La Orquesta Philharmonia de Londres bajo la batuta de Vladimir Ashkenazy ha visitado Madrid
los días 24 y 25 de abril de la mano de Ibermúsica. Yo he tenido la dicha de
asistir al segundo programa, el que más me apetecía, pues constaba de tres
obras que gozan de mi predilección: la Obertura Mar en calma y viaje feliz de Mendelssohn, el Concierto No. 21 de Mozart y las Variaciones Enigma de Elgar. Ashkenazy no es solo un gran pianista,
como todos sabemos, sino que desde hace cuatro décadas es también un director
de mérito. Es cierto que muy variable, pero sus logros mayores son mayúsculos
(baste recordar sus Sinfonías de
Rachmaninov, algunas de Sibelius o su Manfredo
de Tchaikovsky, entre otras muchas cosas). Sobre todo en disco, puesto que en
concierto le he escuchado muchas veces, pero, a decir verdad, bastante pocas a
gran altura. Ayer la introducción de la obertura anunciaba lo mejor de lo
mejor. Pero al llegar el allegro las
cosas empeoraron: la transparencia orquestal se resintió y hubo algunos
momentos criticables, como unos timbales un poco fuera de madre y un piccolo que sonó muy por encima de lo
debido. En conjunto, Ashkenazy no atinó con la maravillosa atmósfera de la
pieza de Mendelssohn. Y eso que la orquesta dejó clara su extraordinaria clase.
Esta volvió a ser palpable en
el Concierto No. 21 de Mozart, con
una cuerda realmente excelsa. La dirección de Ashkenazy fue muy correcta y en
estilo, pero un pelín cuadriculada. En el primer movimiento se produjeron
ciertas desavenencias entre piano y orquesta, que desaparecieron en los dos
restantes. Elena Bashkirova mostró una gran personalidad y un sonido ideal para
Mozart; en algunos momentos del movimiento inicial aceleró algo más de la
cuenta. Salvo este reparo, su interpretación me pareció muy hermosa: imaginativa,
vital y efervescente, con sutiles cambios de humor y añadiendo una controlada
ornamentación, en los tiempos extremos, mientras que en el famosísimo Andante logró un sonido plateado,
pulcritud, serenidad y belleza superlativas. Me parece que, temperamentalmente,
la hija del gran pedagogo de la Escuela Reina Sofía y esposa de Barenboim,
tiene una cierta afinidad haciendo Mozart, mucho más que con este, con Martha
Argerich. Tras los calurosos aplausos, Bashkirova ofreció como propina una extremadamente
creativa y lúcida interpretación del Rondó
K 485 de Mozart.
Las Variaciones Enigma tuvieron ciertos altibajos: algunas de ellas
sonaron un tanto de trámite, pero curiosamente las más hermosas y por así
decirlo intimistas, líricas o melódicas, en especial la genial Nimrod, fueron planificadas y degustadas
con una belleza fuera de lo común. Dos pequeños peros: en variación la final,
el órgano apenas se oyó, y creo que no es conveniente hacer pausas entre (casi
todas) las sucesivas variaciones. La actuación de la Philharmonia fue de veras portentosa,
por su extraordinaria perfección (no libre de algún fallo aislado) y
brillantez, luciendo una cuerda increíble por su belleza sonora y su
flexibilidad, sin duda una de las mejores del mundo, y unos solistas
formidables (viola, cello, flauta, clarinete, fagot...). Por lo que he
escuchado últimamente, la Philharmonia vuelve a ser (tal vez en alguna racha
dejó de serlo), rotundamente, la mejor orquesta británica.
Hola, Ángel:
ResponderEliminarYa que realizas la crítica de un concierto, te requiero, ¿conociste a Antonio Fernández - Cid, que tenía cierta mano para este modesto género literario? Ahora va a comenzar el Festival de Música y Danza de Úbeda, donde he tenido la suerte hacer buenas migas con ulteriores redactores de Ritmo, Gonzalo Pérez Chamorro y Javi Extremera... ¿Nunca te ha tentado dejarte caer por aquí?
Saludos cordiales.
Naturalmente, conocí y tuve buena y algo estrecha relación con Antonio Fernández-Cid. Y en el Festival de Úbeda he estado varios años, aunque llevo unos cuantos sin ir. Ya veremos cuándo vuelvo para algún concierto que me tiente en especial. Gonzalo y Javi son buenos amigos, además de paisanos míos. (¡Buena cosecha de críticos musicales de Jaén!)
Eliminar¿Alguien escuchó ayer la tercera de Mahler por Lenny en NY que emitió Matesanz en RC?--fue impresionante...dice que cuando su cortejo pasó por Manhattan, los obreros, emocionados, le decían adiós, Lenny..
ResponderEliminarHola desde Compostela. Tengo en cd esa interpretación de Lenny, y si, es de primer nivel. Un Mahleriano de altura.
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