Sinfonía No. 1 en Mi menor, op. 39 (1899)
Andante ma non troppo – Allegro energico; Andante (ma non troppo lento); Scherzo: Allegro; Finale: Quasi una Fantasia (Andante – Allegro molto)
En sus primeros años como compositor, Sibelius se
dedicó sobre todo a la música de cámara, a las piezas para piano y a las
canciones; más tarde, se entregó de lleno a componer para la orquesta, que es
la faceta en que, con diferencia, más lejos llegaría y en la que es más
universalmente admirado. La razón era muy simple: en su Finlandia natal no
había orquestas estables antes de la fundación por Robert Kajanus (1856-1933)
de la de Helsinki en 1885. Tras una juvenil obertura y una escena de ballet
escritas en Viena cuando estudiaba con Karl Goldmark, Sibelius pensó componer
una pieza orquestal inspirada en Macbeth. Pero la primera página suya de
entidad fue Kullervo, op. 7, un gran poema sinfónico con voces en cinco
movimientos que data de 1892 y que en su momento logró estrenar, pero no
publicar. (Más tarde, Sibelius estigmatizó su composición más extensa
prohibiendo su ejecución mientras él viviese). Antes de aventurarse con una
sinfonía, género que (como a Brahms) le inspiraba un reverencial respeto,
abordó otras obras para orquesta menos “comprometidas” que cimentaron su
maestría como orquestador, dotado pronto además de una fuerte personalidad por
el inconfundible colorido de su paleta.
La Primera Sinfonía fue comenzada en Berlín a
finales de abril de 1898; la mayor parte de su redacción surgió ya en Finlandia
a finales de ese año y comienzos del siguiente, siendo presentada con gran
éxito el 26 de abril de 1899 por el compositor dirigiendo a la Filarmónica de
Helsinki; en la gira europea que ésta efectuó el verano de 1900 tuvo un
destacado lugar, siendo muy bien acogida. Ya por entonces se comentaba que la
Sinfonía encerraba un programa oculto, constituyendo una denuncia de la
opresión que Finlandia estaba sufriendo bajo el gobierno de Nikolai Bobrikov y
su política de rusificación. Afirmación patriótica, pues, pero nada de recurso
a melodías folklóricas por mucho que el ambiente de la obra suene a
finés; Sibelius lo dijo bien claro: “A menudo me encuentro con la errónea
afirmación de que mis melodías son populares. Pues bien, hasta el presente,
nunca he tratado un tema que no sea de mi propia invención”.
El comienzo, que puede recordar al de la Quinta
Sinfonía de Tchaikovsky, también en Mi menor, consiste como en ésta en un
lamentoso solo de clarinete, ahora sobre un fondo de suave redoble de timbal.
En la Primera Sinfonía sibeliana se encuentra, como en tantas sinfonías
decimonónicas, particularmente en las nacionalistas, un inicio sufriente,
seguido de episodios de lucha y de victoria o de derrumbe. Pese a esa concreta
similitud con la Quinta, es quizá la Sexta, “Patética”
(interpretada en Helsinki en 1894 y 1897) la que más presente se halla en el
espíritu de la Primera de Sibelius. Cuando, al ser presentada en
Estocolmo en 1900, algún crítico sueco le hizo notar los ecos de Tchaikovsky,
Sibelius contestó: “Sí, hay mucho de este hombre que yo reconozco en mí mismo”.
En efecto, hay aún no poco del sentimiento de la generación anterior en esta
obra “impetuosa, atravesada por tormentas románticas, con frecuentes cambios de
clima y rupturas tonales” (François-René Tranchefort).
Tras el solo de clarinete inicial, el “Allegro
energico” está construido sobre tres grupos temáticos muy contrastados, si bien
es el primer tema el que da origen, mediante variantes no siempre fáciles de
observar, a los siguientes de toda la Sinfonía. En el “Andante” puede
rastrearse la forma A-B-A, en cuya primera sección aparece uno de los
característicos temas nostálgicos –bellísimo éste– sibelianos. La sección
central es una especie de “Murmullos del bosque” del Sigfrido
wagneriano.
El enérgico y casi trepidante scherzo, que más
que en un tema propiamente dicho parece sustentarse en una célula rítmica, trae
a la mente los de Bruckner, el sinfonista más admirado por Sibelius. La sección
central tiene alguna relación con la equivalente del movimiento precedente,
retornando la primera con redoblada energía. El finale es el movimiento
más dramático de la obra: pese a su apariencia rapsódica (“Quasi una fantasia”)
está construido sobre dos grupos temáticos. En él prima la melodía sin que esté
ausente una escritura contrapuntística. Inesperadamente, se vuelve al comienzo
de la obra para concluir con un abrupto, descarnado y desconsolador retorno (en
los dos acordes pizzicato de violines y violas con que se cerraba el
primer movimiento) del ambiente pesimista con que se iniciaba la obra.
La orquesta consta de maderas a dos, cuatro trompas,
tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, caja, arpa y cuerdas (el arpa,
presente en muchos de sus poemas sinfónicos, sólo aparece en las Sinfonías
Primera y Sexta).
En una conversación que mantuvieron en Helsinki el año
1907, Gustav Mahler confesaba a Sibelius que la sinfonía era para él todo un
mundo, una estructura omnicomprensiva; el finés le contestaba que lo esencial
para él era “la severidad formal y la lógica profunda que crea una
interconexión entre todos los motivos o temas”. Pues bien, aunque Sibelius
contaba ya en su haber con tres sinfonías (y Mahler con ocho), puede apreciarse
ya que la Primera Sinfonía había colmado con gran acierto esta
aspiración. A diferencia de los compositores que se lanzaron prematuramente a
la composición de sinfonías (Dvorák, e incluso Tchaikovsky, entre ellos),
Sibelius, muy sensatamente lo mismo que Brahms, se estrenó en este género con
una obra maestra y de personalidad totalmente reconocible. Si la Primera
y la Segunda Sinfonías son aún herederas, aunque un tanto remotas, del
Romanticismo, posteriormente Sibelius fue desligándose cada vez más de ese
movimiento, que aún perduraría en unos pocos compositores.
DISCOGRAFÍA
1930
Naxos Robert Kajanus/OSinfLondres 10’12+08’53+4’40+11’31 8/5
1952
Decca Anthony Collins/OSinfLondres 09’25+08’54+4’39+11’41 6/5
1957
Guild Sargent/OSinfBBC 10’44+09’32+5’14+11’57 7/6
1957
EMI Barbirolli/OHallé 11’44+09’33+6’00+13’26 10/6
19??
Melodiya *Rozhdestvensky/ORTSoviética 11’19+09’48+5’32+11’46 7/5
1963
RCA Ormandy/OdeFiladelfia 11’19+09’23+5’21+13’38 7/7
1964
Decca Maazel/OFilViena 10’40+08’33+4’53+11’48 9/7
1967 Sony Bernstein/OFilNuevaYork 10’30+09’16+5’04+11’45 8/7,5
1968 EMI Barbirolli/OHallé 12’07+10’23+5’38+13’41 10/7,5
1973 DG Kamu/OSinfRHelsinki 10’46+09’21+5’16+12’25 8,5/7,5
1976 Philips C.Davis/OSinfBoston 11’17+09’17+5’25+13’10 9/7,5
1976 EMI Berglund/OBournemouth 12’03+09’15+5’13+12’29 8/8
1977 Edel K.Sanderling/OSinfBerlín 11’38+09’34+5’27+12’35 6/7,5
1978 RCA Ormandy/OdeFiladelfia 11’53+10’12+5’34+14’10 9/8
1978 Sony Stokowski/ONationalPhilharm 10’42+11’19+4’56+10’30 8,5/7
1981
EMI Karajan/OFilBerlín 10’27+10’18+5’34+12’05 8/6
1984
Bis N.Järvi/OSinfGotemburgo 11’19+09’52+5’16+12’27 7,5/7
1985
Decca Ashkenazy/Philharmonia 11’09+10’13+5’35+12’42 8/8
*1990 C Major Bernstein/OFilViena 11’52+11’05+5’31+12’42 10/8
1992 DG Bernstein/OFilViena 11’56+11’05+5’31+12’47 10/9
1993 Sony Maazel/OSinfPittsburgh 12’15+08’59+5’29+13’30 8,5/8,5
1995 BR Jansons/OSinfRadioBávara 10’46+09’11+5’18+12’12 8,5/8
1995 Decca Blomstedt/OSinfSanFrancisco 11’27+09’47+5’10+13’08 9/9,5
1996 RCA C.Davis/OSinfLondres 11’47+09’48+5’34+12’25 9/9,5
2002 Erato Oramo/OSinfCBirmingham 10’12+09’20+5’11+12’22 9/9
2006 Ondine Segerstam/OFilHelsinki 11’12+09’22+5’17+12’31 8,5/8,5
2009 LSO C.Davis/OSinfLondres 11’54+09’27+5’15+12’59 9/8
2009 Hallé Mark Elder/OHallé 11’34+09’26+5’16+12’47 8,5/8
2013 Bis Osmo Vänskä/OdeMinnesota 09’45+08’51+4’36+11’53 5/8
2014 Chandos John Storgards/OFilBBC 11’21+09’25+5’07+12’51 8/9
2015 DCHall Rattle/OFilBerlín 10’39+09’21+5’12+12’25 8/8,5
2015 Bis Okko Kamu/OSinfLahti 10’45+09’21+5’35+13’01 6/8
2019
RCA P.Järvi/OdeParís 11’40+09’47+5’28+12’53 9/8,5
2019
Atma Nézet-Séguin/OMetMontreal 12’20+10’05+5’35+13’00 9/9
2019
Alpha S.M.Rouvali/OSinfGotemburgo 11’26+09’13+5’28+13’32 9,5/9
2022 Decca Klaus Mäkelä/OFilOslo 11’49+09’45+5’17+13’00 8/9
*La grabación de Rozhdestvensky es difícil de
calificar: la dirección me parece muy interesante y más que notable, pero la
orquesta (“Gran Orquesta Sinfónica de todas las Uniones de los Servicios de
Radio-Televisión de la Unión Soviética”) deja mucho, muchísimo que desear.
LAS PRINCIPALES COMPOSICIONES ORQUESTALES DE SIBELIUS
1892
Kullervo, op. 7
1892
En Saga, op. 9 (rev. 1902)
1893
Suite Karelia, op. 11
1895
4 Leyendas de Lemminkainen, op. 22 (rev. 1897, 1900)
1898
El rey Christian II, op. 27 (1898)
1899
Escenas históricas, op. 25 (rev. 1911)
1899
Sinfonía 1, op. 39
1900
Finlandia, op. 26
1901
Sinfonía 2, op. 43
1904
Vals triste, op. 44/1
1905
Peleas y Melisande, op. 46
1905
Concierto violín, op. 47
1906
La hija de Pohjola, op. 49
1907
Sinfonía 3, op. 52
1909
Cabalgada nocturna y amanecer, op. 55
1911
Rakastava, op. 14
1911
Sinfonía 4, op. 63
1913
Luonnotar, op. 70
1914
El bardo, op. 64
1914
Las Oceánidas, op. 73
1915
Sinfonía 5, op. 82 (rev. 1919)
1923
Sinfonía 6, op. 104
1925
La tempestad: suites de concierto, op. 109
1926
Sinfonía 7, op. 105
1926
Tapiola, op. 112