Damos comienzo al espacio de hoy de Versiones Comparadas, un programa
a cargo de Ángel Carrascosa Almazán. La
colección de piezas pianísticas más importante de Enrique Granados es su serie Goyescas,
mientras que la más conocida es la que engloba sus 12 Danzas españolas,
cuya composición fue comenzada antes de 1890, o tal vez en 1892, prolongándose
hasta 1900.
Tras un largo páramo desde principios del siglo XVII,
apenas interrumpido por unos escasos nombres de verdadero relieve, por fin a
finales del XIX aparecen dos compositores españoles de proyección internacional
(para lo cual no fue obstáculo que la inspiración de ambos fuese de raigambre
folclórica hispana), ambos catalanes y ambos volcados sobre todo en la música
pianística: Isaac Albéniz y Enrique Granados. Si el primero murió en 1909 a los
49 años, el segundo moría 7 años más tarde, y de forma violenta, antes de
cumplir los mismos 49.
Divididas
en cuatro cuadernos de 3 danzas cada uno, las Danzas españolas, como
escribe José Luis García del Busto, “respiran mil y una evocaciones
españolistas, e incluso, en algún caso, se atienen a elementos folclóricos
concretos, aunque siempre utilizados con fantasía y libertad. La mayor parte de
los títulos que circulan no fueron dados por el autor, e incluso se pueden
encontrar títulos distintos y aun contradictorios, según las ediciones que se
manejen”. Así que, añadimos nosotros, lo más sensato es no tener muy en cuenta
varios de estos títulos.
La
grabación completa más antigua disponible de la serie es la del pianista Eduardo
del Pueyo (Philips 1956). El pianista zaragozano (1905-1986), profesor
muchos años del Conservatorio de Bruselas, fue un reputado intérprete de
Beethoven, más incluso que de la música española; aun así, dejó importantes
grabaciones de las Noches en los jardines de España de Falla (con Jean
Martinon), y concretamente en Granados, de Goyescas y de las 12 Danzas
españolas. Aunque Goyescas me parece una interpretación abiertamente
superior, también algunas de sus Danzas son recreaciones de altura. Como
ejemplo de las más logradas hemos escogido la última, donde se aprecia una
sonoridad densa y robusta y un sentido dramático con atisbos de melancolía. Los
frecuentes cambios de humor resultan muy convincentes. Escuchemos, pues, la Danza
española nº 12 en La menor, titulada Arabesca y a veces Bolero, de Enrique
Granados, al pianista Eduardo del Pueyo.
Otro
pianista zaragozano, Luis Galve (1908-1995), llevó a cabo en 1971 su
grabación de las 12 Danzas de Granados, para Columbia (más tarde
reeditadas en disco compacto por RCA). Frente a la robustez de Del Pueyo, Galve
es un intérprete de gran finura, como se aprecia en la Danza nº 6 en Re
mayor, llamada Rondalla aragonesa, cuya sección central es de un lirismo
muy efusivo e interiorizado. Pasamos a ofrecérsela en los dedos de Luis Galve.
Un
año más tarde, en 1972, EMI publicaba estas 12 Danzas en una de las
interpretaciones más extraordinarias que existen, la del malogrado pianista
alicantino Gonzalo Soriano; ésta sería su última grabación, pues moría
ese mismo año, 1972, en Madrid, en la plena madurez de sus 59 años. Sus
grabaciones de las Noches en los jardines de España, primero con Argenta
y después con Frühbeck, se tienen por referenciales. Que sepamos, EMI no ha
pasado a disco compacto estas interpretaciones magistrales. Las Danzas
de Granados adquieren en sus manos todos los registros imaginables: desde la
fuerza de la 1ª o la 8ª a la íntima delicadeza de la 2ª, el gracejo de la 7ª,
la melancolía de la 5ª, la tremenda tensión de la 8ª. No hay una sola frase en
ellas de mero trámite o rutina. En la 6ª, que vamos a escuchar a continuación,
comprobaremos cómo comienza más lentamente que Galve, para extremar el crescendo
y accelerando, mostrando una sonoridad de mayor densidad que el pianista
zaragozano. En la 8ª diseña y mantiene de forma magnífica un eficaz juego de
tensiones: es con toda probabilidad la más extraordinaria versión grabada de
esta última. Escuchemos, pues, las Danzas españolas nº 6 “Rondalla
aragonesa”, y nº 8 en Do mayor “Sardana”, de Enrique Granados, al
pianista Gonzalo Soriano.
A
mediados de los años 70 (no he podido determinar la fecha) la pianista barcelonesa
Rosa Sabater grababa para una gran “Antología del piano” dos de estas
Danzas, las nos. 7 y 9. Dos interpretaciones extraordinarias que RTVE ha
publicado en una recopilación Granados a cargo de la excepcional pianista
fallecida en un accidente aéreo en 1983, a los 54 años de edad. Aunque
intérprete excelsa de Albéniz, Falla, Turina, Montsalvatge o Mompou entre los
españoles, fue tal vez Granados el compositor con el que mejor se identificó.
Estas dos Danzas, nada convencionales, son en sus dedos auténticas joyas: la 7ª
está llena de gracejo, chispa, ligereza y desparpajo, y la 9ª, de pasión y
también de gracia y elegancia soberanas. Dos interpretaciones tan personales
como maravillosas. ¡Lástima que no llegase a grabar la colección completa! Les
invitamos a escuchar ahora las Danzas nº 7 en Sol mayor, Valenciana o Calesera,
y nº 9 en Si bemol mayor, Mazurca o Romántica, de Enrique
Granados, recreadas por Rosa Sabater.
En
1976 el pianista nacido en Budapest Thomas
Rajna grabó para la firma británica CRD la Obra pianística completa de
Granados, que ha sido pasada a disco compacto por el sello Brilliant. En 1977
fueron publicadas sus Danzas españolas, una versión de notable
identificación con el particular lenguaje del compositor leridano. Dentro de
una concepción generalmente sobria y esencial, Rajna brilla sobre todo en las
Danzas 1ª, 2ª, 5ª, 8ª, 10ª y 12ª. Vamos a escuchar la enérgica, intensa y a la
vez concentrada versión de la Danza española nº 1, en Sol mayor,
denominada unas veces Galante y otras Minueto, de Enrique
Granados, a cargo del pianista Thomas Rajna.
En
1982 publicaba Decca la grabación de Alicia
de Larrocha, la enorme pianista barcelonesa discípula en línea directa de
Granados. Su dedicación a la música de este compositor ha sido permanente a lo
largo de décadas, y su conocimiento, exhaustivo. Sus versiones son
sencillamente modélicas y su influencia en otros pianistas ha sido
determinante. De esta su primera grabación de la serie completa vamos a
ofrecerles la 3ª, visión imperiosa pero luego no exenta de gracejo. Escuchemos,
pues, la Danza española nº 3, en Re mayor, llamada Fandango y
también Zarabanda, de Enrique Granados, a la pianista Alicia de Larrocha
en su grabación publicada en 1982.
En 1992 fue publicada, por Erato, la serie del pianista
francés Jean-François Heisser, de
notable idiomatismo y correctísima ejecución, pero no especialmente interesante
como interpretación pese a la indudable familiaridad de este instrumentista con
la música española. Su grabación es, sin embargo, la mejor hasta ese momento
desde el punto de vista técnico: un gran acierto de sus ingenieros de sonido.
Trece
años separan las dos grabaciones de todas las Danzas que nos ocupan en
los dedos de Alicia de Larrocha: la
segunda, para RCA, fue editada en 1995. Con
una toma de sonido de mayor refinamiento y fidelidad, también la artista
barcelonesa luce un arte aún más depurado y esencializado. Los puntos de vista
son a veces apreciablemente diferentes a los suyos anteriores, alejando sus
interpretaciones de todo estereotipo. De esta su segunda grabación vamos a
escuchar la 5ª, sin duda la más famosa, en su apasionada y poderosa concepción,
con impresionantes rubatos, pero también teñida de indefinible melancolía, y la
10ª, que empieza ligera para alcanzar un gran clímax dramático. Oigamos, pues,
dos Danzas españolas de Enrique Granados: la nº 5 en Mi menor,
Andaluza o Playera, y la nº 10 en Sol mayor, Triste o Melancólica,
a la pianista Alicia de Larrocha. Se trata ahora de su grabación de 1995.
La última grabación importante de la serie completa es la
publicada en Naxos el año 1998 a cargo de Rosa
Torres Pardo. La pianista madrileña, aunque no rompa en absoluto con la
tradición, adopta puntos de vista personales, con hallazgos de interés que
alguna vez pueden sonar no del todo espontáneos. En cualquier caso, me han
parecido magníficas y apasionantes sus versiones de danzas como las dos
primeras, la 9ª o la 12ª. La 2ª, con secciones que suelen hacerse intimistas y
melancólicas, alcanzan en su propuesta un sentimiento intensamente atormentado.
Escuchemos para concluir el presente programa la Danza española nº 2 en Do
menor, denominada Oriental, una de las más bellas de la serie, en la
interpretación de la pianista Rosa Torres Pardo.
Programa
emitido el 26 de junio de 2008