jueves, 9 de enero de 2020

Mariss Jansons en Chipre y Riccardo Chailly en Lucerna



Weber y Dvorák

Un blu-ray del sello EuroArts recoge el Concierto de Europa de la Filarmónica de Berlín del año 2017 celebrado (el 1º de mayo, como siempre) en Pafos, Chipre. La orquesta está en una carpa al aire libre, con el público en grandes gradas, casi todos los asistentes cubiertos con sombreros y abanicándose. El sonido no es el mejor de los posibles, pero la verdad es que los buenos ingenieros consiguen en los últimos tiempos que las tomas de sonido suenen mucho mejor cuando uno las escucha en su casa que estando en el lugar mismo del concierto.  

La Obertura de Oberon de Weber (¿por qué se tocará mucho más a menudo que la no menos excelente de Euryanthe?) muestra ya por dónde iban a ir los tiros: el director letón reciente y tristemente desaparecido, a los 76 años, se hallaba en plena y típica madurez, lo que se traduce en tempi moderadamente lentos, en una acusada y serena cantabilidad, así como en una especial atención a la lógica del devenir de la pieza y procurando una atenta claridad expositiva. Para mi gusto personal, le achacaría solo un cierto sentimentalismo en los pasajes más líricos. El Primer Concierto para clarinete del mismo autor contó con el excepcional solista Andreas Ottensamer, que dio sobrada lección tanto de virtuosismo como de musicalidad; Jansons se entregó sin disimulo a la cierta altisonancia de la propia música, que no me parece entre las mejores de su autor. Hubo una propina para cerrar la primera parte que no me pareció una buena elección, por su superficialidad y exhibicionismo: la Fantasía húngara sobre temas de Weber, de Stephan Koncz, violonchelista desde 2001 de la Filarmónica de Berlín. La intención sería muy loable: tocar una obra de un colega y seguramente amigo…, pero… bueno, seamos comprensivos después de comprobar quién es el autor de la pieza.  

En la segunda parte, Jansons dirigió una de las obras con las que más se ha prodigado, la Octava Sinfonía de Dvorák. El enfoque que le otorgó en esta ocasión es exactamente el que he descrito para la obertura de Weber. Un enfoque que dio buenos resultados, si bien yo lo hubiera preferido revestido además de mayor fuego y de mayor rusticidad. Pensándolo bien, dos de las grabaciones más extraordinarias de esta obra me sirven para la siguiente comparación: esas referidas características -fuego y rusticidad- dominan la grabación de Kubelik con esta misma orquesta (DG 1966), cualidades que sumadas a las aportadas por Jansons darían, más o menos, lugar a mi versión favorita: la de Giulini con la Sinfónica de Chicago (DG 1978). La famosísima Danza húngara No. 5 de Brahms sirvió de propina final. El sonido es globalmente bastante bueno, aunque el timbal no siempre está bien integrado con el resto de la orquesta.

Richard Strauss

Decca ha publicado hace unas semanas un disco de Riccardo Chailly con la Orquesta del Festival de Lucerna dedicado a Richard Strauss, compositor con el que, me apresuro a decirlo, creo que no se entiende muy bien, lo cual no me resulta fácil de explicar, aunque sí de apreciar. Es lo que le ha pasado al director milanés, incluso en sus buenos tiempos (antes de su inocultable declive), con Brahms, y no digamos con Wagner. Sin llegar a tanto con el autor de Así habló Zaratustra, hay algo que realmente no funciona, empezando quizá por una falta de credibilidad, de convicción y quizá de amor hacia su música. Este comienzo, tras una introducción muy apabullante y efectista (mucho menos creíble, en todo caso, que la de Maazel en Viena, DG 1983 o que la versión ofrecida por Dudamel en Berlín con la Filarmónica el año 2013 y difundida por Digital Concert Hall), parece naufragar un tanto. Muerte y transfiguración, expuesta con desusada transparencia, no logra la tensión deseada; incluso, algunos momentos de las secciones tempestuosas no están del todo bien urdidos.

Algo mejor Till Eulenspiegel, en el que el violín solista -sin duda excelente- no me gusta cómo hace su solo, y en el que Chailly introduce unos extraños y arrastrados portamenti para mi gusto tan deplorables como los que últimamente varios directores han incorporado a Mahler. El disco llega ya con estas tres obras a los 75 minutos; sin embargo, aún se incluye la Danza de los siete velos de Salomé -por cierto, una voluptuosa interpretación que me parece lo más logrado del programa-, lo que me lleva a preguntarme a qué juegan las compañías discográficas, que se despachan aquí con un CD que sobrepasa los 85 minutos.

Magnífica la orquesta, pese a ciertos minidesajustes en algunos instantes (¿falta de los necesarios ensayos?), y muy brillante la toma de sonido, aunque a mí no me convence la superposición del órgano, algo estridente y metálico, en la introducción de Zaratustra.

10 comentarios:

  1. ¡Me alegro de leer a alguien que habla de "declive" en Chailly! Es raro leer eso, pero está bien claro que algo raro le ocurre. Sus sinfonías de Beethoven son atroces, y hasta su Mahler, antes fenomenal, ahora está decayendo. Lo mismo, o algo parecido le pasó a Abbado y me parece que muchos ni se enteraron!!!
    JULIO.

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  2. Opino exactamente igual que sobre ambos directores.

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  3. Yo discrepo algo...la prima de alla scala la suelo ver en los cines y nunca me ha decepcionado....Puede, sí, que haya pasado su época de esplendor, pero no es ningún viejo y aún creo que tiene cosas que decir...lo de Abbado fue porque sus últimos años el pobre era un enfermo terminal, bastante....

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    1. Claro que no es un viejo, pero por motivos que desconozco la etapa de Chailly en Leipzig ha sido funesta (Beethoven, Brahms...). La ópera italiana se le suele dar, todavía hoy, muy bien.
      En cuanto a Abbado, mucho antes de su enfermedad había languidecido un montón: desde comienzos de los 80, pero con graves altibajos (es decir, también con "altos").

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  4. Estimado Ángel:
    Me cuelgo del concierto de Chailly para preguntarle por sus versiones recomendadas de la "Danza de los siete velos". Mis versiones favoritas son de Böhm, Klemperer y Nelsons, pero ninguno me convence del todo.

    Saludos!

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    1. Las tres que citas me gustan mucho, aun siendo muy diferentes (la de Klemperer es muy atípica). Quizá la versión, que recuerde ahora, que más me gusta es la de Nelsons en blu-ray (con la Concertgebouw, si no mal recuerdo).

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    2. Sí, en un blu-ray de C Major junto a la Obertura de Rienzi y la Octava de Shostakovich, en Lucerna con la Concertgebouw.

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  5. Hola Ángel y felicidades por tu blog. Hablando de Andris Nelsons, ¿qué te pareció el concierto de Año Nuevo? Para mi de lo mejor de los últimos años. Gracias y saludos.

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    1. Gracias. Eso mismo he escrito resumido en este blog: el mejor de los últimos años. Pero lo comentaré en detalle cuando pueda ver el blu-ray; además, el sonido de la transmisión de TVE 1 no fue muy bueno.

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  6. ¿Alguien vio ayer o ha grabado el concierto de viena de verano con dudamel, en la dos?..es música americana del siglo XX, lo he grabado, si queréis podemos comentarlo...

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