Muchas veces he escrito sobre Caballé para casi siempre
elogiarla enormemente, así que nada tengo que añadir sobre esto. La considero,
sin la menor duda, la mayor soprano de su tiempo. Sí quiero señalar que hay que
buscar prácticamente solo en España para encontrar a quien la ponga a caer de
un burro: una cualidad esta muy
española, como bien sabemos. Aquí más de un crítico muy respetado -y sus
seguidores- le niegan el pan y la sal. Yo he oído de sus bocas cosas como esta:
"la suspenderían en una clase de canto", "es siempre (¡!) pura autocomplacencia
vocal". Y alguna que otra grosería que no voy a repetir.
Me he alegrado al leerle a Joan Matabosch cómo pone como
ejemplo máximo del arte de Montserrat su Norma
en Orange de 1974. Porque yo ya he escrito anteriormente algo muy parecido: esa
representación es, por ella, el ejemplo supremo de lo que debe ser el bel canto, o sea la técnica canora más
consumada (como Sutherland), la máxima belleza vocal (sin comparación posible),
una musicalidad inconmensurable y, a la vez, inseparable, una expresividad de
la más honda intensidad emocional, sincera hasta la médula y sin el menor
histrionismo o exceso verista
(Callas). La súplica final de la gran sacerdotisa a su padre para que tras su
muerte se ocupe de sus hijos no soy capaz de escucharla sin que se me salten la
lágrimas.
En cuanto a su carácter y su sentido del humor, contaré para
terminar una anécdota personal: cuando iba a cantar Norma en el Teatro de la Zarzuela le hice una entrevista para
"Ritmo". Tras la primera representación, en la que soltó un grito en un
comprometido agudo espetado en el dúo con Adalgisa "Oh, rimembranza... Ah!
sì, fa core, abbracciami", fuimos muchos a saludarla y pedirle un
autógrafo en su camerino, que tenía la puerta abierta de par en par. La cola
era interminable. A mí me conocía solo de la entrevista de pocos días antes,
pero cuando me vio en la cola, con 12 o 15 personas por delante, me hizo con la
mano y guiñándome un ojo una pícara señal para que me acercase, saltándome la
cola. Dudé, pero insistió y la obedecí, un poco avergonzado. Cuando me acerqué
a ella, me cogió la mano, me acercó un oído a sus labios, y me dijo en voz
baja: "¿Has visto cómo la he cagado en ese agudo? ¡¡¡Ja, ja, ja!!!"
(los que hacían cola solo oyeron su conocida risa estruendosa, pero no, por
supuesto, lo que me había susurrado. Y yo, claro -aunque alguien de la cola, curiosón,
me lo preguntó- solo se lo revelé a los íntimos).
Completamente de acuerdo, Ángel. Es la soprano más importante desde que se inventó el disco. En mi opinión nadie ha cantado mejor Norma, Aída, Tosca, Mimí (Bohème), Leonora (Forza), Fiordiligi (Così) o Salomé, y no intento ser exhaustivo.
ResponderEliminarEn 1994 dos investigadores británicos, Robert Pullen y Stephen Jay-Taylor, publicaron una excelente biografía sobre Caballé, "Casta diva" junto al que RCA editó una recopilación de cuyo libretillo, escrito por los autores del libro, extraigo fragmentos del párrafo final:
"Contemplando una carrera de casi 40 años (...) es asombroso que alguien que ha sido capaz de abarcar papeles tan arduos como Tosca, Aída y Salomé en sus primeros años (...) alcanzara luego fama internacional [en el] "bel canto", para acabar a finales de los 70 cantando papeles como Semiramide, Gioconda y Turandot (...). Pero se trata de una soprano que es capaz de cantar el momento culminante de "Vissi d'arte" - si bemol, la bemol, sol bemol agudos - como un diminuendo progresivo desde forte a pianissimo con notas extremadamente amplias, en una sola toma de aire. Esto es la absoluta maestría de un oficio y debemos reconocer que, por lo menos en lo que queda del siglo XX, no volveremos a ver (...) nada como ella".
En mi opinión, en lo que llevamos de siglo XXI, tampoco.
Llevas toda la razón, Ignacio, en lo que dices y en la cita. ¡Cordiales saludos desde el Sur!
EliminarHola, Ángel:
ResponderEliminarEscuchando a la diva catalana en el "Mefistofele" de Boito, la mayor contribución italiana al mito de Fausto (Busoni es más bien un compositor germánico).
Cómo la echaremos de menos.
Saludos cordiales.
De todos los papeles que he oído citar en todo lo que he leído sobre la muerte de la Caballé se han olvidado de algunos trascendentales: Elisabetta de Don Carlo, Violetta de La Traviata, Amelia de Un ballo in maschera, Gioconda, Imogene en Il Pirata, Adalgisa en Norma (con Sutherland), Liù y Turandot, Manon Lescaut, la Tosca con Sir Colin, Butterfly, La forza del destino de La Scala en dvd, su increíble Arabella pirata y varias piratadas belcantistas de Bellini o Donizetti. También está maravillosa en Poema del amor y del mar de Chausson. El recital en D.G. con Giovaninetti, el de EMI con Mackerras y los Dúos con Verrett en RCA son fabulosos. HUGO.
EliminarSu comentario se explica porque es un acérrimo fan suyo.
ResponderEliminarNo...no es la mejor y ella lo sabía, porque siempre decía eran Callas,Tebaldi y Sutherland, como se lo reconoció a Julia Otero en una entrevista.
En el extranjero (EE UU u mundo anglosajón) no es que la pongan a caer de un burro, sencillamente es que consideran mejores o tan buenas a otras, como a Joan Sutherland, Leontyne Price o Sills.
En Italia, la Scala recordó con mucho dolor la muerte de Gencer y Callas...de Caballé a penas nada...acabando su periodo scalífero mal, bruscamente, con su desastre de Bolena.
Una soprano muy buena, buenísima si quieren, pero ya está.