miércoles, 9 de noviembre de 2022

El ciclo sinfónico de Schumann soñado

  

El tercero de Barenboim

Si esta es la última grabación de audio de Daniel Barenboim (realizada por Deutsche Grammophon en septiembre y octubre de 2021, en la sala de la Ópera Estatal berlinesa, Unter den Linden), la verdad es que difícilmente se podría despedir de mejor manera. Este es su tercer ciclo Schumann, tras el de DG con la Sinfónica de Chicago (1977) y el de Teldec/Warner con la Staatskapelle Berlin (2003). Los tres han sido globalmente excelentes, pero en el primero no daba de sí todo lo esperado la Cuarta Sinfonía. Ya el segundo ciclo era ya mi favorito de cuantos conozco. Pero este de ahora es mejor aún. Y suena de escándalo (8; 9,5; y rotundo 10 los tres ciclos, respectivamente). Antes de nada: hay que recordar que estas cuatro Sinfonías son particularmente muy difíciles de interpretar, tanto por parte -sobre todo- del director, como también de la orquesta. Por eso existen tantos fiascos en estas obras, procedentes incluso de directores muy importantes y de las mejores orquestas.

Antes de escuchar estas nuevas grabaciones, dos de mis mejores amigos me las describieron brevemente, por whatsapp, así:

“Schumann genial, que solo lo puede hacer un hombre genial que está por encima de todo y que ha llegado al fondo de todo. El concepto del sonido ha evolucionado, ahora pesa menos. La elasticidad es máxima. El control es absoluto y sin embargo no puede sonar más natural” (José Sánchez Rodríguez)

“Con respecto a sus grabaciones anteriores, Barenboim pierde densidad brahmsiana y gana en ligereza y en frenesí schumannianos. También gana en belleza sonora y en sutileza de matices” (Fernando López Vargas-Machuca)

Estoy plenamente de acuerdo con lo que dicen ambos. Me he escuchado seguidas las tres primeras y mi sensación final es que me encuentro anonadado ante tanta belleza y emoción. Dejo la Cuarta para el día siguiente. La toma de sonido, a cargo de ingenieros que han sido del Estudio Teldex (cuyo nombre, por primera vez, no aparece) es la más limpia, cálida, equilibrada y lograda que conozco. El álbum de 2 CDs, preciosamente presentado, contiene también un Blu-ray de audio en el que teóricamente, el sonido es aún mejor.

Las interpretaciones, sinfonía a sinfonía

En la 1ª “Primavera” destaca el perfecto paso de la introducción al Allegro. La progresión y la resolución del clímax es magistral. Se gradúa con mano maestra la aceleración hacia la coda, para luego remansarse y vover a meter tensión. ¡Qué sonido de los cellos en el Larghetto, retrato de Clara según el compositor! No los he escuchado mejores. El 3º está pletórico de ardor y entusiasmo. El 2º trio es rápido y enérgico. Más fuego aún en la vuelta final al tema inicial. En el 4º la elegancia y la transparencia son máximas. Las diferentes secciones, muy contrastadas entre sí, emanan -por así decirlo- unas de otras con total naturalidad. Oboe de ensueño, antes del precioso solo de flauta. Atmósfera primaveral, luminosa. Coda enormemente ardorosa. En mi opinión, solo la versión de Klemperer (New Philharmonia, EMI 1966, mucho más adusta pero igualmente genial) había subido hasta tal estratosfera .

2ª: maravillosa introducción, de la que surge con toda naturalidad el poderoso Allegro, cada vez más apasionado. Ensoñación y fuego: Eusebius y Florestan. Polifonía muy resaltada: articulación de extaordinaria nitidez: ejecución orquestal asombrosa, como nunca yo haya escuchado. Cambios de humor muy acentuados. Coda incandescente. 2º mov: reguladores dinámicos increíblemente bien realizados. Fuego. Coda frenética, electrizante: atacada a un tempo muy rápido, arriesgando un montón, la resuelven con un virtuosismo arrollador (¡más aún que en Chicago!) 3º: Adagio menos atormentado que en ocasiones anteriores, es doliente y a la vez consolador, de increíble belleza y calidez (¡oboe, clarinete!). ¡Qué planificación de las intensidades, qué calor tan envolvente en su tramo central! Es tal la emoción: de saltarse las lágrimas. La conclusión del movimiento es de una belleza anonadante y enormemente entrañable. 4º: qué increíble limpieza en la articulación de las cuerdas: jamás he oído una ejecución tan portentosa como esta. En la coda, ¡por fin! los timbales alcanzan el nivel de protagonismo que la partitura les asigna. Esta Segunda es, yo diría que de largo, la más extraordinaria de la historia del disco. 

3ª “Renana”: 1º: no es la interpretación más amplia y solemne, como lo son otras también excelentes, sino más soñadora y también más appassionata: o sea, más Eusebius y Florestan que ninguna otra que yo conozca. El Nicht schnell es relativamente movido, no cayendo en las tan frecuentes ñoñeces, sino delicado, ensoñador y particularmente intimista. El movimiento “de la ceremonia en la Catedral de Colonia” (Feierlich: solemne) no abusa aquí de esa característica: nada de ampulosidad y grandilocuencia, sino que transmite un no sé qué de misterioso e incluso un punto amenazador (así han caracterizado varios grandes compositores de diversas épocas en sus obras sacras la presencia de Dios). 5º: aquí resulta ser uno de los episodios más felices y optimistas de su autor. Nunca lo había escuchado tan bien desmenuzado y explicado. Solo Celibidache (EMI 1988, Filarmónica de Múnich, muy diferente: más grandioso) me ha convencido tanto en esta Sinfonía.

. En junio de 2019, Barenboim hizo con la Filarmónica de Berlín la Cuarta de Schumann más extraordinaria que hubiera escuchado nunca (sí, incluida la justamente mítica de Furtwängler); el siempre respetuoso público berlinés no pudo controlarse y comenzó a aplaudir enfervorizado durante el último acorde. Pues bien, ahora, la versión de este disco no es menos maravillosa, solo que diferente, menos robusta y brahmsiana, más propiamente juvenil. ¡Qué sencillez, qué naturalidad, qué ternura en la Romanza! Impetuoso, ardiente el Scherzo, y prodigioso, inenarrable el paso al 4º mov., el momento más genial y más difícil de lograr de la obra. La realización de este finale es de ensueño. ¡Qué técnica de la batuta consiguiendo tan nítida transparencia, con un sonido bien corpóreo (no tanto como corpulento)! Los tremendos reguladores a fortísimo de los violines nunca se habían conseguido así: hay que escucharlo para creerlo. Coda encendida, memorable. En todo el ciclo, la técnica de la agógica y de la dinámica, de los frecuentes y sutiles cambios de tempo y de volumen, es de dejar boquiabierto. ¡El arte supremo de la transición, del que Furtwängler decía que era la esencia de la dirección orquestal!

¿Qué más decir de la Staatskapelle Berlin? Posee posiblemente la cuerda de sonoridad más cálida del mundo mundial, solistas excepcionales, y, definitivamente, un virtuosismo alucinante. Obra -la resurrección de esta orquesta- de rabo a cabo, de alguien caracterizado así, con dichos tan proféticos como este: “un pianista metido a director”, o tan amables como este otro: una “momia viviente”. No sé si está bien que lo diga, pero aun así lo voy a decir, y es perfectamente comprobable: yo fui el primer crítico musical en España que se dio cuenta de que había aterrizado en el mundo musical un músico abiertamente prodigioso. Algunos han tardado décadas en reconocerlo, pero aún quedan algunos sordos obstinados en su sordera, quiero decir en su ignorancia. ¿Es que era yo muy listo? No, siempre pensé que es que otros eran muy obtusos, o muy maniáticos. 

12 comentarios:

  1. Muy buenas, don Ángel y compañía. Totalmente de acuerdo con lo que usted dice, don Ángel. A mí me parece la más 'schubertiana', en el mejor sentido de la palabra, de las integrales que conozco, lo que me agrada sobremanera... :)

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  2. Ángel,

    Puesto que ya has hecho las comparadas de las sinfonías de Schumann, ¿qué te parece la idea de que las puedas incorporar en el presente post, y con el agregado de los nuevos puntajes del flamante ciclo de Barenboim? De parecer muy extenso, ¿qué te parece agregar solamente los tres ciclos de Barenboim con el puntaje de cada sinfonía? Muchas gracias.

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  3. A Piotr Petrovich, que -nada nuevo- detesta a Barenboim, le ha faltado tiempo para colgar en Amazon una crítica muy dura a este ciclo (tres estrellas sobre cinco), claramente deseoso de que el álbum se venda lo menos posible. Así son algunos odios.
    Por cierto, varias de las características que les adjudica a estas versiones son delirantes, nada tienen que ver con cómo son, y algunas alternativas que recomienda me parecen simplemente disparatadas. Angel C. A.

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  4. Como siempre se agradecen estas magníficas reseñas sobre recientes lanzamientos, y en mi caso me encanta la pizquitina de polémica con que se aliña. En otro orden, comentar que me he descargado la grabación de la 5ª y 6ª de Beethoven por Barenboim con la Staatskapelle del 2020 que han puesto reciente en Arte, y aparte de grandes interpretaciones, a destacar el sonido estupendo, pocas veces he podido distinguir las texturas orquestales con tanta claridad desde reproducciones online.

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  5. Ángel,

    Tú has realizado las comparadas de las sinfonías de Schumann en los siguientes dos enlaces:

    http://angelcarrascosa.blogspot.com/2021/07/robert-schumann-discografia-actualizada_7.html

    http://angelcarrascosa.blogspot.com/2021/07/schumann-discografia-actualizada-iv.html

    A modo de sugerencia y, para que te sea más fácil, ¿podrías incorporar en los mismos enlaces los puntajes individuales del último ciclo de Barenboim aquí comentado? Muchas gracias.

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    1. Bien, publicaré la discografía de las Sinfonías de Schumann, mucho más actualizada.

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  6. Gracias por citarme, Ángel.

    Un amigo dice que el tal Pyotr Petróvich escribe tantísimas reseñas que debe de ser un algoritmo. Bromas aparte, a tenor de lo que escribe sobre estas sinfonías no me parece que tenga unos gustos diferentes a los nuestros, sino que más bien, como tú mismo dices, hay una mala intención por su parte. Creo que miente, de manera por completo consciente, para evitar que el disco se venda. Porque lo que escribe no refleja en nada lo que son estas interpretaciones. Atención:

    "(...) el sonido es satisfactorio. No así todas las interpretaciones de este álbum que acusan una falta de ligereza, momento, fuego y frescura considerable, optando el maestro por una ponderosidad algo agobiante y unos acentos y gestos idiosincráticos (sobre todo, la primera y cuarta sinfonías). La segunda es mucho más vital y la tercera tiene grandiosidad."

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    1. Sí, Fernando: sea o no un algoritmo, yo diría que, por sordo que sea, da la impresión de que no se las ha escuchado. Simplemente quiere que no se vendan discos de su detestado Barenboim.

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  7. Hola y como siempre Ángel muchas gracias por tus análisis (por descontado también al resto de foreros), espero que Fernando retome pronto sus comentarios en su blog porque gracias también a ellos me ayudáis lo indecible para formar mi "cultura musical". Este finde tengo ración triple de don Daniel pq además de la escucha del ciclo Schumann, hoy me han llegado desde Alemania los vídeos de los ciclos de las sonatas de Beethoven grabadas en la sala Pierre Boulez y el de las sinfonías de Brahms filmado en Buenos Aires. Canela fina vamos...
    Saludos. José Manuel.

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  8. Acababa de terminar de escuchar esta mañana este ciclo Schumann de Barenboim que comentas, Ángel, y estoy plenamente de acuerdo. En efecto, creo que es globalmente y sin duda el ciclo Schumann más satisfactorio que conozco. Los únicos “temas” que tengo con esta grabación es que prefiero la densidad en la Cuarta de Furtwängler y que, en la Renana, estoy entre los que preferimos que el cuarto movimiento resulte más realmente “solemne”, más “monumental” si se quiere. Pero por lo demás, me parecen cuatro versiones realmente extraordinarias, y ciertamente la referencia para una serie en la que no tenía, hasta ahora, una preferencia muy clara hacia una grabación concreta.
    Y ya que se habló de Schubert, la pena que me da es que Barenboim no haya grabado comercialmente las dos últimas sinfonías en este período reciente. El antiguo ciclo queda muy lejos, y seguro que la Novena habrá cambiado mucho de concepto…

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    1. Bueno, es verdad que no tiene ninguna Novena de Schubert grabada más que aquella del ciclo Sony con la Filarmónica de Berlín (1987), aunque yo le he escuchado alguna transmitida por radio con la Sinfónica de Chicago (no tan diferente, por cierto).
      Pero Octava "Inacabada" sí que tiene una de 2020 en blu-ray del sello Unitel (junto al Primer Concierto de Tchaikovsky con Argerich y... el excelso Rondó D 951 a 4 manos, también de Schubert.

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    2. De vez en cuando se oye decir que Schumann no era un buen orquestador. Pues bien, nunca me había parecido tan buen orquestador como escuchando estas versiones de Barenboim. Quien siga dudando si Schumann orquestaba bien, no tiene más que escuchar estas interpretaciones.
      J.I.V.P.

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