La sintonizo de vez en cuando, a modo de muestreo. Y cada vez oigo con menos frecuencia música de gran calidad.
-Insisten en poner bastante música de compositoras; no me parece mal, pues hasta ahora han estado prácticamente ignoradas en la programación. Pero es que quieren hacernos creer que todas ellas son geniales (sí, el término genial menudea). El otro día emitieron un dúo para violín y cello de una estadounidense cuyo nombre no entendí (¡cómo suelen pronunciar! Y a menudo la última palabra de una frase resulta muda, o casi, por una entonación inapropiada) que no valía un pimiento, y los intérpretes, un dúo -sin los nombres de sus integrantes- era penoso: de entrada, constantes desafinaciones. ¡Qué cruz!
-Hay un programa cuyo conductor se cree gracioso y que no hace sino airear innecesariamente su pésimo gusto: un día equipara en elogios a J.S.Bach con John Williams -uno a continuación del otro-. En otra ocasión dice que merece la pena vivir solo para poder escuchar los vientos a partir del minuto tal y pico de una pieza vulgar, insignificante y cero original. Etc., etc. ¡Vaya pedagogía la de una radio pública que no distingue lo magnífico de lo irrelevante, y así lo proclama constantemente! ¿Quién le ha dado un programa a este señor?
-Hay otros que saben mucho de poca cosa, y casi nada del resto: expertos en voces, solo en voces, que cuando ponen una escena cantada, aunque sea de Wagner o de Strauss, ni siquiera citan al director; otros, abundantes en títulos, en publicaciones y hasta en premios, que solo se ocupan de ópera (bueno, algo más que exclusivamente de voces), o de música orquestal, sobre todo si es muy ruidosa (es decir, no de Haydn o de Mozart), y que desconocen casi por completo la música de cámara, de piano o los lieder… Cuando esto ocurre se les ve el plumero: les falta la base principal, imprescindible, para juzgar la calidad de las músicas*.
Un crítico musical que comenta siempre, con pelos y señales, representaciones de ópera estuvo en mi casa y, para mostrarle mi equipo de música, le puse en laser disc (¡qué tiempos!) el Concierto 21 de Mozart. Se aburrió como una ostra y admitió que no había escuchado nunca un concierto del autor de Così fan tutte. “¿No?”, le contesté asombrado y un poco escandalizado. –“Bueno, puede que haya oído alguno alguna vez…”-. Cuando leías una crónica suya advertías que no sabía qué decir de la batuta: “Está bien”, o “está mal dirigida”, era apenas lo que sabía explicar.
Otro crítico, entusiasta de Mahler y de Shostakovich, sus dos ídolos, no conocía los Cuartetos de Beethoven y solo, un poco, sus tres más conocidas Sonatas para piano (ya sabemos: Patética, Claro de luna, Appassionata). Ni La Pasión según San Mateo de Bach, La Creación de Haydn, los Nocturnos de Chopin, el Requiem alemán de Brahms, ni una sola sinfonía de Bruckner (“tengo entendido que son un rollazo”-“¡No es eso lo que opinaba tu adorado Mahler!”, le dije). ¿Cómo fiarse de los juicios de comentaristas con tales carencias?
Otro crítico y acérrimo aficionado que conozco, asiduo asistente a conciertos de orquesta, cuyo mayor dios es Rachmaninov, no conoce de Beethoven sino unas pocas sonatas; varias de ellas no le motivan lo más mínimo, y las últimas dice no comprenderlas. Más: una chica que no se perdía un concierto (¡siempre me la encontraba en el Auditorio Nacional!) me preguntó si la propina que había dado un cuarteto era de Bartók: ¡era de Haydn! Otro crítico más, y no poco conocido: en un recital de piano sustituyeron a última hora el Preludio, coral y fuga de Franck por la Sonata “Tempestad” de Beethoven. No vio la hojita dentro del programa donde advertían del cambio, y en el intermedio del recital comentaba que le había encantado la obra de Franck… ¡A qué seguir!
Un estudiante universitario que vivía en mi colegio mayor, y que estudiaba también piano a un nivel bastante avanzado (tocaba varios Estudios de Chopin con considerable soltura… mecánica) no había escuchado ninguna sinfonía de Brahms, y solo la Quinta y la Novena de Beethoven. Me confesó no tener curiosidad por la música que no fuera para piano, y tampoco mucha por la música de piano que no estaba obligado a prepararse. ¡Es imposible que un instrumentista así pueda ser un buen intérprete!
*(Quiero que conste que no generalizo, que no todos los espacios de Radio Clásica, ni siquiera en verano, son así, pero lo que señalo no es precisamente anecdótico).
P.D.: En solo un cuarto de hora han desfilado por Radio Clásica cuatro grupos instrumentales dedicados al Barroco, ninguno de los cuales me resultaba conocido. Según las revistas especializadas, estas decenas y decenas de nuevos grupos no solo están históricamente bien informados, sino que todos son buenísimos (bueno, no debo exagerar: solo lo son un 90% de esta legión de grupos, con nombres siempre muy ingeniosos). Y yo me pregunto: ¿cuántas Sinfónicas de Chicago, Filarmónicas de Berlín y Viena o Concertgebouw hay en el mundo? Media docena, no más. Pues entonces la inevitable conclusión es que estamos viviendo en una edad de oro ¡o de platino! de la música barroca… ¡qué maravilla, qué afortunados somos! Uno de los grupos que he escuchado en ese cuarto de hora lo dirige el bastante conocido Andrea Marcon: pues bien, qué dominio de las sonoridades de los arcos: con solo cuerdas, aquello sonaba como una caja de cartón llena de objetos de todo tipo, también metálicos, agitada con violencia y rabia. Sobre esa caja, el genial Philippe Jaroussky soltaba cascadas de notas en una interminable y furiosa coloratura. Porpora y Haendel, casi indistinguibles.
(No os impacientéis: enseguida volveré a la segunda y última parte de El sombrero de tres picos).
Mucho de lo que comentas, Ángel, es realmente cierto. No sería la primera vez que leo una crítica de ópera en la que el autor no justifica en ningún momento por qué la dirección musical de una representación es mejor o peor; simplemente dice si le ha parecido buena o mala y si, a su entender, ha abusado o no del volumen de la orquesta. Y sobre las voces, tampoco es que algunos digan tampoco muchos detalles…
ResponderEliminarY lo que dices sobre ese pianista que sólo se interesaba por las obras que tenía que preparar, en mi experiencia como estudiante de piano hace unos años era muy, muy habitual. Más bien lo raro era encontrarse con alumnos verdaderamente interesados en la música en general y en las asignaturas teóricas. Algunos de ellos, si hubieran podido, ni se habrían molestado en escuchar a sus compañeros en las audiciones de clase… En fin.
Perdona, Angel, parece que se perdió un comentario mío de hace unos días sobre el Falstaff de Muti en Busetto. Parece que otro lector también lo menciono así que genial. Cuando lo escuches (si puedes, claro) ya nos dirás que te parece.
ResponderEliminarTambién comente que Muti tiene un DVD con ensayos de Falstaff en su festival de verano en Ravenna, en el que dice bastantes cosas interesantes sobre la obra. Te lo recomiendo también.
Una cosa mas que queria preguntarte. No se si conoces al escenógrafo o director Graham Vick, que murió hace poco por el Covid. Hizo varias cosas con Muti y con otros grandes y es excelente. El otro día escuchaba una entrevista con el que me pareció muy interesante. Hablaba sobre su compañía de opera en Birmingham, hecha en gran medida de gente amateur o semi profesional. Y venia a decir que su ethos artístico es básicamente expresar la profundidad de las obras yendo directamente al fondo de las mismas, de una forma totalmente democrática. Por ejemplo decia que en su Boris los coros no eran tan perfectos como en un teatro puntero pero expresaban la emocion mas profunda del pueblo ruso oprimido de una manera mas directa para que gente sin formación ni experiencia en la opera se emocionara igual que un señor que haya ido siempre a los teatros mejores del mundo y escuchado la técnica mas perfecta. Que te parece el argumento? Me pareció interesante. Hasta que punto crees que la técnica en la música en ocasiones le puede quitar capacidad de expresión? Me pareció muy parecido a lo que alguna vez te he leído sobre ir al fondo de la música que hace Barenboim o otros músicos frente a lo que hacen los músicos que dan todas las notas perfectas pero sin fondo (por ejemplo a veces Pollini)?
Gracias
La única posibilidad que tendría de conocer ese Falstaff sería comprándomelo; ahora no es el momento. Y me tienta conocerlo: ya veremos.
EliminarA Graham Vick le he visto varias producciones que me han gustado mucho; lo que dice en esa entrevista parece muy interesante, y que lleva razón.
Ahora bien, no creo que la técnica sea enemiga de la expresividad; deberían ser complementarias. Algo bien distinto es que haya músicos cuya meta es la mera perfección técnica, olvidándose de la expresión. También es cierto que hay músicos (por ejemplo, muy mayores) que con una técnica disminuida consiguen conmover. Pero lo ideal es, para mí, sin duda, la fusión entre ambas cualidades. Y no hay que olvidar que sin una muy buena técnica hay expresiones que no se pueden transmitir.
Ahora recuerdo, dirigidas por Graham Vick las siguientes producciones operísticas: Lulu con Christine Schäfer y Andrew Davis, Tamerlano de Haendel en el Teatro Real (dir. McCreesh), Otello con Domingo, Frittoli y Muti o Rigoletto en el Liceu con Carlos Álvarez. Todas acertadas y sensatas.
Eliminar¿Y qué decir de que ya ni retransmitan el festival de Bayreuth?
ResponderEliminar¡No lo sabía! Nunca antes había ocurrido... desde que tengo memoria.
ResponderEliminarYo casi nunca la sintonizo, pero el otro día un locutor dijo que Bartok era búlgaro y el tío de Amaya prieto que Billy wilder era berlines
ResponderEliminarEl actual director antes de serlo dijo un día varias veces que janaceck era húngaro, son unos lumbreras y no, no transmiten Bayreuth.
ResponderEliminarEsta claro que a radio clásica no te la puedes tomar en serio, tenemos radio. 3 que en su línea de pop, rock. Y músicas del mundo tiene entidad lo que pasa es que están todo el día metiéndose con el gobierno y para un gobierno decente que tenemos..
ResponderEliminarSi queréis seguir Bayreuth, aquí tenéis los días en los que la Bayerische Rundfunk Klassik va a emitir las funciones . Por cierto, sólo se emiten en directo "Tristán e Isolda" y "El Ocaso de los Dioses"
ResponderEliminarhttps://luc-henri-roger.blogspot.com/2022/07/le-festival-de-bayreuth-sur-br-klassik.html?spref=fb&fbclid=IwAR2BZBmJ4MbX0_VgeGCoVDju8PG3vV8378Gdtz6xP6zZCBlasrCMmt5zeeg
Muchas gracias
EliminarAdemás, me imagino que debe de haber bastantes estrecheces de presupuesto porque tanto este verano como el pasado he observado muchas más horas de reposiciones que antes. Recuerdo que en el verano de 2021 era habitual que los espacios de nueva creación se emitieran de nuevo a las 48 horas, en horario normal (aparte de las reposiciones de madrugada habituales) En lo que va de este mes de julio, de lunes a viernes el tramo que va de 12 a 14 siempre es una reposición. Además, llevamos tres veranos sin más programas de ópera que las funciones de Bayreuth. Aparte de esto, como bien señala Antonio, los errores de documentación cultural suelen ser frecuentes y a veces "cantosos" . Que el verano sea piadoso con vosotros
ResponderEliminarRecuerdo con nostalgia los gloriosos años 70 y, sobre todo, 80, de radio 2 o RNE segundo programa que es como creo se llamaba entonces. Magníficos programas, magníficos locutores... En este caso sí se cumple la frase: "cualquier tiempo pasado..."
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