Despedida de Haitink en Salzburgo: Beethoven 4º con Ax y Bruckner 7ª
Esta del 28 de agosto de 2019
en Salzburgo no ha sido la única despedida de Bernard Haitink
(Amsterdam, 4 de marzo de 1929): ya se había despedido en Lucerna el año
anterior, 2018. Y en unas declaraciones afirmó que se retiraría definitivamente
el 6 de septiembre de 2019 en Lucerna, dirigiendo a la Filarmónica de Viena. Quizá
se haya querido despedir de diferentes orquestas y de diversos lugares a los
que ha estado cordialmente vinculado: su ciudad natal, Londres, Berlín, Viena,
Chicago…
Bueno, uno de estos
conciertos finales (tal vez el penúltimo) fue ese referido de Salzburgo,
dentro del festival del año pasado. Ofreció el Cuarto Concierto de Beethoven
y la Séptima Sinfonía de Bruckner, obras especialmente amadas que ha
dirigido en multitud de ocasiones. Filmado por Unitel con extraordinaria
calidad tanto de de sonido como de imagen, permite disfrutar al completo de las
grandes cualidades del enorme director en un momento de plenitud artística
(¡qué cruel es el deterioro físico en una persona tan lúcida!). Emmanuel Ax (n.
1949) ha tocado muchas veces bajo su batuta, pero creo que en pocas habrá
estado tan volcado y tan inspirado. Ambos ofrecieron una lectura muy clásica y
extraordinariamente hermosa y equilibrada del quizá más bello de los conciertos
pianísticos de su autor. Sin prisas, deleitándose en sus melodías, con un
discurrir natural y fluido, sin el menor exceso. ¡Y sin la menor intención de demostrar
velocidad y virtuosismo: loados sean! Para mí que no es, en general, Beethoven
uno de los compositores en los que más ha destacado Haitink (mucho más en
Brahms o en Mahler), en esta ocasión no le encuentro el más mínimo reparo en
este Op. 58. Y en cuanto a Ax, creo sencillamente que es lo más
admirable que le he escuchado hasta ahora.
Bruckner sí es, desde luego,
uno de los tres o cuatro autores con los que mejor ha conectado el director
holandés. La versión de ese día fue -es marca habitual de la casa-
especialmente serena -lo contrario de muy conflictiva o escarpada-, de
extraordinaria belleza y de una lógica absoluta. Ni qué decir tiene que la
maravillosa Filarmónica de Viena, con una sonoridad especialmente transparente,
casi camerística antes que muy robusta, contribuyó en gran medida al disfrute
de esta excelsa Sinfonía. No hay que dejarse engañar por la inexpresividad del
semblante de Haitink: lo que transmitió al auditorio y a quienes lo vemos por
la pantalla en casa estaba cargado de honda y tranquila emoción. Un concierto
inolvidable.
Otro mundo (¿otro
Beethoven?)
El día anterior había
escuchado, con tanta paciencia como esfuerzo, otra versión del Cuarto
Concierto de Beethoven, que difícilmente podría ser más diferente. Un disco
de Harmonia Mundi recién aparecido a cargo de Kristian Bezuidenhout al
fortepiano y la Orquesta Barroca de Friburgo dirigida (mejor: azuzada)
por Pablo Heras Casado. Situado en el disco entre una bruta y vacía Obertura de
Coriolano (mucho ruido y no sé si alguna nuez) y una expeditiva,
militar, de Prometeo, el sublime Op. 58 queda reducido a una
caricatura. Ornamentación añadida, carreritas mecánicas para que sepamos que
tiene buena técnica… Frivolidad a raudales, ausencia total de poesía en una
obra que rebosa de ella… y una dirección (me da grima llamarla así) de brutalidades
variadas, en plena sintonía con el solista, convierten la experiencia en una
pesadilla (para mí, claro; para quienes encuentran en una recreación
como esta la verdad históricamente informada es justo lo contrario). Lo
siento, ya lo he discutido incluso con amigos a los que también les ha horrorizado
esta versión: soy menos comprensivo que ellos; para mí que ni al pianista ni al
director les gusta esta obra, de lo contrario no la desfigurarían de este modo:
cuando una obra se respeta y se admira no se perpetra con ella algo como esto.
Intentaré explicarme: si se es un intérprete menor, no se consigue sino una
interpretación menor, gris, aburrida, etc.: no se le puede pedir más. No es
este el caso. Es una aberración, que además intentan justificar en
investigaciones y no sé qué más (¿de dónde sacan que Beethoven reornamentaba
sus composiciones, o toleraba que otros lo hicieran?). El Arte, con mayúsculas,
no es arqueología.
Sí, que nadie se lleve las
manos a la cabeza: Heras Casado es capaz de importantes logros en música del
siglo XX y, a la vez, de horrores diversos en Beethoven, en Schubert, en
Mendelssohn o en Schumann. La Freiburger Barockorchester
es muy buena, una de las mejores con instrumentos de época (¿de qué
época, por cierto, de la de Corelli, Bach, Haydn, Beethoven, Schumann…? ¿De
todas esas épocas a la vez? ¿En qué quedamos? ¿Es idónea para música de dos
siglos? ¿Por qué no lo es, entonces, la Filarmónica de Viena?).
Otra cosa: el sonido de la
grabación es muy bueno -lo son los equipos, los micrófonos, etc.- Pero tiene
toda la pinta de estar muy trucada: parece haberse usado mucho el
potenciómetro. Escúchense, por ejemplo, las cuerdas graves al comienzo del Andante
con moto: ni la Filarmónica de Berlín…
Ha sido usted durísimo en su juicio sobre Pablo Heras. HUGO.
ResponderEliminarCreo que es lo que merece en este desdichado disco Beethoven. Yo fui un entusiasta de Heras en sus primeros pasos. Pero creo que está perdiendo el norte, particularmente en sus interpretaciones historicistas de compositores del siglo XIX.
EliminarNo tengo compromisos. Digo lo que opino, y no tengo que quedar bien con nadie (lo que, ay, resulta casi imposible para quienes tienen que comer de lo que escriben).
¿Para qué emplear términos como aberración, horror, pesadilla o similares? Bastaba con decir que no comparte su enfoque. Pero bueno, es su blog, son sus normas.
ResponderEliminarNo es que no comparta su enfoque, es que me parece un timo comercial, una tomadura de pelo, una falta de respeto, un desprecio a una obra maestra, etc.
EliminarAunque, claro, puedo estar equivocado; pero tengo derecho a dar mi opinión (y estoy viendo, por comunicaciones directas, que no soy el único en opinar así). ¡Ya está bien de quedar bien con las discográficas para que te den publicidad, y de paso desorientar a los lectores!
Un servidor también comparte la opinión de Ángel sobre tamaños atentados contra obras de arte. Y opino, además, que se queda corto en sus calificativos, a fuer de bien educado, porque aquí ya habría que recurrir al lenguaje escatológico. Y es que la interpretación da asco. Aunque lo compensa la risa que da el nombre de la orquesta: Freiburger Barockorchester. Que naciera en Freiburg, no pasa nada, pero que sea "barroca" es para troncharse. Porque, ¿cómo es posible que una orquesta barroca interprete obras de compositores tan de otra época, como Beethoven, por ejemplo? Claro, es que viven del cuento, y el cuento ese de tocar "históricamente informados" da dinero. Es como el timo de la estampita. Te ponen el señuelo de que sus estampitas sonoras son "auténticas", y tú vas y picas, y se las compras pensando que te salen baratas. Los timadores ganan, pero la música pierde.
ResponderEliminarExacto, Joso.
EliminarSe queda corto en sus apreciaciones, Don Ángel, no hay derecho a hacer eso con las obras de arte.
ResponderEliminarEsta mañana, en Radio Clásica han citado la frase de Schumann "Mientras exista el Mundo y exista la Música se escuchará la Quinta Sinfonía de Beethoven". Y a continuación la ponen (creo que solo el primer movimiento)... por Jordi Savall. Creo que, en esa versión, no llega ni a 2021.
EliminarJusto ayer veía el "Auge y caída de la ciudad de Mahagonny" que Heras Casado dirigió en el Real hace unos años: ¿qué le habrá pasado al director de esa ópera para llegar a ser el que dirigió el del disco comentado en esta entrada? Una lástima.
ResponderEliminarNo llega ni a veinte minutos la quinta completa, vaya estafa.
ResponderEliminarHola Ángel:
ResponderEliminarDisculpa que no es el tema, pero me gustaría saber, ¿cuál es tu grabación referencial, preferiblemente en audio CD, de Má vlast de Smetana? Muchas gracias.
Mis versiones favoritas son Sawallisch/Suisse Romande y Kubelik/Radio Bávara en Orfeo. Pero la única versión que he escuchado de diez fue -lo siento, pero es así- la que hizo Barenboim con la Filarmónica de Viena en Praga en 2017; circula por ahí con muy buen sonido. Por cierto, hace unos años la dirigió en su retorno a la Sinfónica de Chicago y dentro de poco la va a hacer con la Filarmónica de Berlín.
EliminarLa de Chicago fue en noviembre de 2018.
EliminarHeras Casado esta recibiendo muchos palos por su anillo en el Real, el oro del Rhin lo escuche en la 2 y no me parecío mal del todo.
ResponderEliminarYo no le he escuchado ni El oro ni La Walkiria, pero tampoco he oído sino reparos de amigos que sí los escucharon. El Anillo es mucha tela para un director relativamente joven, salvo que sea un genio en toda regla. Y Heras dista de serlo. Y no parece calibrar sus limitaciones.
EliminarPues de Heras-Casado hay también una 9ª de Beethoven con la misma orquesta que salío hace un par de meses, me da a mí que lo que Petrenko hizo con Beethoven se queda en nada comparado con lo que perpetra el granadino.
ResponderEliminarSaludos.
Le temo tanto que no me animo a escucharla. ¡Se sufre!
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