Un programa de música francesa
La 2 de Televisión Española
emitió el sábado 23 (a las 8 de la mañana, como suele) el Sommernachtskonzert de la Orquesta Filarmónica de Viena
en los jardines del Palacio de Schönbrunn del 8 de junio, que Sony ha editado
ya en audio y vídeo (sí, también en blu-ray). Como se sabe, este concierto, que
ha alcanzado ya 20 ediciones, se ha ido convirtiendo en el más visto a nivel
mundial, por detrás, solamente, del Concierto de Año Nuevo en la misma ciudad.
Por él han desfilado, entre otros, Georges Prêtre, Lorin Maazel, Daniel Barenboim,
Zubin Mehta, Plácido Domingo, Christoph Eschenbach, Valery Gergiev, Franz Welser-Möst, Semyon Bychkov, Daniel Harding,
Andris Nelsons o Gustavo Dudamel.
El programa de este
año, dirigido por Yannick Nézet-Séguin, fue en esta ocasión
exclusivamente de música francesa, alternando páginas muy populares con otras
menos conocidas, y hasta con una rareza. Comenzó con tres números de la Primera
Suite de Carmen de Bizet (Introducción al Acto I y Preludios a
los Actos III y IV) en lecturas cargadas de brillantez y también, cuando
conviene, como en el segundo de ellos, de perfumada sensualidad. La
mezzosoprano Elina Garanca cantó la Habanera de dicha ópera con
su maravillosa voz, su perfecta línea de canto e idóneo sentido.
Antes de la bellísima
pieza D’un matin de printemps de Lili Boulanger (1893-1918),
hermana de Nadia, compuesta el último año de su breve vida, originalmente para
violín y piano y orquestada con el mayor de los aciertos, Yannick dirigió a los
presentes unas breves palabras en defensa de los derechos humanos. La
interpretación fue absolutamente primorosa, y la Orquesta demostró, una vez
más, que puede ser insustituible.
La Obertura El
corsario de Berlioz logró una fulgurante puesta en sonidos, sin caer
en el desmadre de velocidad al que algunos directores se entregan. Verdaderamente
excelsa la interpretación que Garanca hizo de la hermosa aria “O ma lyre
immortelle” de Sapho, de Gounod, de la que, extrañamente, rara
vez se acuerdan las cantantes en sus recitales. Escrita para la gran mezzo o contralto Pauline Viardot (hija, como se sabe, de Manuel García y hermana de María Malibrán), fue estrenada por ella en 1851: se trata de la primera ópera de su autor, hoy prácticamente olvidada.
La Segunda Suite
de Dafnis y Cloe de Ravel (sin coro), fue una maravilla de
colorido y atmósfera, si bien se desinfló un pelín en el crescendo que
la cierra. “Mon coeur s’ouvre à ta voix”, de Sansón y Dalila de Saint-Saëns, pocas veces se habrá podido escuchar de modo tan hermoso y acertado en su
envolvente voluptuosidad: tercera diana en esta velada de la mezzo letona.
El pinchazo se
produjo en la última obra del programa: un Bolero de Ravel
rapidito y no bien planificado, pues le faltó garra en su último tramo: llegado
a sus dos tercios más o menos, apenas ascendió en fuerza y tensión, con un
tambor más que inflexible, casi autómata, y que dejó de crecer en intensidad progresiva,
en consonancia con una batuta relativamente apática. Inexplicable. Lástima,
porque los solistas de la Orquesta bordaron sus solos. Apagué la tele algo
disgustado, sin darme cuenta de que faltaba la propina: el consabido vals Sangre
vienesa de Johann Strauss hijo.
No se me había ocurrido que la grabación de audio podría estar en Qobuz. Así es. Sangre vienesa conoce una interpretación cuidadosa, literal, pero sin especial vuelo y con recurso un poco postizo al rubato. (No creo que, hoy por hoy, Yannick aportase gran cosa en un Concierto vienés del primer día de año... pero ¡quién sabe! Puede que los haya peores que ya lo han dirigido...)
ResponderEliminarVisto y escuchado el concierto, coincido contigo. El entorno es idílico.... Y no necesitas madrugar un sábado, lo cuelgan en rtve play.
ResponderEliminarVengo del recital de Pilar Jurado, apenas la había escuchado.Me ha sorprendido el estado de su voz en una persona que tiene justo mi edad. Canta con mucho sentimiento y su registro vocal es amplio. Supongo que está de gira, si podéis id a escucharla...
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