Nielsen, claramente la sinfonía más avanzada y
pujante de esos años.
Esta partitura se articula en dos amplios movimientos
(“Tempo giusto – Adagio non troppo” y “Allegro – Presto – Andante un poco
tranquillo – Allegro”). El comienzo es misterioso, “como una visión cuyos
detalles no han sido bien enfocados” (Robert Layton. Algo que, por cierto,
también podría decirse del comienzo de la Novena Sinfonía de Beethoven).
Una decidida melodía surge tras disiparse la niebla. Los elementos destructivos
hacen su aparición con la entrada de un tambor, muy a menudo tocado con gran
fuerza; un tambor que ahuyentó a muchos oyentes de las primeras ejecuciones. El
clarinete grita salvaje y frenético antes de alcanzarse un angustioso clímax.
De esta oscuridad emerge un tema optimista que se va afianzando, hasta la
brutal irrupción del tambor que intenta cerrarle el paso y detener el avance de
los elementos afirmativos. El movimiento, en el que la ambigüedad armónica ha
jugado un papel importante, termina con un clarinete que describe la desolación
del campo de batalla tras una victoria dudosa.
En el segundo movimiento renacen de entre las cenizas las
energías positivas, sucediéndose dos
pasajes fugados, el primero marcado “Presto”, introducido por los violines I e
interrumpido con furia por el viento y los timbales, y el segundo, “Andante un
poco tranquillo”, cuyo tema procede del comienzo del movimiento. La sección final
resuelve los conflictos en un triunfante Mi bemol mayor. Como resume el
estudioso Robert Simpson, “en esta Sinfonía Nielsen escudriña de nuevo en el
alma humana, pero con una mirada diferente; la obra está plagada de tremendos
conflictos, resueltos con extraordinaria concentración”. Más explícito es aún
François-René Tranchefort: “la trágica [primera] guerra mundial [...] conmovió
profundamente al músico, que ‘dramatizó’ sus convicciones filosóficas [...]
Concibió las dos partes de la Quinta Sinfonía de una forma casi
antitética: la primera expresando las contradicciones y las debilidades de una
humanidad presa de sus intentos destructivos, y la segunda reconciliando a esta
humanidad herida con ella misma, con sus más nobles aspiraciones y una especie de
energía universal regeneradora”.
La Quinta Sinfonía (FS 97) de Nielsen,
comenzada a principios de 1921 y estrenada en Copenhague el 24 de enero del año
siguiente bajo la dirección del autor, está escrita para cuerdas, dos oboes,
dos clarinetes, dos fagotes, dos flautas, piccolo, cuatro trompas, tres
trompetas, tres trombones, tuba y un amplio grupo de percusión que incluye
celesta y un cuasi solista de tambor. Magníficamente orquestada, esta Sinfonía
–mucho menos conocida de lo que merece– es nada menos que una de las mayores
obras orquestales del siglo XX.
DISCOGRAFÍA
1960 BarbirolliSociety Barbirolli/OHallé 19’15+14’40 9/5
1966 Sony Bernstein/OFilNuevaYork 18’35+14’41 8/7,5
1970 Decca Kletzki/OSuisseRomande 18’20+15’34 7,5/7,5
1972 Unicorn Horenstein/ONewPhilharmonia 09’50+08’45+17’20 9/7,5
1974 Unicorn Ole
Schmidt/OSinfLondres 10’22+09’29+15’52 7/6
1975 EMI Berglund/OSinfBournemouth 11’09+10’20+16’01 8,5/8
1983 EMI Kubelik/OSinfRadioDanesa 11’42+09’41+17’18 8,5/7
1975 EMI Berglund/OSinfBournemouth 11’09+10’20+16’01 8,5/8
1983 EMI Kubelik/OSinfRadioDanesa 11’42+09’41+17’18 8,5/7
1986 BIS Chung/OSinfGotemburgo 17’59+15’36 7/7,5
1988 Sony Salonen/OSinfRadioSueca 20’09+16’40 9/8,5
1988 Decca Blomstedt/OSinfSanFrancisco 10’34+09’22+15’35 9,5/9
1989 RCA Berglund/ORealDanesa 20’25+16’01 8/8
1991 DG N.Järvi/OSinfGotemburgo 18’24+15’35 7,5/8,5
1994 Chandos Rozhdestvensky/ORealFilEstocolmo 10’06+09’07+17’30 8,5/8,5
2003 BIS Osmo Vänskä/OSinfBBCEscocesa 21’23+15’49 8/8
2008 DG Dudamel/OSinfGotemburgo 17’44+16’03 8,5/9,5
2009 Naxos Schönwandt/OSinfRadioNacDanesa 20’37+17’39 9/9
2011 LSO C.Davis/OSinfLondres 10’41+10’16+14’20 8,5/8,5
*2013 DCH Blomstedt/OFilBerlín 20’34+16’12 10/9
*2013 DCH Blomstedt/OFilBerlín 20’34+16’12 10/9
2014 BIS Sakari Oramo/ORealFilEstocolmo 18’00+16’18 9/8,5
¿Y la grabación de Karajjan?
ResponderEliminarQue yo sepa, Karajan solo grabó de Nielsen la Cuarta "Inextinguible"; una versión, por cierto, colosal.
EliminarTienes razón. Perdón por mi error.
EliminarEstimado Ángel, he escuchado la interpretación de Horenstein, (calificación 9,según tu valoración), pero a mi me ha parecido tan extraordinaria que la pondría por encima de las de Blomstedt. Aquí es donde realmente se aprecia toda la genialidad del gran director.
ResponderEliminarUn gran saludo desde Chile
Nielsen no es de mis músicos favoritos, aunque le concedo la calidad de la que hablas. Por otro lado, se agradece a Granada el esfuerzo que esta haciendo con su festival en plenos rebrotes y a radio clasica la gran cantidad de los directos que están haciendo desde allí, pero ayer no me convenció bostridge con su winterreise, prefiero leerle a escucharlo.
ResponderEliminarLLevas razón en lo del Festival de Granada. A mí tampoco me gusta Bostridge interpretando lieder alemanes, lo encuentro casi siempre muy blando y melifluo.
Eliminar¿Conoce la versión de Kirill Kondrashin con la R. Concertgebouw publicada en el vol. 5 de la Antología de la orquesta? Creo que es bastante buena y me gustaría saber, en su caso, su muy autorizada opinión.
ResponderEliminarGracias.
Javier, fiel seguidor
No conozco esa versión, pero he aquí lo que F. L. Vargas-Machuca opina de ella: "Kondrashin/Concertgebouw (Philips, 1980): versión fluida y nerviosa, rápida y algo falta de concentración, sobre todo al principio, pero llena de vida y completamente ajena a la retórica y el efectismo. La sección final está espléndidamente construida. Orquesta espléndida y gran claridad de batuta". (4/4) (5 es el máximo).
EliminarYo conocí esta obra a través de un videojuego: Mass Effect 2. Uno de sus personajes, Miranda, habla de cómo su hermana y ella comparten una música favorita: el Adagio de la Quinta de Nielsen. Pues tienen muy buen gusto porque es sublime.
ResponderEliminarLa TVE la utilizó, el comienzo de la marcha del 1 tiempo, cuando la primera guerra de Irak.
ResponderEliminarAntes la había tocado Manuel Galduf con la Orquesta de Valencia con un auditorio medio lleno, o medio vacío, que me dió la sensación de estar bastante inquieto. Aún no había empezado a crecer esa orquesta. Hace poco, ya en el Auditorio y ya con una orquesta muy suficiente, hicieron la 4 y también estuvieron incómodos los asistentes. Pero el final les impresionó. (Como es de esperar)
Y la de Barbirolli editada por la Barbirolli Society (incluye también la séptima de Mahler). Qué le parece
ResponderEliminarY Barbirolli?
ResponderEliminar(Editado por la Barbirolli Society)
¡Horreur, no la conozco!
EliminarEstimado Ángel:
EliminarEn el siguiente enlace podrá encontrar la versión de Barbirolli:
https://manfredwanders.blogspot.com/2020/07/nielsen-symphony-no-5-barbirolli.html
Ojalá pueda incluirla en su comparativa.
Saludos!
Acabo de escuchar la versión de Barbirolli, sumamente interesante, muy agresiva. Versión de mucho mérito en su momento. Lástima que suene tan mal que apenas se pueda disfrutar.
EliminarDespués de leer el artículo, he escuchado la versión de Bernstein/Nueva York [tengo la Symphony Edition que sacó SONY hace unos años con los fondos de CBS] y la verdad es que me ha gustado la obra bastante -apenas la conozco-. La Filarmónica de Nueva York demuestra tener una cuerda bastante potable, la verdad -recuerdo que en la 5ª de Shostakovich también Bernstein conseguía una excelente respuesta de las cuerdas de la misma orquesta-. He leído que la obra es de hacia 1920-22, inspirada por la gran tragedia de la Primera Guerra Mundial, que también inspiró la coetánea 3ª Sinfonía [Pastoral] de Vaughan Williams, de modo que, dicho y hecho, oigo ahora a Sir Adrian Boult con la New Philharmonia y Margaret Price en esta última obra. De este modo hemos redondeado un estupendo domingo musical gracias a tu artículo.
ResponderEliminarLa caja de Barbirolli es una gran tentación, pero aparte del precio, ¡luego hay que oír los 109 discos!, y no todos interesan igual. Y yo tengo mucho Elgar, Sibelius, la 5ª de Mahler, la Butterfly con Scotto y Bergonzi, el Peleas de Schönberg, por él....¡Las inevitables repeticiones!
Leo que en otoño saldrá una nueva integral Beethoven por Barenboim?? Sabes algo?? Va a superar el récord de Karajan con la 4ª de Tchaikovsky, a este paso....
Sí, parece ser que graba ¡por quinta vez! las 32 Sonatas de Beethoven.
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