viernes, 2 de agosto de 2019

Dudamel, Shani, Peretyatko...


El “Sommernachtskonzert” de Schönbrunn 2019, con Yuja Wang y Gustavo Dudamel. Los programas de los conciertos veraniegos en los jardines vieneses parecen cada vez más populares, es decir cada vez más fragmentarios, dispersos e inconsistentes. He aquí los títulos interpretados: Obertura de Candide de Bernstein: espléndida; Jubilee Waltz de Johann Strauss hijo; Rhapsody in blue de Gershwin: bastante libre y no desprovista de encanto y frescura la intervención de Yuja Wang, que tocó de propina un algo demasiado libre Vals op. 64/2 de Chopin; Suite de Casablanca de Max Steiner; Barras y estrellas de Sousa: estupenda; Adagio de Barber: impresionante, sobrecogedor, y sin el menor efectismo; el vals Sternenbanner de Ziehrer; el finale de la Sinfonía “del Nuevo Mundo”: muy muy bien dirigido (¡pero un solo movimiento! ¿Por qué no una obertura o un poema sinfónico del mismo Dvorák?); una pieza de Rodeo de Copland y Sangre vienesa de Strauss II. ¡Menudo batiburrillo! Sony está haciendo todo lo posible por sacar partido comercial de estos conciertos, que se acercan cada vez más en proyección al de Año Nuevo. Por eso lo lanzan a toda velocidad en CD, DVD, Blu-ray… ¡y hasta en LPs! (¿Por qué no también en cassettes? ¿Se acuerdan de ellas? Los más jóvenes no, claro…)

Cuatro conciertos de Lahav Shani dirigiendo. A falta de discos, las cadenas musicales de televisión, Medici, Arte y otras, han divulgado últimamente varias actuaciones recientes de Shani en su faceta de director (la de pianista sigue siendo casi inédita), y he podido escuchar y ver cuatro conciertos suyos -cada uno con una orquesta diferente- en los que vuelvo a constatar el gran talento de este joven músico. Se trata de dos veladas a base de muchas piezas populares y de otras dos con repertorio más llamémosle serio. La primera de aquellas ha sido al aire libre en Toulouse con la Orquesta del Capitolio, parece que no en tan buena forma como en los mejores tiempos de Michel Plasson. Un Aprendiz de brujo destacable, soberbias Obertura de Candide y larga suite de West Side Story de Bernstein, brillantes danzas finales de la suite de El pájaro de fuego, dos magníficos últimos Cuadros de una exposición, floja Danza húngara No. 5 de Brahms y correcto Preludio I de Carmen.

Bastante más he gustado otro concierto, con una Orquesta Sinfónica de Viena en excelente forma: El aprendiz de brujo resultó muy superior, realmente formidable. Renaud Capuçon tocó con más que solvencia Tzigane de Ravel, el bello Poema de Chausson y la Meditación de Thaïs, hubo espléndidas versiones de la segunda suite de Dafnis y Cloe (sin coro) y de La Valse, pero decayeron las propinas: en Voces de primavera mostró el israelí escasa sintonía con “el Rey del Vals” (rubatos y cambios de tempo forzados, exagerados), mejorando en su Polca Furioso.

En una Tercera Sinfonía de Mahler (lo siento: se me hace inacabable, sólo me interesa a ratos) puso a prueba el virtuosismo de la Filarmónica de Rotterdam, no saliendo del todo airosa en el primer movimiento, para mejorar mucho en el resto. Lo mejor me pareció el muy sentido finale y la actuación de Violeta Urmana, si bien en su “O Mensch” detesto profundamente las ultraportamentos del oboe, una costumbre o moda reciente que no sé de dónde ha salido: hace años ninguno de los grandes directores lo hacían así.

Finalmente, con la Filarmónica de Israel (de la que en breve va a ser director musical) ha hecho el 4 de mayo Out of the Dark de Daniel Shalit, obra que de entrada me ha parecido poco interesante, el Primer Concierto para violín de Shostakovich, prodigiosamente tocado por Leonidas Kavakos y dirigido a pedir de boca (¡qué derroche de virtuosismo y talento para una obra tan endeble!) y una modélica Sinfonía Fantástica, con mucha coña en el Aquelarre conclusivo. Sigue llamándome la atención la técnica de este director, la soltura y seguridad de sus ademanes, que resultan tremendamente gráficos y expresivos.

Olga Peretyatko. ¡Qué gran soprano lírico-ligera! Le acabo de ver y escuchar dos actuaciones: una “Gala Verdi” (que no tuvo música solo de Verdi) el 1 de enero de 2012 en Stuttgart con la Sinfónica de la Radio de esa ciudad, soberbiamente dirigida por el colombiano Andrés Orozco-Estrada. En ella cantó un ejemplar, insuperable Bolero de Las Vísperas Sicilianas, impecable y emotivo “Tutte le feste al tempio” de Rigoletto (junto a un algo venido a menos, aunque muy artista Thomas Hampson), una canción de Olimpia de Los cuentos de Hoffmann de libro y un certero “Herr Marquis” de El Murciélago.

Y, ya en 2019, una prueba de fuego: Lucia di Lammermoor en la Ópera Estatal de Viena, junto a Juan Diego Flórez, George Petrean, Jongmin Park y dirigiendo, muy bien por cierto, Evelino Pidò. En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a voces más puramente líricas para la heroína donizettiana, pero la soprano rusa, aun poseyendo una voz poco potente (ha ensanchado solo un poco desde 2012) es sin embargo muy timbrada, además de preciosa. Su técnica vocal es extraordinaria (¡qué afinación, qué seguridad en la coloratura y en el registro agudo!), su actuación escénica es formidable, su encarnación posee mucho encanto, credibilidad y emotividad (lástima que en la función retransmitida el Mi bemol final le quedara corto y algo calante: un accidente sin importancia: ¡nadie es perfecto!). Hay que remitirse, en mi opinión, a Beverly Sills para hallar una Lucia tan convincente. Más recientemente, quizá ni siquiera Diana Damrau o Lisette Oropesa han llegado tan alto en este papel.

Sin embargo, creo que Edgardo no le conviene a Flórez, de caudal tan pequeño y tintes casi ligeros, pues el infortunado personaje requiere un tenor lírico-lírico, y el peruano fuerza mucho el volumen, por mucho que -claro está- cante estupendamente. Algo rudo el barítono Petrean y muy engolado el bajo Park.

3 comentarios:

  1. Edgardo es uno de los primeros papeles de tenor "romántico", y por eso no le conviene a una voz tan ligera como la de Flórez: Rossini es otra cosa. Incluso Arturo de Los puritanos, que es una especie de antecedente de Edgardo, le va mejor a Camarena, no tan ligero como Flórez. Lo que ocurre es que este canta muy, muy bien, y da el pego, pero no es lo suyo. Ni tampoco el Duque de Rigoletto. JUAN G.

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  2. No se si alguien está escuchando en la 2 el recital desde perelada. ...El pianista es bueno pero el pobre joseph calleja un churro...,ya me extrañaba que hubiera algo bueno en la tele...

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