“Elektra”
de Strauss en el Met con Stemme, Pieczonka, Meier y Owens, Salonen y Chéreau
La
misma producción de esta representación de abril de 2016 en el Met neoyorkino había
sido vista en el DVD/Blu-ray del sello BelAir, que recoge una función del
Festival de Aix-en-Provence de julio de 2013. Una memorable produción de Patrice
Chéreau, de escenografía sencilla y geométrica, cuya iluminación es crucial
para su resultado y en la que la actuación y la interacción de los personajes constituye
un acierto excepcional. Aquella función de Aix la comenté ya el 8 de octubre de
2016 y comparte con esta del Met la batuta de Esa-Pekka Salonen y dos de las
cantantes protagonistas: Adrianne Pieczonka como Crisotemis y Waltraud Meier
como Clitemnestra. Puedo repetir lo que dije de ellas entonces: “la
notable soprano dramática Adrianne Pieczonka, de voz timbradísima, lidia
con bastante éxito con su tremenda parte, más corta pero no mucho menos
terriblemente difícil que la de Electra. Waltraud Meier, en un estado
vocal sorprendentemente bueno a sus 57 años [ahora 60] -¡menuda técnica la suya!-,
se aparta por completo de las Clitemnestras viejas zorronas (perdón por la expresión) sobreactuadas (que a veces son
formidables, como Astrid Varnay con Karl Böhm), revelando un personaje mucho
más complejo e interesante, creo que más creíble ya que también muestra palpablemente
su vulnerabilidad, según el magnífico texto de Hofmannsthal para su largo monólogo/dúo
con Electra”.
Pero la gran baza de esta versión es, para mí, la de la
mayor cantante/intérprete del papel titular que haya escuchado hasta la fecha: Nina
Stemme en una actuación sencillamente asombrosa. No solo su voz dramática
es tan bella como potente, sino que canta con su apabullante técnica que le permite,
aparte de sus restallantes agudos, de pasmosa seguridad, hacer gala de una
increíble maleabilidad y apianar como ninguna intérprete de este temible papel
que yo recuerde. Solo por ella ya merecería la pena conocer esta versión. En su breve intervención, Burkhard Ulrich muestra una
idónea voz para Egisto, la de un tenor aún lírico pero con un cierto squillo
que quizá anuncia un futuro dramático. En cuanto a Eric Owens, Orestes,
el barítono-bajo de color posee una materia prima sólida y redonda, pero acusa
ciertas limitaciones, distando de alcanzar la capacidad canora y los matices
expresivos de Fischer-Dieskau (Böhm) o René Pape (Gatti).
La dirección de Esa-Pekka Salonen me ha vuelto a desconcertar
algo: “a veces carente de toda la debida fuerza, otras se pasa un poco en
contundencia, sonando efectista. Pero siempre o casi siempre me produce la impresión
de no estar muy familiarizado con Strauss”. Notable la Orquesta del
Metropolitan, que, en todo caso, como es natural, no hace olvidar a las grandes
formaciones germánicas, de sonido más apropiado. Esta relativa carencia no
carece de importancia, pues como es bien sabido la dificilísima parte orquestal
de esta ópera es determinante. En todo caso, y pese a sus ciertas debilidades,
es un pena que esta versión no esté comercializada, para poder disfrutar de la
intérprete prácticamente ideal del rol de Elektra. En mi opinión, ni Inge
Borkh, ni Astrid Varnay, Birgit Nilsson, Leonie Rysanek, Eva Marton, Deborah
Polaski, Alessandra Marc, Evelyn Herlitzius o Irene Theorin (¡ahí es nada!) la
alcanzan.
Nota a pie de página: antológico Schumann
El 24 de este mes de abril Deutsche
Grammophon, en colaboración con Medici TV, retransmitieron en abierto, gratis, desde
la Sala Pierre Boulez de Berlín sin público, la quinta (y parece que última)
actuación de ese músico incansable que es Daniel Barenboim (tras unas gloriosas
Variaciones Diabelli, un programa Chopin y dos sesiones de Sonatas
para violín y piano de Mozart). Ese día tocó magistralmente dos piezas de
las Piezas fantásticas op. 12 y el Quinteto para piano y cuerda,
cumbre de la música camerística de Schumann. Para este contó con el Cuarteto de
cuerda de la Staatskapelle (de Berlín), ofreciendo la interpretación más bella,
más honda y trabajada hasta en los menores detalles que he escuchado hasta hoy. Los
componentes del Cuarteto -Wolfram
Brandl y Krzysztof Specjal, violines, Yulia Deyneka, viola, y Claudius Popp, cello-
estuvieron al nivel del pianista, con actuaciones de enjundia musical
asombrosa. No exagero: parece difícil que músicos pertenecientes a una orquesta
puedan llegar más lejos. Fue una velada inolvidable que debería ver la luz como
DVD/Blu-ray, pues no se ha escuchado nada igual. A ver si DG cae en la cuenta
de que, juntas estas actuaciones, sería un documento videográfico interesantísimo
al que podría llamar: “Conciertos desde el confinamiento” o algo así. Porque
fue filmado con gran acierto, y registrado con un sonido que tampoco exagero si
lo califico con un 10.
Leyendo esto me duele aún más que se hayan cancelado las representaciones en Covent Garden. Tenía entradas para ver a la Stemme como Elektra. Parece que nos hemos perdido algo grande. Ojalá el concierto que dará este otoño con Rattle (el segundo acto de Tristán) sí se celebre. Cúidense todos.
ResponderEliminarEstimado Ángel:
ResponderEliminarSobre Elektra, ¿cuáles cree que son las mejores versiones en formato audio? Entiendo que la lectura de Böhm en DVD (con Varnay, Rysanek y Fischer-Dieskau) sería la referencia para la isla desierta, pero ¿qué nos puede decir sobre otras interpretaciones que se le acerquen?
Cualquier respuesta se agradece de antemano.
Saludos!
Sí, globalmente ea Elektra de Böhm en DVD es mi versión favorita. En audio, hay tres que me gustan mucho: Solti con la Filarmónica de Viena y Nilsson, Resnik, Collier, Krause y Stolze (Decca); Barenboim con la Staatskapelle Berlin y Polaski, W.Meier, Marc, Struckmann y Botha (Teldec) y Sinopoli con la Filarmónica de Viena y Marc, Schwarz, Voigt, Ramey y Jerusalem (DG).
EliminarSiguiendo sus sugerencias, hoy escuché la versión de Sinopoli: madre mía, qué manera de hacer bramar (en el mejor de los sentidos posible) a los vieneses en la entrada de Clitemnestra.
EliminarGracias por las recomendaciones: asumo que las de Solti y Barenboim también serán para deleitarse.
No tengo ninguna grabación de este quinteto, ni estoy seguro de haberlo escuchado. A falta de esa, ¿qué grabación me recomendaría?. Muchas gracias. M.JAÉN.
ResponderEliminarHay dos versiones excelentes de hace años: Rubinstein con el Cuarteto Guarneri (RCA) y Sviatoslav Richter con el Borodin (Teldec). Pero dos más recientes que me gustan aún más: Melnikov con el Jerusalén (Harmonia Mundi) y, en DVD, Elena Bashkirova con solistas: Guy Braunstein, Michael Barenboim, Madeleine Carruzzo y Gary Hoffman (Medici).
Eliminar¿Y el Quinteto de Schumann de Larrocha / Tokyo...? J.S.R.
ResponderEliminarHas hecho bien en recordármelo. Aun así, quizá me guste un poco menos que los que he citado.
EliminarHablando de Barenboim, hoy ha salido en Grammophone un repaso a la discografía de la novena de Beethoven de la mano de Richard Osborne. ¿A que no sabe qué nombre no aparece mencionado siquiera una vez? Barenboim.
ResponderEliminarSus recomendaciones: Furtwängler 1951, Harnoncourt, Klemperer y Karajan en DVD.
Por cierto, que al parecer la de Fricsay tampoco existe para él (!).
Aquí tienen el texto:
https://www.gramophone.co.uk/features/article/beethoven-s-ninth-symphony-the-best-recordings
Un saludo, Ángel!
Gramophone tiene un largo historial de menosprecio hacia Barenboim. Y no es la única revista. En España tenemos otra, sin ir más lejos.
EliminarLa página Classics Today también menosprecia a Barenboim, sobre todo como pianista. Ni hablar del ODIO de Mr. Hurwitz contra Furtwängler. Diferente es Christophe Huss que simpatiza con ambos artistas.
EliminarYo creo que sois un poquito duros llamándolo menosprecio, cuando puede ser unicamente gusto personal. Pero bueno es cuestión de opiniones, por lo que sea Barenboim concita muchas filias y fobias, algo que ya pasó con Karajan, Celibidache y algunos más.
ResponderEliminarPuede que menosprecio no sea muy exacto: mejor, quizá, desprecio, o incluso odio. ¿A qué andarse con medias tintas?. PLATÓN.
EliminarPues si no es "menosprecio" sino "fobia", como dice usted, tampoco mejora mucho la cosa. No parece que un tipo como Osborne deba guiarse por esos "criterios". Se les presupone cierta "objetividad"...
EliminarMe fío poquísimo de la mayor parte de los críticos; está feo que yo lo diga, pero es así. Algunos muy ilustres tienen en su haber tal cantidad de disparates que cuesta creerlo. En la industria discográfica, en la que trabajé dos décadas, esto era bien sabido: mis colegas británicos me reconocían que Gramophone se "vendía" (directa o indirectamente) fácilmente al mejor postor. LOs medios que dependen menos de la publicidad pueden ser más fiables.
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