De Haydn y Brahms a Messiaen y Montsalvatge
Además de varios pianistas ya bien reconocidos en los últimos años y décadas, con pocos días de diferencia he escuchado a dos jóvenes sanluqueños -uno y otra- que me han parecido más que prometedores: si hace fue una semana fue Juan Pedro García Oliva -del que hablé aquí-, anteayer fue Alicia Suárez Medina (¡cuyo hermano, por cierto, también es pianista profesional!).
El día 17 ofreció Alicia (¿un nombre puesto pensando en la gran Alicia de Larrocha? Pudo ser una premonición…) un recital en los Claustros de Santo Domingo, en Jerez de la Frontera, dentro del ciclo “Jóvenes músicos jerezanos en Europa”, con un precioso, interesante, variado y comprometido programa. Antes de cada interpretación, dio unas sencillas pero oportunas explicaciones acerca de la música que iba a tocar a continuación.
Comenzó con la breve serie de cuatro piezas de Xavier Montsalvatge Ocells en llibertat (1997), a modo de cantos de cuatro pájaros hábilmente trabados con canciones infantiles. Siguió con la Sonata en Mi bemol mayor Hob. XVI: 49 de Haydn (¡qué gusto, con lo poco que se tocan en público sonatas de Haydn!), con Noël, décimotercera de las Veinte miradas al Niño Jesús (1945) de Olivier Messiaen, para terminar con nada menos que las 7 Fantasías op. 116 de Brahms.
La joven artista, que ofreció como propina el tramo final de Papillons de Schumann, demostró a partes iguales inteligencia musical y sensibilidad en sus aproximaciones a cuatro universos tan dispares. Creo que le espera un futuro artístico halagüeño, pues no pertenece al extenso grupo de jóvenes aporreateclados ni tiene como máxima aspiración demostrar lo veloces que son sus dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario