El primer Falla pianístico de gran alcance
Tras las tres breves piezas de hacia 1900 (Vals capricho, Serenata andaluza y Nocturno) y el Allegro de concierto de 1902, la primera composición pianística de
Falla de verdadera enjundia es la colección titulada Cuatro piezas españolas. Esbozadas en parte ya en 1902, todavía en
Madrid, fueron redactadas en 1906 y parcialmente retocadas en 1909. El estímulo
de Felipe Pedrell y el conocimiento y estudio de las obras de Isaac Albéniz
(¡pero Iberia no había sido aún
publicada!) y de Claude Debussy, también de Enrique Granados, fueron básicos para que el
compositor gaditano alcanzase su madurez artística, que ya es patente en estas
piezas, faltando todavía un lustro para comenzar las Noches en los jardines de España y las Siete canciones populares españolas: otras dos dianas por su
escritura pianística.
"Para hacer la Aragonesa no he adoptado ninguna jota auténtica, sino que más bien he procurado estilizarla", afirmó Falla de la primera de estas páginas. Si en la Cubana se puede adivinar una guajira y un zapateo, y en la Montañesa (subtitulada "Paisaje": la más impresionista de las cuatro) ecos de un par de canciones cántabras (Una noche muy oscura, santanderina, y La casa del señor cura, asturiana), no se contradice el compositor cuando escribe que "salvo raras excepciones, más que utilizar severamente los cantos populares, he procurado extraer de ellos el ritmo, la modalidad, sus líneas y motivos ornamentales característicos, sus cadencias modulantes".
El mayor logro lo constituye seguramente la Andaluza
("vivo, très rythmé et avec un sentiment sauvage"), con referencias
"al polo, al fandango y al cante jondo" (Enrique Franco): en algún
momento parece sugerir las castañuelas y posee la salvaje -libérrima, fogosa, emocionalmente intensa- improvisación
flamenca de la guitarra. Las Cuatro
piezas españolas, dedicadas a Isaac Albéniz, fueron dadas a conocer en París, en la Sala Érard de la Sociedad Nacional de Música, por Ricardo Viñes, el 27 de marzo de 1909. Entusiasmados con ellas, varios de los
mayores músicos franceses -Dukas, Debussy y Ravel- convencieron al editor
Durand para que publicase estas páginas de un joven extranjero desconocido,
llegado a París hacía poco, en el verano de 1907.
FALLA: Cuatro Piezas Españolas
(1909)
1936
EMI Leopoldo Querol 2’51+3’56+4’35+3’20 7/3
1953
EMI Leopoldo Querol 3’13+4’17+5’20+3’48 7/4
1958
Hispavox Alicia de Larrocha 3’06+3’49+4’08+4’12 7,5/6
1965
EMI Gonzalo Soriano 3’00+4’37+4’42+3’49 9/7,5
1974
Decca Alicia de Larrocha 3’06+4’00+4’12+4’21 9/8
1976
Ensayo Esteban Sánchez 3’20+4’00+4’50+4’25 10/7
1976
RCA Joaquín Achúcarro 3’09+4’02+4’55+3’58 9/6,5
1989
Mandala Josep Colom 3’11+4’15+4’27+4’12 8,5/7
1990
Erato Jean-François Heisser 3’17+3’38+4’34+3’54 8/8
1994
Naïve Rafael Orozco 3’44+4’47+5’08+4’30 9,5/8,5
1994
RCA Alicia de Larrocha 3’03+4’08+4’09+4’23 9/9
1996
Claves Ricardo Requejo 3’48+4’58+4’53+4’39 8/8
1996
BIS Miguel Baselga 2’47+4’40+4’35+3’33 7/8
1997
Nimbus Martin Jones 3’00+4’17+4’33+3’55 7/7,5
2007
Naxos Daniel Ligorio 3’31+4’10+4’35+4’10 6/7
2007
Centaur Jason Cutmore 3’09+4’09+4’31+4’01 7/7
2011
HMundi Javier Perianes 3’17+4’21+4’37+4’30 9,5/9,5
2015
Paladino Juan Carlos Rodríguez 2’58+3’54+4’32+4’04 7/8
2016
DolceVolta Wilhem Latchoumia 2’55+3’43+4’19+3’59 7,5/9
2017
Colombo Claudio Colombo 2’49+4’07+3’49+3’22 6/7
La verdad es que son los que están, y en este caso además están los que son. Si me lo permite me quedo a Perianes y Orozco por encima del resto. Y le sugiero con todos los respetos la curiosidad de Garrick Ohlsson en Hyperion que la verdad no lo hace nada mal, de hecho superó mis prejuicios iniciales de un pianista al que no siempre tengo en mente ni en pensamientos muy positivos, pero que suele merecer mejor prensa de la que habitualmente tiene. Por citar su versión del Quinteto de Elgar es soberbia, los estudios de Scriabin, Liszt, algunas variaciones de Brahms e incluso unas Goyescas notables.
ResponderEliminarAh y se me olvidaba citar el Concierto en Fa de Gershwin con Tilson Thomas, probablemente referencia sin duda alguna.
ResponderEliminarEn Qobuz no está ni el disco Falla ni el Concierto en Fa de Ohlsson al que te refieres. Sí he escuchado el Quinteto de Elgar, versión en la que me ha gustado más el piano que el Cuarteto Takács, al que he encontrado demasiado meloso.
EliminarSí, efectivamente se trata de dos discos que no se encuentran, al menos que yo sepa, en las plataformas de costumbre. Ni siquiera en Spotify. Tampoco está su disco con los Estudios de Prokofiev, Bartok, Debussy. Quizá en iTunes sea posible encontrarlos pero no tengo. Es extraño porque se trata de una grabación de RCA, (2004 remasterizada) que no es un sello raro . Sí se encuentra sin embargo el monumental concierto de Busoni. Seguramente le tenga pecio a este pianista por su relación con mi admirado Arrau.
EliminarCuidado con Claudio Colombo como intérprete. Todas sus "grabaciones" son midis manipuladas en ordenador para parece interpretaciones reales. Solo hay que ver la inmensidad de grabaciones que tiene en internet... Todo Villalobos, Scarlatti, Czerny y así hasta el infinito. Algo imposible para un intérprete real.
ResponderEliminar¡Pues vaya! ¡Para ser manipuladas por ordenador, ya podía hacerlo mejor!
EliminarFue un tema muy discutido en su momento en los foros de internet. El propio Claudio Colombo apareció en dichos foros y reconoció que se grababa en un teclado Clavinova ( ni si quiera un piano real) a una velocidad super lenta y luego con diversos programas y editores de audio aumentaba la velocidad y añadía diversos efectos
EliminarDe ahí que su repertorio grabado fuera casi infinito.
Tiene toda la pinta de ser un fraude monumental.
EliminarAdemás de que son tremendamente bajas de nivel sonoro e interpretativo, fraseo amateur, ..en fin, un desatino en toda regla .
EliminarHe estado escuchando a Colombo Sonatas de Scarlatti y Soler (¡tiene todas grabadas!) y me han dado muy mala espina: suenan todas demasiado iguales, y las tomas de sonido tienen una pinta muy rara, seguramente muy manipulada.
EliminarAl parecer Colombo es un caso desmedido de manipulación electroacústica. Se especula que a Holliger se le pudo aplicar autotune en alguna grabación de estudio. Y que decir de grabaciones pianísticas de sonido pulcro y reverberante cual si hubieran sido registradas en una iglesia románica... El estudio de grabación permite implementar innumerables técnicas en el tratamiento del sonido, desde asombrosos reprocesados a técnicas de posproducción que se salen de lo que es correcto y deseable.
ResponderEliminarY diré más. Me comentaba una alumna de piano de un prestigioso conservatorio alemán que un conocido sello discográfico utiliza alumnos aventajados para grabar determinados pasajes especialmente dificultosos para ser incluidos en grabaciones de pianistas conocidos...
ResponderEliminarSi eso es verdad, ¡qué fuerte!
EliminarDe la grabación, de hace ya 70 años, de Tristán dirigido por Furtwängler, se decía que los sobreagudos de Isolda no eran de Kirsten Flagstad, sino de Elisabeth Schwarzkopf. Pero yo creo que eso es una leyenda urbana, pues el timbre de ambas sopranos es ¡tan diferente! Además, la tesitura de la soprano alemana no escalaba tan alto, y en aquellos años los empalmes en las grabaciones solían notarse. Si alguien se lo inventó, ¡no veas el éxito que ha tenido su bulo! Vamos, como muchos de los bulos de ahora en internet...