Rudolf Kempe I y Barenboim II
Acabo de conocer la primera grabación del Don Quijote
de Richard Strauss por Rudolf Kempe, EMI 1959 (reeditado por Regis) con la
Filarmónica de Berlín y, también, con Paul Tortelier como solista, lo mismo que
en su gloriosa versión posterior de Dresde (EMI 1974). La verdad es que
encuentro que son muy parecidas, pero que la primera es ligeramente inferior,
tanto por la batuta como por el cello solista; uno y otro alcanzan un punto de
mayor lucidez quince años después. En cuanto a uno y otro viola, tanto el de
Berlín, Giusto Cappone, como el de Dresde, Max Rostal, son estupendos. Así que considero
que conociendo la última, que además suena bastante mejor, la primera es de
algún modo innecesaria; tal vez por eso EMI no la incluyó en la caja de 20 CDs
dedicada al genial violonchelista francés. Lo que me queda claro es que ese poema
sinfónico, mi favorito de su autor (tanto o más que Vida de héroe) es la
obra que mejor se le dio al director alemán nacido en 1910 y muerto en 1976,
quien grabó su famosa (y de nivel bastante variable) integral orquestal
straussiana.
El sello Peral, que como se sabe no edita discos físicos,
sino que permite (mediante pago) descargárselos, lanzó hace unas semanas otro Don
Quijote: grabado en público -con soberbio sonido de los Estudios Teldex- el
7 de agosto de 2017 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Son sus intérpretes el
cellista Kian Soltani, la violista Miriam Manasherov y la Orquesta del
West-Eastern Divan dirigida por Daniel Barenboim. Mi amigo Fernando López
Vargas-Machuca sostiene que la anterior grabación de Barenboim (Erato 1991),
con la Sinfónica de Chicago y su cello principal, John Sharp, es uno de los
discos menos afortunados de nuestro admirado director. Yo discrepo abiertamente
de esa opinión, cuyas razones no alcanzo a entender. Se me ocurre que podría
deberse a que aquella versión se aparta considerablemente de la tradición,
transitando por derroteros realmente dolorosos, amargos y hasta crueles, pues
parece ensañarse en cómo el noble hidalgo es zarandeado y maltratado en sus
aventuras; esto llega a su clímax en la Variación X, de cruda violencia. Pero
es cierto que, aunque esa visión no carece de interés y de validez, es menos
extrema y más compartible la que Barenboim adopta en 2017, en la que acentúa sobre
todo el humanismo del hidalgo manchego. Está ayudado por un cellista que me ha
dejado muy impresionado por la belleza de su sonido, la musicalidad y la
expresividad de su interpretación, que alcanza cotas conmovedoras en la muerte
de Don Quijote, hasta el punto de codearse con Tortelier (Rostropovich, con
Karajan, posee un sonido más suntuoso, pero creo que no llega al grado de
emoción del francés y del austríaco de origen iraní, que solo contaba 24 años
en el momento de la grabación). No he podido olvidarme de que el primer disco
de Soltani para Deutsche Grammophon, con una maravillosa interpretación de la Sonata
“Arpeggione” de Schubert entre otras joyas, fue despiadadamente vapuleado
en la revista Ritmo por un bisoño crítico, tan ignorante como imprudente.
Espléndida, asimismo, la joven violista, y sobresaliente la actuación
de la Orquesta, en una partitura muy comprometida. El disco se completa -me
parece que no pega ni con cola, pese al asunto español que comparten ambas
obras- con un vibrante pero algo expeditivo Bolero de Ravel: versión ya
conocida, pues coincide con el audio de un DVD EuroArts registrado en Buenos
Aires el 3 de agosto de 2014.
Una Carmen sin público
El jueves 12 de marzo pudo seguirse por televisión, a través
de rbbKultur, la Carmen
De Bizet representada en la Ópera Estatal de Berlín, sin
público a causa de la pandemia del coronavirus. La puesta en escena ya la
conocía, pues se había ofrecido en ese escenario catorce años antes, con Marina
Domaschenko y Rolando Villazón. Firmada por Martin Kusej, me parece un completo
despropósito (por cierto, esa versión acaba de ser colgada por DG para su
descarga: https://www.deutschegrammophon.com/es/cat/0735796).
Si aquel elenco vocal -al que se sumaban Norah Amsellem como Micaela y
Alexander Vinogradov como Escamillo, notables ambos- era sólido, en la versión
de ahora ha habido más altibajos: sensacionales tanto la protagonista de Anita
Rachvelishvili (que ha mejorado incluso su interpretación de La Scala 2009, con
la que se dio a conocer internacionalmente) como la Micaela de Christiane Karg:
una pareja de féminas que dudo pueda ser hoy mejorada. Muy atentos a esta
soprano lírica alemana (n. 1980) de bellísimo timbre y excepcional línea canora.
El Don José de Michael Fabiano, algo blando al principio, mejoró en los dos
últimos actos; en todo caso, queda muy por debajo de los grandes intérpretes de
ese papel. Y correcto, algo apurado en “Votre toast” por cortedad de fiato,
el Escamillo de Lucio Gallo (60 años). La dirección de Barenboim, tremendamente
caliente y dramática, se aparta mucho de lo que suele entenderse por francesa
(Beecham, Prêtre, Plasson…), salvo en los atmosféricos entreactos. (Yo la
prefiero así). Un detalle que desentonó: el tempo casi desquiciado con
que abordó, tras el último entreacto, “À deux cuartos”. Fenomenal la Orquesta,
muy bien el Coro, y fantástico el de niños (al que no se ve cuando desfilan en
el Acto I).
GUSTOS SON GUSTOS. Obviamente no conozco la presente Carmen. Mi preferida es una grabación en vivo desde la Arena de Verona, 2 de agosto de 1961. Con un reparto de lujo (y a pura potencia vocal): Giulietta Simionato, Franco Corelli, Renata Scotto, Ettore Bastianini y Francesco Molinari Pradelli con la Orquesta y Coro de la Arena de Verona. No importa que está cantada en italiano. Lo que importa son las portentosas voces.
ResponderEliminarAquí va un ejemplo:
Halte-là! Qui va là? (en italiano: ‘Alto là! Chi va là?’):
https://www.youtube.com/watch?v=x5Ct_Z4vqng
El ejemplo que usted ha mandado refleja la falta de respeto a la música (un agudo que no escribió Bizet mantenido todo lo que ha podido Corelli) y un exhibicionismo vocal claramente nefasto. No debe ponerlo como ejemplo, sino todo lo contrario. Y cambiar la lengua de una ópera es algo difícilmente admisible. RICARDO.
EliminarRicardo:
Eliminar¿Falta de respeto a la Música, dices? Aclaré que gustos son gustos. ¿Tanto duelen los agudos de unos frente a los no agudos de otros? Si deseas ser FIEL a la partitura para no faltarle el respeto a la Música, entonces, no escuches a Furtwängler, sino a los paladines de la nota impresa como Toscanini, Leibowitz y cía.. Por tanto, no me digas que es más bello un Nessun dorma (o Celeste Aida; Di quella pira; Mattinata; Cielo e mar; Non piangere, Liù; Addio alla madre; Amor ti vieta, etc., etc.) sin agudo. ¡Seamos sinceros!
¿Así que estaban equivocados Alfredo Kraus, Mario Del Monaco, Jussi Björling; Carlo Bergonzi, Luciano Pavarotti, Franco Corelli, Miguel Fleta, Hipólito Lázaro, Enrico Caruso, Franco Bonisolli, Giovanni Zenatello, etc., etc.?
Me da risa cómo muchas personas "sangran por la herida" tratando de justificar los no agudos de otros. Yo no tengo la culpa de haber nacido escuchando "ruido", ya que mi tío materno me hacía escuchar todos sus discos de pasta de los Grandes Cantantes del Pasado.
Con el pretexto de la santidad de las notas impresas, tampoco escuchemos a Stokowski:
Eliminar“Al final del ‘Preludio a la siesta de un fauno’ de Debussy no se daba por satisfecho [Leopold Stokowski] con el golpe de triángulo QUE FIGURABA EN LA PARTITURA; consideraba más sutil un acento de vibráfono de suave retemblar. Hoy en día ya casi sólo se sonríe ante semejantes arbitrariedades de un director.” (‘LOS GRANDES DIRECTORES DE ORQUESTA’ de Hans-Klaus Jungheinrich; pág. 182 y 183; versión española de Adriana Hochleitner de Vigil; Madrid 1991; Editorial: Alianza Música)
Su airada respuesta de las 15.30 h. le descalifica. No hace más que añadir disparates a los anteriores. RICARDO.
EliminarSin ser creyente haré caso al Proverbio aquel (Prov.26,4-5), que nos advierte: "nunca respondas a un necio, para que no se estime sabio en su propia opinión."
EliminarLo siento, cierro esta polémica.
EliminarMe parece que es inaceptable el desprecio con que trata "Observador" a Ricardo. Debería, Carrascosa, haber cerrado la polémica a las 19,25 h. del 16 de marzo. Además, muchos pensamos, estoy seguro, que Ricardo lleva razón. Roberto A. S.
EliminarKempe y Tortelier tienen un tercer Don Quijote, con la Orquesta de la Radio Bávara (concierto de diciembre de 1966, junto con la Sinfonía Concertante [105] de Haydn - publicado por Orfeo d´Or -). Respecto a la grabación EMI de Berlín, se completaba el LP original con el Till Eulenspiegel. Yo tengo ese disco en una reedición de la serie EMI Classics Artist Profile, de sonido bastante majete, creo yo.
ResponderEliminarCappone era primer viola de la Filarmónica de Berlín aquellos años, y tiene otro Sancho Panza importante (para DG con Fournier y Karajan).
Respecto a la integral de Kempe, yo la aprecio mucho, porque es muy completa y en general de muy alto nivel para mi gusto, (si bien hay versiones sueltas obviamente preferibles a gusto de cada cual). Ciertos críticos bastante malintencionados (Pedro Elías en Scherzo especialmente) trataron de crear un "pseudo-antagonismo irreconciliable" entre el Strauss de Kempe (supuestamente el "Strauss suave" o "que no empacha") y el de Karajan y Böhm (más machacón, estentóreo.etc), ¡¡vaya estupidez!!
Un detalle chusco de la puesta en escena de Carmen que no señalé. Cuando, en la taberna de Lillas Pastia Carmen pide al tabernero que traiga, entre otras delicias, "naranjas, manzanilla", etc., ese aparece enseguida con una bandeja llena de frutas; al tropezar y caerse todas ellas al suelo, descubrimos naranjas y ¡manzanas pequeñas! Realmente, ¿creía el director de escena Martin Kusej que "manzanilla" son manzanas pequeñas? ¡Alucinante! ¿No se dio cuenta Barenboim del supuesto error? Pues dudo que el director de orquesta, que tantas veces ha recorrido Andalucía, no sepa que manzanilla es la bebida que se produce en Sanlúcar de Barrameda...
ResponderEliminarEl otro día en DC hall le escuche un magnífico mahler a harding, aprovechad, estos días es gratuito....mucha salud...
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