Lise Davidsen canta Beethoven, Cherubini, Mascagni, Verdi y Wagner
Un recién publicado disco de Decca quiere presentar las diversas capacidades de Lise Davidsen (Noruega, 1987). Se trata de una soprano dramática, de voz poderosa con mucho squillo y de trémolo bastante acusado. Había leído grandes elogios por parte de un crítico que cree saber de todo, pero me temo que el fuerte de este crítico no está precisamente en la apreciación de las voces. Lo cierto es que me he llevado una cierta decepción. Se trata de una voz con grandes posibilidades, pero que debe pulir aún bastante su técnica… y su expresión. Me explico: aparte de que el timbre es un tanto agrio, sobre todo en la zona del paso, su legato no está lo suficientemente trabajado, y un tanto descuidada su diferenciación de los estilos.
De Beethoven ha incluido la escena de Leonore en Fidelio “Abscheulicher!” y el aria de concierto Ah! Perfido. Están cantadas con bastante corrección, pero las interpretaciones resultan un tanto planas. Lo peor del disco me ha parecido el aria de Medea “Di tuoi figli la madre”, que suena no poco ladrada. La corrección un poco insípida vuelve a hacer acto de presencia en “Dite, mamma Lucia” de Cavalleria rusticana, en el aria final de La forza del destino (“Pace, pace, nio Dio”) y en el “Ave Maria” de Otello, donde emite el pianissimo con gran limpieza. Con los Wesendonck-Lieder que cierran el disco vuelve a confirmar que en la música alemana tiene muchas posibilidades… si afina en transmitir mejor el sentido de las palabras. Atentos, pues, a su evolución. Pero es probable que parte de la culpa de estas deficiencias se deban a la batuta de Mark Elder (¡otro Sir!) al frente de la espléndida Filarmónica de Londres: brocha gorda o bien pinceles demasiado delicados, y escasa diferenciación de estilos.
Los Poetic Tone Pictures de Dvorák
¿Cómo debería traducirse el título de esta Op. 85 de Dvorák, la colección de piezas más destacada de su producción pianística? Algo así como Estampas musicales poéticas, se me ocurre. Admito desconocer esta parcela de mi admirado autor de la Sinfonía “del Nuevo Mundo”, pero afirmo que la Op. 85 (1889) es una obra de verdadera importancia, casi desconocida. De las 13 piezas que la componen (un total de poco más de una hora) destacaría la primera (Nocturno), la tercera (El viejo castillo), cuarta (Canción de primavera), quinta (Balada campesina), sexta (Ensueño), octava (Danza del duende), undécima (Chismorreo) y la última (En la montaña sagrada). En ocasiones recuerda algo a Chopin o a Brahms, incluso a Grieg, pero hay mucho de Dvorák reconocible en estas piezas.
El disco que contiene esta colección es del sello Avi Music -estupenda toma de sonido- y está interpretado maravillosamente por una pianista infravalorada: Elena Bashkirova, hija del hace poco fallecido (en Madrid) Dimitri Bashkirov, uno de los pedagogos más prestigiosos del orbe. Baskhirova es la segunda esposa de Barenboim (después de la tristemente malograda Jacqueline Du Pré), pero no tengo constancia de que hayan actuado juntos en público en alguna ocasión.
Otro que fue grande y sucumbe a la destructiva moda del historicismo
Gil Shaham. Ha salido en el sello Canary un CD con los Conciertos para violín de Beethoven y Brahms. –“¿Cómo? ¿Han cabido esos dos Conciertos en un disco?”-“Sí, y hasta habría cabido además una de las Romanzas de Beethoven, por ejemplo. Pues el CD dura menos de 75’: menos de 40’ el Beethoven y 35’ raspados el de Brahms”-“¡Pues qué disparate!”-“¡Exacto!”.
Gil Shaham fue un violinista sensato, cabal… y excelente: ahí están sus numerosas grabaciones para DG, sobre todo con Sinopoli y Previn. ¿Cómo es que ha caído ahora en este pozo, quién le ha engañado (¿o ha sido él solito?) para mezclarse con una orquestina de instrumentos originales -The Knights (¿no tiene mujeres?)- y un director -Eric Jacobsen- que se limita a marcar, arrasando con dos obras capitales de la historia de la música hasta dejarlas reducidas a sendos tostones? Lo triste es que Shaham, que aquí casi todo el tiempo toca rápido, sin sentido y sin matizar, se nota que aún es, o mejor dicho, que podría seguir siendo, un gran violinista: da la impresión, además, de que a veces quiere alejarse de los modos de esa inane batuta.
Insisto, por enésima vez: el supuesto historicismo está tomando el pelo a muchos aficionados, haciéndoles creer que ello es la verdad. Pero su legado sigue y sigue aumentando, prostituyendo en muchos casos (ya sé, no en todos) las músicas, ofreciendo gato por liebre, y siendo refugio de músicos insignificantes, que se disfrazan de historicistas para ocultar su falta de talento, de musicalidad, y hasta de buen gusto. Aquí, Jacobsen no tiene absolutamente nada que decir: encefalograma plano. Abbado y Chailly, entre muchos otros, ya cayeron; ahora le ha tocado el turno a Shaham.
Hola, Ángel.
ResponderEliminarGracias por tus valoraciones sobre el disco de Davidsen. La verdad es que tenía (y sigo teniendo) muchas ganas de oírlo.
Hasta ahora sólo había escuchado a Davidsen por la radio en 2019, porque hacía Elisabeth en el Tannhäuser que dirigió Gergiev en Bayreuth. Y la verdad es que me causó muy buena impresión, aunque claro, reconozco que tendía a faltar la dulzura que se suele asociar al personaje… De hecho, allá donde he visto valoraciones de esta cantante, me he encontrado con opiniones muy similares a la tuya: una cantante con mucho potencial pero que en lo expresivo aún tiene que madurar. Es muy joven, así que creo que hay tiempo… En fin, como bien dices, habrá que ver…
Cambio el tercio, no se si alguien escucha el programa de radio clasica el cantor de cine, los domingos ya tarde por la noche, pero el presentador a menudo va borracho cuando graba el programa y el mismo presumía hace poco de ser un vicioso, literalmente. Es una pena, pues es un tipo con desparpajo que sabe mucho de cine y de música y me cae bien y lamentaria que lo echarán, lo que no quita que lo que hace es una falta de respeto al oyente.
ResponderEliminarHola, buenos dias.
ResponderEliminarNo he oido este disco de Devidsen pero la escuche en el Fidelio del Covent Garden justo antes de los confinamientos y me parecio extraordinaria. Quizas le falte mas experiencia (sobre todo en la actuacion y la caracterizacion a traves de la voz, es quizas un poco neutra o fria) pero me parece que ya no es una promesa, es una realidad.
Una pregunta, Angel, sobre las voces que se me ocurre al hablar de Devidsen: A mi siempre me han gustado mucho las voces que caracterizan el personaje, incluso que exageran un poco el texto y la musica para transmitir el estado animico del personaje. Por ejemplo, Windgassen es un caso clarisimo. Pero un amigo mio muy purista del belcanto italiano me decia hace poco que eso no es canto, que el canto es transmitir a traves solo de la voz el personaje. Me ponia como ejemplo el Macbeth the Capuccilli con Abbado. Lo escuchas y es increible porque no exagera nada, es sencillo, parece que no interpreta pero la voz suena a ese estado entre depresivo, dominado y pasivo-agresivo del personaje de Macbeth, controlado por su mujer.
No se si explico bien lo que quiero decir: una cosa es el canto expresivo (concentrado en enfatizar las consonantes del texto wagneriano para mostrar el estado de animo del personaje) y otra el canto belcantista clasico donde la voz por si misma sin exageraciones expresa el personaje. Otro ejemplo: Joyce di Donato. Sin duda una cantante maravillosa pero no exagera demasiado en su canto, no es la linea belcantista pura que expresa solo a traves de la voz.
No se si he explicado bien lo que quiero decir pero me gustaria saber tu opinion sobre esto.
Muchas gracias
Estoy de acuerdo contigo en que hay que caracterizar a los personajes, y no entiendo muy bien lo que dice tu amigo purista: transmitir mediante la voz cómo es el personaje es en el fondo lo que tú y yo pedimos. Los cantantes que se limitan a que la voz y la línea de canto sean bellos no me llenan. Y no hay necesidad de exagerar o sobreactuar, una práctica que puede resultar (si prevalece el buen gusto) aceptable en el verismo, pero no en Bach, en Mozart, en Verdi, Wagner o Strauss. Algunos melómanos no distinguen la interpretación a través de la voz de la actuación escénica, que son cosas bien distintas. Por supuesto que en un cantante de ópera lo ideal es ser buen intérprete y buen actor. Pero no es lo mismo.
EliminarCreo que lo has explicado bien y que has puesto ejemplos adecuados.
A Davidsen le he escuchado hace poco un Strauss en mezzo, no recuerdo ahora mismo que Strauss y me gustó mucho y también como actriz, a lo que creo que ayuda un físico rotundo.
ResponderEliminarBueno, pues aunque un conocido me decía que estaba convencido de que Barenboim y Elena Bashkirova sí habían actuado juntos en público, aunque no sabía decirme cuándo, ahora resulta que sí lo han hecho, y ha sido en Madrid, en la Escuela Reina Sofía, para honrar la memoria del padre de ella y el suegro de él: Dimitri Baskirov. Jesús Ruiz Mantilla, autor de la información que hoy recoge El País, ha citado una hermosa frase (metafórica) que Baskirov les decía a sus alumnos: “No podéis empezar a tocar con las manos. La música va primero a la cabeza, luego pasa por el corazón y finalmente llega a los dedos; antes, no”.
ResponderEliminarLo que dice usted de lo historicista como refugio de músicos mediocres lo encuentro totalmente verídico. Pero no se lo he leído a nadie: ¡Cómo está la crítica musical!. FEDERICO L.
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