Leyendo la biografía de Beethoven escrita por Jan Swafford, me he encontrado con una opinión del autor con la que me he identificado a más no poder, pues ya la primera vez que escuché ese pasaje sentí un escalofrío de intensidad impresionante, que me siento incapaz de explicar, y que vuelvo a sentir cada vez que lo escucho:
“Para mí, y sospecho que también para muchos músicos, la peroración de las trompas en el clímax de la fuga [de la Marcha fúnebre de la Sinfonía “Heroica”] es uno de esos momentos que representan una de las cumbres más altas, más plenas, más intensamente humanísticas a las que la música es capaz de ascender. Ese momento es una de las razones por las que algunos de nosotros somos músicos por encima de todo. Y aun así, como digo siempre, todo ello está hecho de escalas subiendo y bajando: nada más que escalas” (Jan Swafford: “Beethoven”)
Este escalofrío alcanza su mayor intensidad escuchando la grabación de Otto Klemperer con la Orquesta Philharmonia en octubre y/o noviembre de 1959 (es la que figura en su habitual ciclo). Ningún otro director ha logrado tal plenitud expresiva en este pasaje, en efecto, rigurosamente genial.
Algunos juicios sobre la Tercera Sinfonía de Beethoven tras su estreno:
“Este nuevo y atrevido trabajo de Beethoven contiene grandes y bellas ideas, como podíamos esperarlo del genio de este compositor […] Pero esta sinfonía ganaría mucho en luminosidad, claridad y unidad si el autor se decidiera a introducir en ella algunos cortes, pues su duración es muy excesiva” (Allgemeine Musikalische Zeitung, 1805)
“El conjunto parece a menudo inconexo, y la interminable duración de esta Sinfonía, quizá la más larga y difícil de las existentes, deja exhaustos incluso a los connaiseurs, mientras que los simples aficionados la encuentran insoportable” (Der Freimütige, 1805)
“La nueva Sinfonía en Mi bemol es tan estridente y complicada que solo aquellos que adoran con igual entusiasmo, que a veces bordea lo ridículo, los vicios y las virtudes de este compositor, podrán obtener placer de ella” (Berlinische Musikalische Zeitung, 1805)
Un oyente durante la ejecución del estreno: "¡Pagaría otro kreuzer si para esto de una vez!" (testimonio del discípulo de Beethoven Carl Czerny)
Pero pronto cambiaron los juicios:
“[La Marcha fúnebre] no podría ser concebida, alumbrada y elevada a tal perfección más que por alguien poseedor de auténtico genio” (Allgemeine Musikalische Zeitung, 1807)
“La más grande, más original, más artística y al mismo tiempo más interesante de todas las sinfonías” (Journal des Luxus und der Mode, 1807)
Y más adelante:
“Es la ruptura abierta de Beethoven con el anterior mundo de la sinfonía” (Wilhelm von Lenz)
“Con ella comienza una nueva etapa de la historia de la música” (Walter Riezler: “Beethoven”. Prólogo de Wilhelm Furtwängler)
“Con la explosión de la “Heroica” la sinfonía se convertirá en el medio ‘épico’ por excelencia del arte beethoveniano, es decir, el que, en su forma más inmediata, generosa y menos secreta, encarnará los ideales de universalismo humanitario y de redención espiritual alcanzables a través de la sagrada llama del arte, lo que convierte a Beethoven en el hijo más grande de Kant, de Schiller y la Revolución” (Carli Ballola)
“Las repercusiones de la “Heroica” se extenderían a lo largo de ese siglo y del siguiente. Ferdinand Ries había dicho que creía que el cielo y la tierra temblarían cuando la Sinfonía fuese ejecutada. Metafóricamente hablando, su profecía era correcta” (Jan Swafford)
Hasta la Novena Sinfonía, la “Heroica” fue siempre la favorita del propio Beethoven.
¿Qué le está pareciendo el libro de Jan Swafford? ¿Es recomendable?
ResponderEliminarGracias
Sí, es un libro valioso (aún no lo he terminado de leer). Quizá un poco desordenado en su mezcla entre biografía y comentarios (a veces muy técnicos, solo para músicos profesionales) a varias de las obras de Beethoven. Por cierto, de algunas composiciones importantes habla muy de pasada, y en otras se detiene a lo largo de bastantes páginas, según criterios que no acabo de comprender.
EliminarMuchas gracias por el artículo. La primera vez que escuché también experimenté esa sensación.
ResponderEliminarEn mi caso, la Heroica fue una de las primeras obras musicales que escuché y la que despertó de veras mi afición musical. Quedé absolutamente impactado (fue con la versión de Furtwängler de 1944).
Según Wagner: La expresión "heroica" debe ser tomada en el sentido más amplio de la palabra, y no solamente refiriéndose a un héroe militar. Nosotros comprendemos bajo el nombre " héroe" al hombre completo en el cual todos los sentimientos puramente humanos - de amor, de dolor y de fuerza - pertenecen en propiedad y en toda su plenitud y potencia; y así captamos la finalidad que el artista, en la música compleja de su obra, nos hace percibir.*. Esta obra, puede expresar la capacidad de superación de Beethoven que, deprimido por su incipiente sordera fue capaz de escribir la que se considera una de las mejores, sino la mejor de sus sinfonías. Y por tanto, representa un acto de heroicidad compositiva en la que abrió una nueva época.
ResponderEliminarCreo que es una idea muy interesante. Aunque inspirada en un principio por el Napoleón revolucionario (el propio Beethoven le llamó durante un tiempo la "Sinfonía Bonaparte") y luego rota la dedicatoria al enterarse de que se había autocoronado emperador, Beethoven acababa de superar su intento de suicidio (Testamento de Heiligenstadt) y fue un auténtico héroe él mismo al sobreponerse a su terrible desgracia -la sordera- y componer una obra tan tremenda, que, tras tantos sinsabores, acaba de modo optimista.
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