Anécdota bruckneriana de Martín Llade (y van…)
Poco antes de despedirse por la llegada del verano el
programa de Radio Clásica “Sinfonía de la mañana”, un invitado de Martín Llade
se dedicó a poner ejemplos de copias (o, directamente, plagios). Uno de esos
casos era una melodía de una Sinfonía de Bruckner (ahora no recuerdo cuál), que
había sido descaradamente copiada en una canción moderna (no recuerdo cuál, y no
me interesa un comino). El parecido era, por cierto, muy evidente (y, creo,
difícilmente podría ser una coincidencia).
Pero a lo que voy: el invitado le dijo a Llade:
“aunque Bruckner es tu bestia negra, reconocerás que esta es una melodía muy
hermosa”. A lo que el conductor del programa le contestó: “Sí, lo es, pero
media hora después seguiría siendo la misma hermosa melodía”. Alusión
inequívoca a que Bruckner se repite y se extiende en demasía. Habría que
haberle contestado: “Puedes escuchar una melodía justo al comienzo de Los
maestros cantores, y volverla a escuchar no media hora, sino cuatro horas
después… y te podría poner muchos otros ejemplos, no solo en óperas. ¿Qué clase
de ‘defecto’ es ese?”.
El domingo día 7 por la tarde,
hacia las cinco y media, una señorita leía en Radio Clásica fragmentos de
cartas de compositores. Pues bien, leyó (muy bien, por cierto) un largo párrafo
de una, sin decir ni antes ni después quién era el autor de esas palabras (yo
estoy casi seguro de que era Beethoven), y emitiendo a continuación el primer
movimiento de la Décima Sonata para violín y piano de ese compositor. No
anunció lo que era (¿presumía esa señorita que todos los oyentes lo
sabrían?...), ni los nombres de los ejecutantes (de una interpretación bastante
floja, por cierto), ni antes ni después de la emisión.
Todo esto, este silencio sobre lo que se escuchaba
-texto y música- que duró al menos un cuarto de hora, me parece un gran
despropósito: esa señorita. ¿de verdad piensa que todos los oyentes que
sintonizan Radio Clásica escuchan entero su programa? Suponiendo que en algún
momento del mismo revelara esas identidades, cosa que dudo… Si, por ejemplo,
como fue mi caso, vas en el coche y escuchas Radio Clásica durante ese lapso de
tiempo, llega el momento de apagar la radio y no sabes nada de nada de lo
escuchado.
Estos comportamientos son algo generalizado -aunque no
en todos los casos- en Radio Clásica: esto de emitir no se sabe qué.
Pero es que no piensan que los oyentes tienen, tenemos, derecho a saber qué es
lo que se nos ofrece, y compositores, intérpretes y casas discográficas tienen
derecho a que se revelen sus nombres.
También deberíamos tener derecho a que se escojan
grabaciones que no sean la primera que se topan, sino una escogida por su
calidad (en opinión, si la tiene -en ocasiones es mucho pedir-, del conductor
del programa), porque ¿qué ventaja tiene dar oportunidades a versiones
mediocres? Que alguien me lo explique, y me lo defienda.
Sí, es algo muy frecuente en RC: recuerdo, hace unos
meses, que un amigo y yo hacíamos un viaje un tanto largo -como de tres cuartos
de hora- y nos indignamos y cabreamos porque en todo ese tiempo no se dijo en
absoluto qué es lo que se estaba emitiendo: ni autores ni títulos de las obras.
Y eran varias, no, por ejemplo, una ópera que no debiera ser interrumpida…
Otro ejemplo más, entre tantos que puedo recordar:
hace tres o cuatro veranos estaba sonando un primer libro de El clave bien
temperado de Bach, y yo tenía gran curiosidad por saber quién era el
pianista que tocaba. Pero después de casi dos horas de escucha, me quedé con
las ganas… no se dignaron hacer una pausa de vez en cuando, y decir algo así:
“estamos escuchando El clave bien temperado de Johann Sebastian Bach;
acabamos de ofrecerles los Preludios y fugas números cuatro, cinco y seis, en
interpretación al piano de… A continuación seguiremos escuchando los tres
siguientes, y tal y cual”…
Bueno, y ahora en verano, con programas (¿muchos o
todos?) ya emitidos anteriormente, me da la impresión de que la música que
suena es, en general, aún de menor calidad que la media -ya baja, salvo las
pertinentes excepciones- que el resto del año.
Yo siempre pongo el mismo ejemplo de plagio: el último tema del primer movimiento de la Sinfonía 5 de Bruckner. Plagio absoluto de una canción de mucho éxito que no sé cómo se llama ni me interesa saberlo. Un saludo Javier
ResponderEliminarProbablemente era esa la melodía de la que Llade no aborreció.
EliminarHay una coincidencia muy curiosa: en los 30 o 40 últimos segundos del movimiento lento de la Tercera Sinfonía de Bruckner hay un tema que reaparecerá en el mismo movimiento lento de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák. Dudo mucho que el checo conociera esa Sinfonía del austríaco.
EliminarSegún la página web del programa "Cartas a media tarde", presentado por Blanca Gutiérrez, los intérpretes de la Sonata para violín y piano Nº10 op96 de Beethoven son Arthur Grumiaux y Clara Haskil.
ResponderEliminarPues no lo dijo, ni antes ni después. Bastante decepcionantes esos dos grandes músicos en esa ocasión.
EliminarCompruebo que en mi lista de Beethoven a esa Décima Sonata por Grumiaux y Haskil le había puesto solo un 5.
EliminarPara plagios de juzgado de guardia los que se han perpetrado del tema del 4º mov. de la Sinfonía 9 de Beethoven. Con sólo evocar lo que hizo Miguel Ríos me supura pus por los oídos. Encima tuvo la desfachatez de titular su horrible canción como “Himno a la alegría”, cuando escuchársela solo produce una tristeza infinita por el abuso con que violenta la música que creó Beethoven.
ResponderEliminarY ahí está el Himno de la Unión Europea, otro plagio que da vergüenza ajena. Una execrable mutilación musical. Escuchar esta melodía solo está legitimado si antes se ha pasado por los tres movimientos anteriores, como nos lo recuerda el propio Beethoven al inicio del movimiento, antes de exponerla, además de que adquiere todo su sentido dentro del contexto. Y además de que solo adquiere su sentido a través de las variaciones y formas diversas con que se manifiesto en todo el movimiento. Por otra parte, de tanto sonar a troche y moche en eventos políticos se acaba gastando y estropeando hasta volverse aborrecible.
Los amantes de la música “clásica” en general, y de la música de Beethoven en particular, deberíamos protestar y denunciar estos abusos. Obras de arte como esta forman parte del patrimonio artístico de la humanidad y se merecen que se las respete en toda su integridad, sin deformarlas con fragmentaciones y arreglos degradantes.
En este enlace se puede escuchar el susodicho himno de la UE. Horripilante. Podían haber encargado a alguna compositora en paro -digo compositora por aquello de la paridad- que pergeñase un himno original para representar a la UE. Pero no, tuvieron que arremeter contra el buen Beethoven.
https://www.youtube.com/watch?v=kEVrrpE4OTo&ab_channel=Balrok88
https://youtu.be/vhJqdVMInFM?feature=shared. El arreglo del Tedeum de Charpentier para la sintonía de la UER fue un clásico.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/XqSFDYh4hcg?feature=shared. El arreglo del Sacerdote Zadok (Haendel), himno de la Champions, va camino de ser otro clásico... del horror
ResponderEliminarHola desde Compostela: pues ese himno europeo...lo arregló en teoría Karajan ( que fue miembro el partido nazi) y aun cobran sus herederos cada vez que suena....Escuhen desde el minuto 55:32.....alucinante! https://www.youtube.com/watch?v=YyvXmSlXCiY
ResponderEliminarUn manchón en la carrera musical de Karajan, que no debería haberse prestado a pergeñar semejante chapucería.
EliminarPara añadir más horrores a los que cita Javier, vienen a cuento los fragmentos que suenan en anuncios publicitarios de TV. de los recientes que me vienen a las mientes, hay uno con el tema del 1er mov. de la Sinfonía 5 de Beethoven y otro en el que se oye una deformación grotesca del tema del Scherzo de la Sinfonía 9.
ResponderEliminarLa propiedad intelectual sobre obras de arte consagradas por la historia debería ser con carácter póstumo y a perpetuidad, de manera que estuviesen protegidas contra un uso espurio y degradante.
La verdad es que sobre eso se debía legislar de forma más estricta. Los compositores deben de revolverse en sus tumbas al oír lo que hacen con sus músicas.
EliminarEn cuanto a “reciclajes”, uno de los peores que me he encontrado en misa, en diferentes lugares. Y era cantar la letra del Sanctus, (versión española, obviamente), sobre la música del segundo tema del movimiento lento de la Novena de Beethoven. La melodía sale de contexto y pierde toda su gracia y el texto apenas entra en condiciones, pero da igual… En fin, no es la primera vez que se hacen este tipo de préstamos para utilizaciones similares, ni será la última. Y algunas de esas reutilizaciones son joyas de la Historia de la Música, (pienso en la Missa Mille Regretz de Cristóbal de Morales, por ejemplo).
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl caso más evidente de plagio en relación con la música de Bruckner, y uno de los más flagrantes de la historia de la música, se refiere al tema principal de la película Lawrence de Arabia, ¿compuesto? por Maurice Jarre en 1962, extraído casi nota por nota de las secciones finales del primero movimiento de la sexta de Bruckner. En aquellos tiempos la música de Bruckner era menos conocida y se ve que nadie se dio cuenta del tocomocho...
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