jueves, 28 de enero de 2021

Rimsky-Korsakov y Ravel ¿versus Mussorgsky?

 

Boris Godunov

Aunque la orquestación de Boris Godunov por Rimsky-Korsakov es sin duda meritoria, es cierto también que -pese a las indudables buenas intenciones del autor de Scheherazade- traiciona, falsea el espíritu de Mussorgsky, de algún modo dulcificándolo y restándole elementalidad y asperezas, además de añadirle un resplandeciente y seductor arco iris de colores que no parecen convenir gran cosa al autor de Cantos y danzas de la muerte. Por ello, desde hace más de un cuarto de siglo, la genial ópera se interpreta casi siempre respetando la orquestación original del propio Mussorgsky, perfectamente realizable -aunque se había oído asegurar insistentemente que “no lo era”-.

 

Cuadros de una exposición

En cuanto a los Cuadros de una exposición, si bien es cierto que la orquestación de Ravel no es muy mussorgskiana que digamos, es tal la maestría de la paleta y tan atinada la imaginación tímbrica del compositor francés -aun sin que se vea su trabajo exactamente como un servicio al ruso- que es fascinante lo que resulta de la suma de ambas personalidades, por lo que la versión Mussorgsky/Ravel creo que no debería espantar a nadie. El resultado puede que sea un producto híbrido, pero es, qué duda cabe, un híbrido maravilloso. Es probable que algunas otras orquestaciones de esta obra suenen más a Mussorgsky (él nunca orquestó su partitura pianística), por ejemplo la de Vladimir Ashkenazy. Pero, claro está, ninguno de esos autores es tan gran orquestador, y por eso son a la postre versiones menos logradas y acabadas que la del autor de Mi madre la oca. No es por tanto de extrañar que los Cuadros se escuchen con mucha más frecuencia en la versión orquestal raveliana que en la, también apasionante, original para piano -circunstancia a la que contibuye, todo hay que decirlo, la extrema dificultad de ejecución de la versión original para teclado-. 

 

Una noche en el Monte Pelado

Pero ¿qué ocurre con Una noche en el Monte Pelado? Creo que es un caso bien distinto a los dos anteriormente expuestos. Existen al parecer hasta cinco versiones de Mussorgsky, alguna de ellas con coro titulada Noche de San Juan en el Monte Pelado. De modo que de la supuesta versión original es raro escuchar en los discos dos veces exactamente la misma música. Pues bien, me dispongo a mostrar una opinión políticamente muy incorrecta, por la que voy a ser crucificado (solo virtualmente, espero), y es que el trabajo de reelaboración -recomposición, casi- de Rimsky-Korsakov convierte esta página -estas páginas- en un más breve, más conciso y magníficamente articulado y orquestado poema sinfónico, mientras que las versiones de Mussorgsky me resultan mucho menos convincentes: son caóticas, alocadas, desordenadas.

Esas características, en principio, podrían incluso parecer atractivas, pero lo cierto es que las versiones de Mussorgsky no dejan de ser deshilachadas, informes, desconcertantes y carentes no ya de estructura, sino incluso de cualquier línea de continuidad; es muy difícil memorizarlas, por ello. Y es que si se me objeta alegando que un aquelarre ha de ser informe y caótico, yo respondería que incluso el caos ha de ser organizado de algún modo para que llegue a convertirse en arte. De ello hay no pocos ejemplos muy logrados en la historia de la música, desde la introducción de La Creación de Haydn y el movimiento final de la Sinfonía Fantástica de Berlioz a El aprendiz de brujo de Dukas. Así que, aunque el bienintencionado Rimsky-Korsakov sea normalmente muy criticado por falsear a Mussorgsky (y hasta a Borodin: pero con el autor de El príncipe Igor esa acusación es mucho más difícil de sostener), en el caso del Monte Pelado creo que Rimsky hizo un trabajo que mejora claramente a los originales.

15 comentarios:

  1. A mi me gustan, aparte Rimsky es un enorme músico, sus operas son fascinantes. Por otro lado, no dejes de escribir estas reseñas musicales.

    ResponderEliminar
  2. Estimado Ángel:

    Justamente con ocasión de su discografía sobre Mussorgsky se me vino a la cabeza este clásico dilema: ¿qué tanto hay de la obra original en los arreglos de otros compositores? Así, por ejemplo, pensé en su minuto que los "Cuadros de una exposición" orquestados serían incluidos en la discografía que preparó de Ravel, ya que la obra final, por mucho que se base en la partitura original para piano, es una obra completamente nueva y distinta a la de Mussorgsky.

    En el caso de los arreglos de Rimsky-Kosakov creo que tal hipótesis es mucho más fácil de defender, ya que los retoques conllevan redisposición y abierta reelaboración de la "materia prima" contenida en la música legada por Mussorgsky: en ese sentido, son obras que "en espíritu" dejan de pertenecer al artista en cuyo origen se inspiran.

    Un abrazo,

    Cristian.

    ResponderEliminar
  3. Por lo que a mí respecta, yo me situaría en un punto intermedio. En el caso de los Cuadros de una exposición, es indudable que la versión orquestal de Ravel es una obra maestra y, como tal, me parece lógico que ocupe el lugar que le corresponde en la sala de concierto. Me siguen pareciendo fascinantes otras orquestaciones, (Ashkenazy, la parcial de Henry Wood), pero por su imaginación, su riqueza de colores y sus numerosos hallazgos me quedo con Ravel.
    En la Noche en el Monte Pelado, yo prefiero la de Mussorgsky. La orquestación más “anárquica” me anticipa aspectos de La consagración de la primavera y, aunque en lo formal la obra se desmadeja, a mí me atrae mucho más. Y en cualquier caso, tanto en Boris como en la Noche en el Monte Pelado me parece fundamental que se interpreten con periodicidad similar las distintas versiones, (Mussorgsky y Rimsky), porque creo que en todas ellas hay algo interesante y revelador. Es un caso muy similar, a mi juicio, al de la Cuarta Sinfonía de Schumann: creo que, aunque sólo sea para poder opinar, hay que escuchar las dos versiones, la original y la revisada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy respetables tus puntos de vista.
      En el caso de la Cuarta Sinfonía de Schumann, en cambio, yo me alegro de haber conocido la primera versión... para olvidarla para siempre. No vale, en mi opinión, ni la décima parte que la versión final. Esta sería la obra cumbre orquestal de Schumann, mientras que las otras tres sinfonías me gustan abiertamente más que esa versión original de la Cuarta.

      Eliminar
  4. Yo coincido con Xabierarmendariz. Y añado: si la versión original de la Noche... es anárquica y confusa, si no se percibe una estructura lógica, si los instantes se yuxtaponen de manera inesperada, sin solución de continuidad y sin generar una clara evolución de tensiones y distensiones, es sencillamente porque Mussorgsky así lo quiso.

    Otra cosa es que el resultado guste más o guste menos. Pero si el autor hubiera querido escribir una obra "lógica", lo hubiera podido hacer sin ningún problema. Me parece que se trata de una creación en buena medida visionaria que anuncia algunas cosas que están por venir. La comparación con Le sacre me parece por completo acertada, aunque también se podría pensar en algunas "locuras" de Mahler a la hora de componer "a retazos" y buscando los mayores contrastes.

    Como detalle, añadir que cuando Barenboim ha vuelto a la obra mucho después de su registro en Chicago lo ha hecho a esa versión original del autor, por muy admirable que sea la de Rimsky, que lo es. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya imaginaba que te iba a seducir mucho -por eso mismo decía yo que era "atractivo"- la idea de que así lo quiso Mussorgsky. Pero... ¿cómo lo quiso, en cuál de sus cinco versiones lo quiso? Por otra parte: si hubiese querido hacer una pieza bien organizada ¿es seguro que lo hubiese logrado? Porque Mussorgsky empezó muchas, muchísimas más obras de las que fue capaz de completar, y no siempre estaba en condición psíquica de controlar su genial pero anárquica creatividad.
      La consagración de la primavera puede transmitir esa sensación de "descontrol", pero es una obra perfectamente controlada, y hasta de fuerte lógica discursiva.
      Y que Barenboim haya hecho primero la versión de Rimsky y después una de las originales puede solo significar que ha querido probar ambas; es posible que si hubiera hecho antes una de las originales hubiese querido hacer después la de Rimsky.
      Finalmente: ¿cuántos grandes directores se han ocupado en disco de una (o varias: Abbado) de las originales, y cuántos de la de Rimsky? Algo puede significar la comparación.

      Eliminar
  5. La versión original la redescubrió Abbado a principios de los ochenta. Desde entonces, la versión Rimsky no se ha grabado mucho. Esa obra se llevaba mucho décadas atrás, luego pegó el frenazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que lo que considero en este caso "moda" se pasará... ¡Siempre queda tan bien lo de "versión original", ande o no ande!... (Estamos hablando, por supuesto, de Una noche en el Monte Pelado, cuyo título no aparece -aunque creo que se da por supuesto- en los dos últimos comentarios)

      Eliminar
  6. He mirado en la red, por curiosidad.

    Desde la recuperación realizada por Abbado, de quien existen tres testimonios fonográficos además de la versión con coros, la Noche en el monte pelado original ha sido grabada por Barenboim/Viena, Salonen/Los Ángeles, Järvi/NHK, Gergiev/Mariinsky y Kitajenko/Colonia. Cinco directores.

    La versión de Rimsky la han llevado al disco, siempre contando desde después de la recuperación de la original, por Levi/Atlanta, Gergiev/Viena, Dudamel/Viena y Nagano/Montreal. Cuatro directores, de los cuales uno (Gergiev) opta por las dos versiones.

    Por tanto, no es válido eso de que pocos maestros se han ocupado de la versión original. Más bien parece que esa ha ganado terreno com respecto a la de Rimsky, aunque cierto es que sin imponerse del todo, como sí hizo, con toda justicia, la versión original de Boris desde que la desempolvara Semkov.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te has olvidado de dos importantes directores que desde el descubrimiento de la versión original han grabado la versión de Rimsky: Sinopoli y Muti.
      De todos modos, este cuenteo de directores no prueba gran cosa. La "novedad", la "moda" es mirar hacia las versiones originales. La de Rimsky muchos pensarán que ya está más vista...

      Eliminar
  7. ¡Pues sí que se me han olvidado esas versiones! Y algunas más.

    La versión original también está grabada por Jacek Kaspszyk/Sinfónica de Londres, por Kiril Karabits/Bornemouth y por Pappano/Filarmónica de Berlín, este último en la Digital Concert Hall.

    La de Rimsky, además de esas de Muti y Sinopoli, la tienen Dohnányi/Cleveland y tanto Ion Marin como Peter Eötvös con la Filarmónica de Berlín (Digital Concert Hall).

    Theodore Kuchar ha grabado las dos.

    En definitiva, parece que las preferencias están muy repartidas. Como curiosidad, aún hay una grabación más de Abbado, este vídeo con la Filarmónica de Berlín que podría ser, por el aspecto físico del milanés, anterior al registro de DG de 1994.

    https://www.youtube.com/watch?v=tu1no7hOlSs

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Fernando, esta filmación es del 14 de octubre de 1994 en el Suntory Hall de Tokyo

      Eliminar
  8. Chicos mañana radio clasica emite una walkiria por Barenboim en Berlín, ignoro fechas, echad un vistazo, el es Terfel.

    ResponderEliminar
  9. 19 h (CET) Maestro cantores

    WAGNER: Die Wlaküre.
    Sir Bryn Terfel (baj.-bar.), Wotan Ekaterina Gubanova, (sop.), Fricka Simon O'Neill (ten.), Siegmund Anja Kampe, (sop.), Sieglinde Eric Halfvarson (bajo), Hunding Nina Stemme (sop.), Brünnhilde Sonja Mühleck, (sop.), Gerhilde Carola Höhn (sop.), Ortlinde / Ivonne Fuchs, (mez.-sop.), Waltraute Anaïk Morel, (con.), Schwertleite Susan Foster, soprano, Helmwige Leann Sandel-Pantaleo, mezzo-soprano, Siegrune Anna Lapkovskaja (mez.-sop.), Grimgerde Simone Schröder, (mez.-sop.), Rossweise Berlin Staatskapelle. Dir.: Daniel Barenboim.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muy interesante! Solo una precisión: Ekaterina Gubanova (Fricka), es una mezzosoprano, no una soprano.

      Eliminar