domingo, 25 de febrero de 2024

Asesinatos del "Requiem" de Mozart y la "Missa Solemnis" de Beethoven

 

El responsable: Jordi Savall

En la revista “Ritmo” de febrero observo que las recientes grabaciones de esas dos colosales composiciones por Jordi Savall obtienen la máxima calificación posible: no solo cinco estrellas, sino además la “R” de máxima recomendabilidad. Frente a mi escepticismo me ha vencido la curiosidad, y me he armado de valor para escuchar ambas versiones.

En la obra póstuma e inacabada de Mozart, el violagambista y director catalán -y que ha logrado admirables interpretaciones en el campo de la música antigua: en mi opinión creo que casi nada de compositores posteriores a Monteverdi- repite el arduo ejercicio autoimpuesto por varios directores (históricamente informados) que antes de él han tratado de eliminar de la partitura todo atisbo de expresividad (que no es lo mismo que romanticismo) o de espiritualidad y trascendencia. Y lo consigue a todas luces, aunque algún otro de sus predecesores ha ido quizá aún más lejos en esta tarea. Pero la prisa constante, los golpes secos a la Harnoncourt y la asepsia expresiva son constantes; eso sí, en vez de dramatismo en el “Rex tremendae” me ha llamado la atención un aire casi pimpante. En cuanto a los solistas vocales, mediocridad y siguiendo a rajatabla las directrices de la batuta: ¡no transmitir nada! Salvo, a ratos, una blandura pegajosilla. El Requiem les dura 44’40”, como mínimo diez minutos menos de lo que duran las interpretaciones más admirables.

 

Más alejado aún se halla Savall de Beethoven y su excelsa Misa Solemne: casi sin cesar tengo la impresión de que no tiene ni idea de cómo es Beethoven. Intento explicarme: ya al comienzo de “Kyrie” se aprecia el estado de ánimo predominante: llorón. Nada de dramatismo, gravedad o profundidad de pensamiento. Con unos timbales que van a su aire, desatados y que no se integran en la orquesta, nos encontramos con la total ausencia de grandeza (no hablo de grandiosidad, que es algo bien distinto). Solo me ceñíré a algunos momentos: el cuasi pimpante arranque del “Credo”, que tendría que transmitir una certeza y convicción plenas, nada tiene de ello (e, insisto, nada tiene que ver con que el director sea creyente: escúchese a Klemperer). Al estallar el “Et resurrexit” no he podido evitar soltar una risotada: nada de júbilo, sino algo parecido a una sorpresa: “¡mira, si estaba aquí escondido lo que no encontrábamos!” El solo del violín, sublime cuando se hace con cabeza, del “Benedictus”, suena plañidero, relamido, insignificante. Etc., etc. Entre los solistas, muy planos, un tenor insufriblemente blanquecino y blandurrio.

Conociendo otras grabaciones de Mozart y Beethoven por Savall debo decir que no me han sorprendido gran cosa; lo que sí me ha motivado a escribir esto es que ¡pobrecillos de los lectores que se crean que estas son interpretaciones maravillosas y se hagan con estos discos! ¡No sabrán ni lo que son, lo que pueden ser, el Requiem de Mozart y la Missa Solemnis de Beethoven! Ni de lejos…  

Y una nota para Observador: otros dos ejemplos más (¡y van…!) de las enormes discrepancias entre críticos: 10 les da “Ritmo” (bueno, esos dos críticos que escriben en la revista); y yo, 4 y 3, respectivamente.

 

16 comentarios:

  1. Scherzo también valora de forma muy positiva esta segunda grabación del "Requiem" de Mozart por Savall, al parecer mejora aquella escuálida primera versión. A ver qué tal!. Parece imposible abordar desde la más absoluta excelencia repertorios tan extensos y diversos que en el caso de Savall van desde el medieval hasta Bruckner.

    ResponderEliminar
  2. Después de gozar con la lectura de esta entrada, me he complacido en extraer y colocar uno detrás de otro los rasgos con que Ángel describe la interpretación de ambas obras por parte de Savall. Ahí van:
    “la prisa constante, los golpes secos a la Harnoncourt, la asepsia expresiva constantes; un aire casi pimpante; no transmitir nada salvo, a ratos, una blandura pegajosilla; llorón; timbales que van a su aire, desatados y que no se integran en la orquesta; total ausencia de grandeza; plañidero, relamido, insignificante.”
    Este compendio tiene un gran interés porque sirve para calificar todo el quehacer interpretativo de Savall, incluida la llamada música antigua, en la que si bien a veces no intervienen todos estos rasgos a la vez, nunca faltan algunos de ellos.

    Que en Ritmo hayan puesto por las nubes y hasta recomendado la audición de tales “asesinatos”, no tiene nada que ver con la crítica musical, sino con el prestigio con que se ha revestido Savall, a modo del emperador desnudo del cuento de Andersen, y sobre todo con esa envoltura publicitaria con que presenta todos sus productos: “el sonido original”. (Su temporada 2023-2024 en Barcelona se titula precisamente así: “El sonido original”.)
    Hay que tener morro, geta, huevos, y lo que haga falta, porque el origen de este sonido original no está más que en Savall: una fuente de agua no potable, al menos para oídos sensibles. Y no lo digo solo por un servidor. Conozco personas, entre ellas músicos de profesión, a quienes la música servida por Savall les sienta mal.
    Debo aclarar que respeto, y por ello pido disculpas, a quienes les gusten y aprecien las maneras -que para mí son amaneramientos- del director catalán, pero, parafraseando a Ángel, me resulta imperdonable que haya pececillos jóvenes y neófitos que atraídos por el cebo de críticas como la de Ritmo y una publicidad engañosa, piquen el anzuelo y se traguen que esa cosa que les da Savall es el auténtico Beethoven en versión original.

    ResponderEliminar
  3. En su crítica en Scherzo a la versión de la Misa Solemnis, Rafael Ortega Basagoiti presenta una valoración positiva, pero desde luego tampoco hay grandes entusiasmos. Y aunque desde luego es un texto bastante comedido, no incide en la endeblez vocal de la versión en cuanto al cuarteto solista, que fue lo que más me llamó la atención en lo poco que escuché del Kyrie. Y por cierto, el señor David Hurvitz, a quien tanto se ha criticado aquí (con toda razón) por sus valoraciones sobre las grabaciones más recientes de Barenboim, hizo una videocrítica realmente demoledora de esta Solemnis.
    El repertorio en el que Savall se está moviendo es realmente extenso, pero sí creo, Ángel, que en música barroca ha dejado grabaciones importantes, incluso referenciales, (su Música acuática, sus suites de óperas de Rameau…). Creo que el problema básico empieza en Mozart. Y que yo sepa, todavía no ha llegado Savall a Bruckner, pero claro, lo mismo se apunta por el bicentenario…

    ResponderEliminar
  4. En septiembre Savall tiene programada una sinfonía de Bruckner, por tanto llegará a dichos confines. Y sí, la aportación de Savall en el Barroco también resulta interesante, precisamente otro de los repertorios donde el medio instrumental ofrece gran complejidad. Es conveniente señalar que los medios instrumentales utilizados en la interpretación
    históricamente informada difieren en cada periodo concreto; un traverso o un oboe barroco poco tienen que ver con una flauta o un oboe preclásicos, y prácticamente nada con sus homólogos modernos. Son mundos distintos. En el caso concreto de los repertorios abordados por Savall la instrumentación, afinaciones, técnicas de época que este hombre ha tenido que manejar son de una complejidad extraordinaria. Un mundo de locos. En un mismo programa una orquesta barroca puede cambiar sus instrumentos para pasar de Rameau (diapasón francés 392 Hz) a Haendel (415 Hz), y en la segunda parte volverlos a cambiar para hacer un Mozart. Quizás esos neófitos infantes que se acercan a la música cual pececillos al señuelo puedan también apreciar, seguro que si, otras virtudes en las músicas de Savall y compañía.

    ResponderEliminar
  5. En efecto, el 12-9-2024, a partir de las 19:30, Savall perpetrará el asesinato, en Linz, de una sinfonía de Bruckner, la conocida como “0” o “Nullte”, a la que el propio Bruckner no quiso dar número entre sus sinfonías. No deja de ser irónico que una nulidad como Savall haya escogido precisamente esta sinfonía para iniciarse en apalear Bruckner con su batuta.
    Este sonoro crimen irá precedido por otros dos, a saber, las sendas sinfonías inacabadas de Schubert y Schumann. El programa, como no podía ser menos, se vende con el reclamo publicitario del “sonido original”: “Experimentieren Bruckners “Annullierte” im Originalklang.” Aunque el dilema está en saber qué sonido original ofrecerá Savall, si el de la composición de la obra, 1869, o el de su primera ejecución en 1924. La cosa no es baladí, porque median 54 años entre una y otra, y los instrumentos, aun llevando el mimo nombre, no eran iguales. Sea como sea, una cosa es segura: que el sonido no será otro que el sonido Savall. Y que lo aguante quien tenga estómago auditivo para ello. Un servidor no peregrinará a Linz, porque para asistir a este encarnizamiento sonoro con tapones en los oídos me quedo en casa a escuchar el mismo programa en versiones apetitosas y con provecho para el espíritu.
    Se hace saber que las críticas sobre este concierto ya están escritas, y son todas elogiosas a más no poder, habiendo sido confeccionadas por el poderoso programa ChatGPT.

    Afortunadamente, en el mundo de la música barroca Savall goza de mucha competencia, es decir, que dentro de la militancia historicista los hay infinitamente más competentes que él, no en autenticidad sonora, que nadie sabe lo que es, sino en auténtica musicalidad. Los pececillos neófitos tienen mucho para comparar antes de picar. En cuanto a interpretación, lo que aprenderán de Savall es lo que no hay que hacer. Pero lo podrán compensar aprendiendo lo que hay que hacer para triunfar y convertirse en una leyenda y un mito sin más que producir mediocridades sonoras, cuando no auténticas bazofias. (N.B. Los epítetos “leyenda” y “mito” no me los saco de la manga, sino de la gran mayoría de críticas a sus conciertos.)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Con qué conjunto orquestal piensa dirigir en Linz?

      Eliminar
    2. Con el suyo: “Le Concert des Nations”
      https://www.anton-bruckner-2024.at/en/event/jordi-savall-le-concert-des-nations/

      Eliminar
  6. Que dios (no "nos" sino "les") coja confesados.

    ResponderEliminar
  7. Hola desde Compostela. En mi opinión este párrafo escrito por Joso hace tambalearse toda la teoría historicista de la ejecución músical: "Aunque el dilema está en saber qué sonido original ofrecerá Savall, si el de la composición de la obra, 1869, o el de su primera ejecución en 1924. La cosa no es baladí, porque median 54 años entre una y otra, y los instrumentos, aun llevando el mimo nombre, no eran iguales".

    ResponderEliminar
  8. Más importante que la instrumentación, es la afinación que se utilice. Una orquesta historicista generalmente utiliza cuatro tipos distintos de instrumentos. El primero, en afinación 415 Hz, adoptado como punto de partida y utilizado para el repertorio Barroco ( Bach y sus contemporáneos). A esto le siguen instrumentos levemente posteriores, con una afinación en 430 Hz ( Mozart, Beethoven). Después está la orquesta francesa, con diapasón francés 392 Hz (Rameau), y finalmente la orquesta Schumann/Brahms, con una afinación 440 Hz, la misma en la que están afinados los instrumentos de las orquestas "modernas". Para algunos expertos el punto de quiebre de las orquestas de instrumentos originales se puede situar alrededor de 1850, cuando la retórica apenas si tenía ya influencia sobre la música, quedando fuera de la jugada algunos compositores/composiciones de la segunda mitad del siglo XIX, tanto desde la perspectiva conceptual como instrumental. Lógicamente Savall utilizará la instrumentación de la orquesta Schumann/Brahms con afinación 440 Hz para la Sinfonía 0 de Bruckner, una orquesta similar a las que existieron cuando Bruckner concluyó la obra.

    ResponderEliminar
  9. El diapasón es importante cuando se quieren tocar determinados instrumentos de época con los que no se podían conseguir afinaciones más altas. Pero estos valores de frecuencias fijas se han determinado en la actualidad de forma convencional, es decir, que son valores más o menos promedio, porque hasta que se fijó en 440, el diapasón podía variar no solo de un país a otro sino entre ciudades próximas, e incluso entre vecinos de un mismo inmueble.
    Sobre lo que haga Savall, hay que tener en cuenta que en Austria, en 1859 se afinaba a 435, como en Francia. Por tanto el diapasón del año en que Bruckner compuso la sinfonía (1869) no debe ser el mismo que el del año en que se ejecutó por vez primera (1924).
    Por lo demás, entre estas dos fechas el oboe, por ejemplo, se modificó bastante. ¿Cómo se las compondrá Savall, entonces, para originalizar su sonido sin tomarle el pelo al público asistente? Porque el caso es que tocará con una orquesta de un talante mediterráneo que se aleja del propio del Danubio azul.
    En fin, a Savall y sus huestes puede que les vaya el Llibre vermell de Montserrat (del que afortunadamente hay otras versiones), pero ¿Bruckner? A ver si al final resultará que Bruckner no estuvo de organista en el monasterio de St. Florian sino en el de Montserrat, y que era catalán. Acabáramos.

    ResponderEliminar
  10. Claro Joso,. He hecho referencia a valores generales. Por supuesto existen otras afinaciones históricas; desde 460 Hz en el Renacimiento, 408 Hz barroco, 435 Hz S XIX. Quizás Savall afine a 438 Hz. Una diferencia de cinco Hz es prácticamente imperceptible en la audición humana. Quizás no lo sea para un murciélago de Madagascar. En esencia, lo que quiero decir es que la afinación, los medios instrumentales y la retórica que utilizará Savall para Bruckner, estarán más cerca de la orquesta "moderna" que de las orquestas clásica y barroca. Por tanto, no creo que la interpretación de Savall nos retrotraiga ni los aires juglarescos, ni a las Ensaladas de Mateo Flecha. En cuanto a la fecha del estreno, que quiere que le diga, me parece más legítimo interpretar la obra con los medios instrumentales de la fecha en que fue compuesta que con los utilizados en su estreno. Y respecto al oboe, la diferencia no es tanta en cuanto a sonoridad, si en cuanto a técnica de ejecución.

    ResponderEliminar
  11. No tengo objeción alguna a que le parezca “más legítimo interpretar la obra con los medios instrumentales de la fecha en que fue compuesta que con los utilizados en su estreno.” Pero en este caso no podría hablarse de “sonido original”, porque éste solo puede ser el de la primera vez que sonó la obra. El historicismo a rajatabla conlleva estas insolubles paradojas.

    También me gustaría saber si los músicos de Le Concert des Nations hacen homo a su nombre y son tan todo terreno que se hacen lo mismo a un oboe barroco francés que a un oboe vienés de 1880, por ejemplo. Sea como sea, y puesto a ser auténtico y original, como pretende, Savall debería interpretar a Bruckner al menos con la filarmónica de Viena, lo cual tendría la inestimable ventaja de que los músicos tocarían a su aire sin hacerle el menor caso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. https://lazarsearlymusic.com/products/guntram-wolf-high-romantic-oboe?variant=29152194723922. Mire, Joso. Un oboe parecido a uno de estos se utilizará
      en la ejecución. Seguramente el modelo histórico posterior a 1850. No conozco demasiado bien el funcionamiento de la agrupación de Savall. En este tipo de orquestas las plantillas son variables en función del repertorio a interpretar, pero no resulta extraño que un mismo instrumentista pueda tocar varios modelos históricos. Como puede apreciarse, estos instrumentos son distintos a sus homólogos modernos; forma, taladro interno y número de llaves, y aunque afinan a 440 Hz, su técnica ( digitación, embocadura) presentan notables diferencias.

      Eliminar
    2. Me parece muy interesante y muy a tener en cuenta todo este asunto de las diferentes afinaciones según las épocas.
      Pero lo que me parece más importante es la concepción de las obras por parte de los intérpretes. De modo que, aunque una interpretación (o mera ejecución) sea muy respetuosa con la afinación de 1791, 1823 o 1869, ello no impide que pueda ser una castaña. A la vista están muchas de las realizaciones de músicos "históricamente informados" (no olvidemos: primero fueron "instrumentos originales", luego "auténticos", etc. hasta llegar a esa última denominación, ahora de moda). Vamos, que hay grabaciones de afinación exacta que no valen un pimiento, y otras no exactas en la afinación que pueden ser musicalmente excelentes.

      Eliminar
    3. Por supuesto, Ángel. Es ahí donde los críticos y los melómanos con criterios muy formados, pueden arrojar luz sobre el asunto. Muchas gracias de nuevo.

      Eliminar