lunes, 19 de marzo de 2018

El desconcertante Beethoven de Celibidache


Grabaciones de todas las Sinfonías salvo de la Primera

De sobra sabemos que Sergiu Celibidache (1912-1996) ha sido uno de los gigantes de la interpretación musical del siglo XX, responsable de bastantes logros magníficos e incluso en ocasiones geniales. Pero como intérprete tenía un problema muy serio: a veces le vencía la necesidad de ser original, de llevar la contraria a toda costa a la tradición, un concepto que decía detestar.

En uno de los varios álbumes que ha editado y reeditado Warner con grabaciones antes publicadas por EMI, concretamente el que lleva la referencia 0855662 (14 CDs), se agrupan las ocho sinfonías de Beethoven que llegaron a grabarle en público en los años 80 y 90, o sea todas menos la Primera. Por cierto que de la Cuarta se incluyen dos versiones diferentes, una de 1987 y otra de 1995.

Escuchadas todas ellas he quedado absolutamente desconcertado, ya que no parecen atribuibles al mismo director. La Segunda, de 1996, es una versión amplia, solemne, honda y bellísima. Las lentitudes marca de la casa están perfectamente sostenidas y al poco tiempo de escucha parecen no notarse; si acaso, me pesan un poco en el scherzo. Sin duda, una de las más admirables grabaciones de esta sinfonía. En una línea similar, las dos Cuartas no difieren gran cosa entre sí, si bien la más reciente puede resultar ligeramente forzada por parsimoniosa; ambas son de una belleza extraordinaria y consiguen hacer del "Adagio" algo muy especial. No conozco ninguna interpretación en disco que me guste más que la de 1987.

La "Heroica" (1987) es muy personal, pero no llega a caer en la extravagancia: lenta, como de costumbre, maravillosamente expuesta y explicada como las anteriores, llama la atención la nobleza y casi ausencia de sentido trágico en el "Allegro con brio" inicial. También la Marcha fúnebre es contenida, resignada, sin sobreactuación ni excesos; para mi gusto, a la sección fugada le falta algo de tensión, dramatismo y grandeza (¡Klemperer!). El finale, muy estirado, no llega a incomodar más que puntualmente por este motivo. No diría que sea una de mis versiones favoritas, pero reconozco su gran clase.

La Quinta (1995) es extraña: tras un primer movimiento alicaído ("si todo el mundo lo hace 'con brio', yo voy a hacerlo 'senza brio'"), los tres restantes se alzan a una altura y temperatura impresionantes. La "Pastoral" (1993) no es solo que no me haya gustado, es que me ha enfadado un montón: es una versión mortecina con un "Andante molto mosso" estirado hasta desesperar, y buena parte de ella es relamida y amanerada, lo que borra de un plumazo toda poesía. También las empalagosas maderas me han hecho sufrir lo suyo (¡el sacarinoso oboe en la Escena campesina, que nada tiene de rústica!). Aunque remonta a partir de la Tormenta, volviéndose casi normal, el mal hecho es ya irreversible.  

La Séptima (1989) carece de empuje en el "Vivace" del primer movimiento; el "Allegretto", curiosamente, no es muy lento, pero sí lo es "Allegro con brio" final. Tengo la (perversa) impresión de que el director rumano ha intentado imitar lo realizado por Klemperer en su última grabación (octubre de 1968), pero no le ha salido. Lo que en este es, por muy discutible que sea, genial, no ha logrado emularlo. La Octava (1995) es, pese a sus tempi pausados y aquí y allá discutibles, admirable, no llegando a cargarme: posee pulso y aquí y allá, y un humor un tanto socarrón.

Finalmente, la Novena (1989) me ha gustado tan poco como la Sexta. Algo nuevo: no siempre está bien analizada y resuelta, lo que es inesperado entre estas versiones; la claridad instrumental flaquea bastante, y no creo que sea achacable a la toma de sonido, algo inferior a la de las restantes. El movimiento inicial carece de la debida garra, el scherzo es el más lento que recuerdo, hasta irritar, mientras su trio es tal vez el más rápido: un contraste forzadísimo. El "Adagio" es bello (ni mucho menos el más expandido: 18'), pero apenas cálido o amoroso, y su clímax no está bien planificado ni resuelto (¡!). En el finale se empeña en llevar la contraria no ya a la tradición, sino a toda lógica. Y da la irremediable impresión de no creer nada en lo que hace. Y ¿qué hace? Tras una entrada un poco confusa, todo el recitativo de los contrabajos es desmayado, desganado, de gran afectación. A las exclamaciones "Freude!" del bajo, el coro (el de la orquesta, nada del otro mundo) responde en voz baja y apático, y hay varios otros despropósitos. Helen Donath, demasiado lírica, canta muy bien y llega arriba sin problemas, mientras que Doris Soffel no estuvo bien de voz. La intervención de un arruinado Siegfried Jerusalem es penosa. Y el bajo Peter Lika tiene un registro alto imposible.

O sea, algunas maravillas y un par de grandes fiascos: lo dicho, quien podría haber sido, globalmente, uno de los tres o cuatro mayores directores del siglo, se frustró en parte debido a su afán por llamar de vez en cuando la atención. (Quiero dejar claro que estas dos sinfonías de Beethoven para mí fallidas son de lo más indefendible que le he escuchado a Celibidache hasta la fecha).

La Orquesta Filarmónica de Múnich, de características sonoras claramente alemanas, posee una cuerda magnífica, densa y flexible, de muy bella sonoridad, un metal bueno, de sonido robusto más que extremadamente refinado, y una madera para mi gusto desigual: buenos clarinetes (salvo en la "Pastoral") y fagotes, flautas de sonido poco agradable y oboes variables: alguno insufrible por su blandenguería (sobre todo en la Sexta y en la Novena). Las tomas sonoras son buenas y naturales, aunque con frecuencia el timbal está demasiado en primer plano, sobre todo en la sinfonía con coro.   

11 comentarios:

  1. Estimado:
    ¿En qué lectura de la Heroica está pensando cuando exclama "¡Klemperer!"? Pregunto porque el gran maestro de Breslau dejó 13 registros de la Tercera, por lo que puede ser fácil confundirse.

    En lo personal, conozco seis de las mencionadas, siendo mis favoritas las de 1959 (Philharmonia) y las dos de 1970 (New Philharmonia, en los Proms y en Berlín).

    Un abrazo!

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    1. ¡Bravo, Cristiandelicia! ¡Conoces trece "Heroicas" de Klemperer! Yo me refería sobre todo, de las cuatro o cinco que conozco, a la de 1959, la que figura dentro de su integral de EMI. En ella la parte fugada de la Marcha fúnebre me parece uno de esos pasajes geniales de la historia de la dirección orquestal.

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    2. O sea, sé que existen trece registros, que van desde 1954 a 1970. De ellos he escuchado seis.

      ¿Sería posible saber qué versiones recomienda de cada una de las sinfonías beethovenianas? Tengo en la más alta estima sus opiniones en materia musical, por lo que agradecería infinitamente averiguar cuáles serían sus opciones.

      Saludos!

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    3. Eso es particularmente difícil, y además tengo muchas dudas. Aun así, prometo intentarlo.
      Gracias por su confianza.

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  2. Mis personales impresiones coinciden con lo expuesto arriba, en líneas generales. A mi el Beethoven de Celibidache me gusta, pero creo que funciona mejor en las obras clásicas (2, 4, 8) que en las más románticas. De hecho, el Haydn de Celibidache me parece maravilloso.

    Al igual que a Ángel Carrascosa, a mi la 3ª me gusta mucho, la 5ª y 7ª con reparos (donde los señala él) y la 6ª y 9ª mucho menos. La 6 es una sinfonía muy, muy difícil, y las lentitudes de Celibidache se me hacen desesperantes. La 9ª me gusta más, pero está cuajada de extravagancias que además "no funcionan".

    De todas formas, es un Beethoven sobresaliente -en su estilo- en alguna de las sinfonías (las clásicas), y que hay que conocer en las restantes.

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    1. Estoy muy de acuerdo contigo, Nemo, también en esto. Y en efecto, el Haydn de Celi me parece sensacional. Y curiosamente, no difiere mucho del de Klemperer. Lástima que uno y otro no grabasen más sinfonías suyas, La Creación, etc. (Por cierto, tengo entendido que entre los proyectos de Klemperer que no llegaron a realizarse estaba la grabación de Las Estaciones).

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  3. Hola, Ángel:

    ¿Cuáles son tus ciclos beeethovenianos recientes favoritos? Aparte de Barenboim, claro.

    ¿Qué opinas de las dos integrales de Abbado, con Viena en el 89 y con Berlín en el 2000? Tienen sus detractores, pero a mí me parecen de lo mejor.

    Saludos.

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    1. Mucho me temo que entre los ciclos recientes ninguno de los que conozco -paso de los de instrumentos originales- me gusta mucho. Y los de Abbado los encuentro un tanto superficiales y demasiado refinados, atentos ante todo al sonido, un sonido pulidísimo que para mi gusto no conviene a Beethoven.

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  4. Angel, yo tengo Furtwangler, que me gusta muchísimo, y Karajan, no tanto, fue un regalo. Me quiero comprar el de Klemperer, su Mahler me parece portentoso...¿te parece una buena opción?..Un saludo, feliz semana santa...el domingo voy al auditorio de tu malogrado amigo Villegas a ver la Pasión según san Mateo con Minkovski....

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    1. El ciclo de Klemperer me parece fundamental, uno de los pocos imprescindibles.
      Pero que te sea leve con Minkowski. El año pasado le sufrí una Pasión según San Juan que me horrorizó bastante.

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    2. ¿no te gustó?..voy por un amigo muy bachiano que viene de Almería...ya sé que no es gardiner, pero tiene buen predicamento...acabo de ver la canción de la tierra en digital concert hall, con Abbado poco antes de morir, Kauffmann y von otter..muy floja...él nunca me convence,siempre lo encuentro muy engolado, el pobre don Claudio bastante tenía en sus últimos años con tenerse en pie y ella, pese a conservarse guapísima, para mí que ya perdió la voz hace tiempo..un saludo...

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