Al parecer, la primera ópera compuesta por Haydn que
merece un considerable reconocimiento es La canterina (1766). Entre esta
y la última, Orfeo ed Euridice (1791), compuso otras 15. Las más
apreciadas son hoy, por orden cronológico, Lo speziale (1768, basada en
Goldoni), L’infedeltà delusa (1773), Philemon und Baucis (1773), L’incontro
improvviso (1775), Il mondo della luna (1777, también de Goldoni), La
vera costanza (1779, rev. 1785), L’isola disabitata (1779,
Metastasio), La fedeltà premiata (1780), Orlando paladino (1782)
y Armida (1783). Al menos esta docena de títulos ponen claramente de
manifiesto no solo su estatura como compositor, sino también la sabia
asimilación que Haydn había logrado de las numerosas óperas que sus patronos le
instaban a dirigir en Eszterháza*, y para varias de las cuales -en particular
de Domenico Cimarosa- compuso arias añadidas.
*Entre
1780 y 1789 dirigió más de un millar de representaciones de 73 títulos.
Es una triste injusticia el olvido en que se hallan
sumidas estas obras escénicas, debido sobre todo a que fueron, justamente,
eclipsadas por las de su amigo Mozart. Pero, aunque no posean el sentido
teatral y dramático de las del autor de Le nozze di Figaro, musicalmente
son más que apreciables. Lo cierto es que se representan rara vez (¿alguna de
ellas ha subido alguna vez a un escenario en España?), y apenas existen
grabaciones discográficas o filmaciones. Decididamente, la programación de los
teatros de ópera se deja llevar en general por una rutina que ignora auténticas
joyas.
Voy a reproducir aquí algunas líneas de una crítica
que hice para “Ritmo” en abril de 2010, sobre La isla desierta (en
alemán) dirigida por Michi Gaigg (Deutsche Harmonia Mundi): “Escuchando este
disco he tenido la impresión de que esta ópera no era gran cosa. Luego he seguido
la versión de Dorati y la obra me ha parecido mucho mejor […] Esta grabación de
DHM carece de calidad y de sensatez. Escuchando el recitativo y aria de entrada
de Costanza cantado por Norma Lerer [con Dorati] se llega a la conclusión de que estamos
ante música de primera clase. No ocurre eso en la de DHM: la cantante
correspondiente, Ulrike Hofbauer, es demasiado ligera, con sonidos fijos y
completamente inexpresiva, y Gaigg tiende a dirigir atento solo a la letra, y a
empellones, con una agitación convulsa -lo que, según muchos hacen, debe de ser
marca inequívoca, siempre que el tempo es movido, de las ejecuciones originales,
históricas, auténticas o como quiera llamárseles-. Nefasto ejemplo
(procedente, creo, en buena parte de Harnoncourt, cuando a menudo parece
malhumorado) que, como tantas cosas nefastas, echa raíces. La otra soprano,
Barbara Kraus (Silvia), reproduce casi al pie de la letra las características
de la Hofbauer, pues la verdad es que hay decenas de sopranos ligeras de este
tipo que, cantando música antigua -toda la que sea anterior a Beethoven,
para muchos- son casi indistinguibles”.
Armida, dramma eroico (1783)
1979
Philips Jessye Norman/Claes H.
Ahnsjö/Norma Burrowes/Samuel Ramey/
Robin Leggate/Anthony
Rolfe Johnson
OCámLausana/Antal Dorati 139’30 9/8
2000 Teldec Cecilia Bartoli/Christoph
Prégardien/Patricia Petibon/Oliver Widmer/
Scot Weir/Markus Schäfer
ConcentusMusicusViena/Nikolaus
Harnoncourt 129’04 8/9
La fedeltà
premiata, dramma pastorale giocoso (1780)
1976 Philips Ileana Cotrubas/Frederica von Stade/Lucia
Valentini Terrani/Luigi Alva/
Tonny Landy/Alan Titus/Maurizio Mazzieri/Kari
Lövaas
OCámLausana/Antal
Dorati 162’09 8,5/8
L’incontro
improvviso, dramma giocoso (1775)
1980 Philips Linda Zoghby/Margaret Marshall/Della Jones/Claes H. Ahnsjö/
Domenico
Trimarchi/Benjamin Luxon/Jonathan Prescott/James Hooper
OCámLausana/Antal
Dorati 161’12 8/8
L’infedeltà
delusa, burletta
per musica (1773)
1981
Philips Edith Mathis/Barbara
Hendricks/Claes H. Ahnsjö/Aldo Baldin/
Michael
Devlin
OCámLausana/Antal
Dorati 111’28 8,5/8
L’isola
disabitata, azione
teatrale (1779)
1978 Philips Linda Zoghby/Norma Lerer/Luigi Alva/Renato
Bruson
OCámLausana/Antal
Dorati 88’27 8,5/8
Aclaración: las
grabaciones de óperas de Haydn por Antal Dorati fueron interrumpidas por
Philips debido, según testimonios muy fiables, a las decepcionantes ventas
obtenidas. Una verdadera pena, pues la dirección del maestro húngaro -el
primero en grabar todas las Sinfonías- es siempre excelente en estas óperas, y
admirable el trabajo de la Orquesta de Cámara de Lausana, aunque los elencos
vocales no siempre alcanzasen el mismo nivel -muy alto en algunos títulos-. Las
tomas de sonido son en todo caso de lo mejor que se lograba por esos años.
Angel, a mi siempre me ha parecido Haydn un gigante a la altura de Mozart, Beethoven y Bach, pero con desigual fortuna, quizás por coincidir con los dos primeros.en épica. Feliz semana Santa.!
ResponderEliminar“Gaigg tiende a dirigir atento solo a la letra, y a empellones, con una agitación convulsa -lo que, según muchos hacen, debe de ser marca inequívoca, siempre que el tempo es movido, de las ejecuciones originales, históricas, auténticas o como quiera llamárseles-. Nefasto ejemplo (procedente, creo, en buena parte de Harnoncourt, cuando a menudo parece malhumorado) que, como tantas cosas nefastas, echa raíces.”
ResponderEliminarUna frase de antología, escrita en 2010.
“A empellones, con una agitación convulsa”, no se puede definir mejor uno de los tics, o manierismos, que hace insoportables tantas interpretaciones con aire de historicistas. Harnoncourt, en efecto, fue el impulsor de esta forma de aporrear a una orquesta como quien aporrea un piano. A ritmo, eso sí, y dando batutazos sobre el tiempo fuerte de cada compás. El desmán no solo ha echado raíces, sino que se ha ido expansionado desde el barroco a periodos musicales muy posteriores. Nefasto, es la palabra. Y también penoso.
Gracias, Joso. Por eso he recuperado frases de esa crítica, con la que me reencontré al mirar mis notas sobre grabaciones de las óperas de Haydn. ¡Y sí, vaya si han echado raíces esas malas prácticas!
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